Unidos por el deseo de venganza
Las elecciones generales celebradas el lunes pasado en Pakist¨¢n, que han sido suficientemente limpias como para permitir una derrota hist¨®rica de partido gobernante, no garantizan la estabilidad del ¨²nico pa¨ªs musulm¨¢n con armas nucleares sino que ponen al descubierto la caja de Pandora de la pol¨ªtica paquistan¨ª. Con un Parlamento en el que ning¨²n partido tiene una clara mayor¨ªa, hoy comienza un regateo en el que los principales pujantes est¨¢n fuera de la C¨¢mara.
Asif Al¨ª Zardari, el viudo de Benazir Bhutto y copresidente del Partido Popular de Pakist¨¢n (PPP), no se present¨® a las elecciones porque su fama de corrupto -durante los Gobiernos de Benazir le llamaban Mister 10%- era un fardo para el Partido Popular de Pakist¨¢n. La candidatura del ex primer ministro Nawaz Sharif, el l¨ªder de la Liga Musulmana de Pakist¨¢n-N (PML-N), fue rechazada porque el r¨¦gimen consider¨® que ya hac¨ªa bastante con permitirle volver al pa¨ªs antes de cumplir el acuerdo de 10 a?os de exilio con el que conmut¨® la condena a cadena perpetua por corrupci¨®n. El tercero en discordia es el golpista disfrazado de presidente civil, Pervez Musharraf, quien para salvarse azuzar¨¢ los odios entre los otros dos. A Zardari lo meti¨® en la c¨¢rcel Sharif, y en Sharif se huele la venganza personal hacia Musharraf, el general al que encumbr¨® a jefe del Ej¨¦rcito y que no dud¨® en morderle la mano con un golpe de Estado.
El nuevo Gobierno no lo tendr¨¢ f¨¢cil con una crisis energ¨¦tica y alimentaria galopante
En estas circunstancias, el l¨ªder de la PML-N -el aut¨¦ntico vencedor de las elecciones porque su partido ha devorado al partido gobernante- s¨®lo se sumar¨¢ al PPP para garantizarse cuanto antes el final de Musharraf. Por su parte, el viudo necesita un tiempo para hacerse con los hilos del poder de una formaci¨®n pol¨ªtica que se resquebraja frente a su liderazgo y pondr¨¢ en la balanza, antes de inclinarse por el mejor postor, al que m¨¢s se adecue a sus tempos para saltar al Gobierno.
El zoco se ha abierto y los vendedores -otros cinco partidos tienen esca?os e incluso hay 27 independientes- han elevado el precio de la mercanc¨ªa, porque todos temen que la cosecha no sea de cinco a?os sino de mucho menos.
Con una crisis energ¨¦tica y alimentaria galopantes, la progresiva talibanizaci¨®n del noroeste del pa¨ªs, la penetraci¨®n del radicalismo en las instituciones, la agudizaci¨®n de las tensiones separatistas y ¨¦tnicas en las provincias de Baluchist¨¢n y en Sind y el juego de los intereses de sus vecinos y de Estados Unidos, sea cual sea el Gobierno que se forme no lo tendr¨¢ f¨¢cil. Pero para los 165 millones de paquistan¨ªes que han demostrado sus ansias de democratizaci¨®n y renovaci¨®n del pa¨ªs la frustraci¨®n ser¨¢ a¨²n mayor.
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