Desmemoria
Visto -y admirado- el se?or Zaplana en su intervenci¨®n del mi¨¦rcoles en el programa Los desayunos de TVE, debo decir no s¨®lo que el Partido Popular tiene serias posibilidades de ganar al PSOE aunque sea por la m¨ªnima, sino que fervientemente lo deseo. Pues dicha formaci¨®n ha cambiado. Quiero decir: si ha cambiado hasta presumir de moderaci¨®n y buen sentido -cual hizo el flexible portavoz-, ?por qu¨¦ no puede transformar tambi¨¦n su forma de gobernar? Y yo eso no pienso perd¨¦rmelo.
Por su pol¨ªtica auton¨®mica, sus conversaciones con ETA y su metedura de pata con I?aki, el presidente del Gobierno actual es un tenso violento, un peligroso agitador responsable del clima -al parecer, una cosa mala- de inseguridad auton¨®mica y ciudadana, del desmadre de la inmigraci¨®n, de la crisis del mercado inmobiliario -qu¨¦ m¨ªtica y lejana aparece Tierra ?dem- y del apocalipsis econ¨®mico que padecemos. Eso vino a decir don Eduardo aunque, y ¨¦sta es la novedad, con palabras mucho m¨¢s suaves, mucho m¨¢s dulces, en un tono tan conciliador y tan de "me sabe mal tener que contarles esto" que me convenci¨® no s¨®lo de que nos hallamos en las ¨²ltimas, sino de que cuantos me han glosado la situaci¨®n espa?ola -en comparaci¨®n con la italiana- durante mi ¨²ltima estancia en Roma no han existido m¨¢s que en mi imaginaci¨®n. Si Zaplana me pareci¨® ayer un hombre casi providencial, ?no debo aceptar que los populares puedan gobernar sin hacer pactos con los nacionalistas, acabando con ETA en un suspiro, convirtiendo a los preinmigrantes, all¨¢ en sus patrias, en adictos a la jota o al p¨¢del? ?No he de admitir, aunque sea tard¨ªamente, que viviremos, con ellos, en el mejor de los mundos posibles, y no en el suyo habitual?
Los milagros existen. Nos lo garantiza el resurgimiento de un zaplanaje de sal¨®n. El resto lo puede conseguir la desmemoria.
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