?Otro tesoro espa?ol para Odyssey?
La compa?¨ªa se hace con los derechos de un pecio hallado en Carolina del Norte
Otro barco, otro tesoro... ?Otro problema? Odyssey Marine Exploration, la empresa estadounidense especializada en la b¨²squeda de pecios submarinos se ha vuelto a hacer con los derechos de un nuevo tesoro, esta vez en las inmediaciones de la costa de Carolina del Norte, en Estados Unidos. Se trata de un buque del siglo XVIII del que Odyssey no ha dado muchos datos y cuyos derechos estaban hasta ayer en manos de otra compa?¨ªa, la empresa BDJ Discovery Group.
'El Salvador' naufrag¨® en 1750 tras un hurac¨¢n en Carolina del Norte
Espa?a puede tener problemas para reclamar un buque mercante
Seg¨²n el comunicado, y ante un juez de Carolina del Norte, BDJ Discovery Group cede a Odyssey todos los derechos sobre el pecio hallado y los objetos encontrados hasta ahora. En el comunicado no se dice de qu¨¦ objetos se trata, pero en anteriores documentos presentados por los primeros descubridores ante el mismo juzgado se se?ala que el barco en cuesti¨®n es un pecio del siglo XVIII que contiene seis barras de oro, dos de plata, media de plata, dos esmeraldas, algunos reales espa?oles y otros objetos de valor.
Odyssey a?ade adem¨¢s que fue encontrado a 12 millas de la costa de Carolina del Norte y que a¨²n no ha determinado su identidad. As¨ª que le da el nombre en clave de Firefly (Luci¨¦rnaga). Es decir, la compa?¨ªa sigue el mismo procedimiento que en su ¨²ltimo hallazgo, desvelado el 18 de mayo de 2007. En aquella ocasi¨®n, Odyssey anunci¨® el descubrimiento de 500.000 monedas de plata procedentes de un buque encontrado en alg¨²n lugar del oc¨¦ano Atl¨¢ntico al que rebautiz¨® con el nombre en clave de Black Swan (Cisne Negro). Espa?a sospech¨® desde un primer momento que el barco fue encontrado en aguas internacionales, frente a las costas del Algarve y que se trataba de la Mercedes, hundida por la flota brit¨¢nica en 1804. Desde aquel anuncio, el Gobierno mantiene un litigio con la compa?¨ªa por los derechos. Espa?a considera que Odyssey ha expoliado parte de su patrimonio nacional y la empresa se defiende alegando que siempre ha actuado de acuerdo con la legislaci¨®n internacional sobre salvamento.
?Podr¨ªa pasar lo mismo con este nuevo pecio descubierto por Odyssey? La primera hip¨®tesis que sale a flote se deduce de los barcos naufragados en esa zona, algunos de ellos espa?oles. Est¨¢n adem¨¢s los datos facilitados por la compa?¨ªa descubridora, BDJ Discovery Group, es decir, la localizaci¨®n, la fecha y la existencia de monedas espa?olas. Todo eso apunta que tras el nombre del Firefly se esconde El Salvador, uno de los buques m¨¢s buscados por este tipo de empresas y al que se le atribuye la existencia de un bot¨ªn de 240.000 pesos de plata, unos 83 millones euros, seg¨²n las estimaciones m¨¢s conservadoras.
A El Salvador se lo trag¨® un hurac¨¢n en agosto de 1750 cuando viajaba con otros siete barcos de una flota espa?ola que comerciaban con las Indias: La Galga -cuyo descubrimiento fue reclamado en 1997 por la compa?¨ªa Sea Hunt-, Nuestra Se?ora de los Godos, Nuestra Se?ora de la Soledad, Nuestra Se?ora de la Merced, San Pedro (barco portugu¨¦s), La Mariana y El Salvador.
La tesis que el arque¨®logo Raymond Tubby present¨® en noviembre de 2000 en el Departamento de Historia de la Universidad de Carolina del Norte da m¨¢s datos sobre lo que ocurri¨®. Seg¨²n Tubby, El Salvador era un peque?o barco de acompa?amiento de la flota, que en esas fechas comerciaba con las Indias bajo el auspicio de los Borbones. El ascenso de esta dinast¨ªa francesa a principios del XVIII trataba de hacer salir a Espa?a de la decadencia que arrastraba con los ¨²ltimos Austrias. Hacerse de nuevo con el poder mar¨ªtimo y comercial era su objetivo y para ello impulsaron reformas. La m¨¢s importante, el libre comercio, bajo la cual los mercantes espa?oles pod¨ªan comerciar con las Indias sin el control directo de la Corona. La Flota de 1750 representaba bien ese contexto, donde no todos los buques hab¨ªan sido fletados por el Reino de Espa?a.
Era el caso de El Salvador, un buque mercante de acompa?amiento de 110 toneladas, dos m¨¢stiles y ocho ca?ones similar en su forma a un bergant¨ªn de la ¨¦poca. Su capit¨¢n, Juan Cruana, estaba al cargo de 30 hombres y unos cuantos ni?os integrados en la tripulaci¨®n. El Salvador sali¨® de La Habana en junio de 1750, tras pasar por Colombia. Segu¨ªa al resto de barcos encabezados por una de las joyas de la Corona, la fragata de 50 ca?ones La Galga.
Pero en agosto de ese mismo a?o, cuando se acercaban a las costas de Carolina del Norte para tomar la ruta de regreso a Espa?a, un hurac¨¢n se top¨® con el grupo. El temporal desperdig¨® los barcos envi¨¢ndolos a distintos puntos del oc¨¦ano Atl¨¢ntico y El Salvador fue el primero en perecer. S¨®lo sobrevivieron tres marineros y uno de los ni?os. Los otros que acabaron en el fondo del mar fueron el Nuestra Se?ora de la Soledad, el Nuestra Se?ora de la Merced, y La Galga. Los testimonios de los supervivientes y los cuadernos de bit¨¢cora de los capitanes que pudieron observar el desastre de El Salvador, s¨®lo dan un dato: "perdido en las inmediaciones de la cala de Topsail".
Los historiadores han investigado en varias ocasiones la localizaci¨®n que encierra esa frase y han llegado a dos conclusiones; o el barco se perdi¨® cerca de la actual cala de Topsail o bien su desaparici¨®n se produjo en la cala de Beaufort, conocida entonces con ese nombre.
La noticia del descubrimiento puede caer como un jarro de agua fr¨ªa para Espa?a que contin¨²a litigando con Odyssey por los derechos del Cisne Negro. Se trata del mismo caso, aunque una diferencia sustancial podr¨ªa hacer que tomase otros derroteros. El Salvador era un buque mercante y no un buque de guerra como el caso de la Mercedes, hip¨®tesis barajada por el Ministerio de Cultura en el caso del Cisne Negro. Es decir, Espa?a no puede reclamarlo seg¨²n las leyes internacionales, que s¨®lo conceden esa posibilidad para los buques de Estado.
Oro, plata, esmeraldas y monedas
- El pecio que Odyssey ha encontrado contiene seis barras de oro de 10 cent¨ªmetros, dos lingotes de plata de unos 17 cent¨ªmetros, media barra de plata de 10 cent¨ªmetros, tres peque?os fragmentos de plata, dos esmeraldas y dos reales espa?oles.
- En caso de tratarse de El Salvador, los buscadores tratar¨¢n de encontrar unos 240.000 pesos mexicanos, valorados seg¨²n las estimaciones m¨¢s conservadoras en unos 83 millones de euros.
Babelia
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