El piano silencioso de Alberto Iglesias
Es un rinc¨®n austero, tranquilo, c¨¢lido. Como su morador. Alberto Iglesias (San Sebasti¨¢n, 1955) trabaja en un estudio insonorizado, en un semis¨®tano de su casa, con unos ventanales estrechos que apuntan al cielo y otros m¨¢s grandes que ofrecen un paisaje de pinos y encinas en la sierra madrile?a. A un lado est¨¢ el piano en el que Iglesias compone desde hace casi 20 a?os. "Es algo as¨ª como el Seat Panda de los pianos. A veces he pensado en comprar uno de cola, pero ¨¦ste me gusta. Suena a lejano, es un piano algo distante, muy silencioso, porque a m¨ª no me gusta que me escuchen mientras trabajo". Iglesias ha ido acariciando las teclas lentamente. Los libros y los discos tienen su hueco en una peque?a habitaci¨®n a la entrada del estudio. El m¨²sico anda estos d¨ªas muy agobiado, pero ni eso le impide ser la amabilidad en persona. No es el Oscar al que de nuevo opta ma?ana, esta vez con el filme brit¨¢nico Cometas en el cielo, de Kite Runner, despu¨¦s de haberlo hecho con El jardinero fiel -"ser un poco inconsciente es lo mejor. Yo s¨¦ lo que no es ganar un Oscar y eso es algo que ya tengo ganado"-, sino el encargo que se trae entre manos y que tiene que grabar a finales de marzo. Acaba de recibir el nuevo montaje de El argentino, la primera de las dos pel¨ªculas que Steven Soderbergh ha rodado sobre el Che, y se ve obligado a realizar en apenas unos d¨ªas cambios profundos en la composici¨®n de la m¨²sica. Su proyecto m¨¢s inmediato tiene de nuevo el nombre de Pedro Almod¨®var en su filme Los abrazos rotos, aunque, como siempre, se muestra precavido. "S¨ª, soy casi como un indio sioux. Tengo una precauci¨®n enorme de que se llegue siempre al final del proceso". Es el m¨¢s solicitado, de los m¨¢s respetados. Los que le conocen hablan de su humildad y de su facilidad de trato. "El ego es un m¨²sculo que hay que saber enfocar. Yo soy m¨¢s listo que eg¨®latra y con esto revelo mi propio ego", dice riendo. A sus 52 a?os y con casi cuarenta composiciones para el cine de todo el mundo, asegura haber encontrado su lugar en esta profesi¨®n. ?Y cu¨¢l es ese lugar? "Es la m¨²sica conectada con la pel¨ªcula que hago, en la que pueda encontrar riesgo, que sea comunicativa. Ese lugar al que siempre quiero volver". La confesi¨®n que viene a continuaci¨®n sorprende. O no tanto. "Creo que voy a dejar el cine, no digo cu¨¢ndo, pero lo dejar¨¦. Me veo componiendo m¨²sica fuera del cine". Otro de sus sue?os o metas en la que seguro triunfar¨¢.
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