Dos m¨²sicos carism¨¢ticos

En dos d¨ªas consecutivos, Jordi Savall y Antoni Ros Marb¨¢ han regresado a ese Madrid en el que tanto se les aprecia con cometidos bien diferentes. Savall, despu¨¦s de una gira por Estados Unidos, presentaba una obra maestra absoluta como las V¨ªsperas, de Monteverdi, en el Auditorio Nacional (y ayer en la catedral de Murcia), a la par que ha recuperado para su sello discogr¨¢fico Alia Vox la extraordinaria grabaci¨®n de 1988 de esta obra en la bas¨ªlica de Santa B¨¢rbara en Mantua, originalmente editada por Astr¨¦e Auvidis y distinguida al a?o siguiente como el mejor disco de m¨²sica cl¨¢sica en Francia.

Seguramente la fascinaci¨®n de las V¨ªsperas monteverdianas es superior si se escucha en recintos hist¨®ricos que en teatros convencionales, pero aun as¨ª la experiencia del Auditorio transmiti¨® la suficiente emoci¨®n para renovar el asombro y la admiraci¨®n hacia esta maravillosa creaci¨®n del compositor que impuls¨® el nacimiento de la ¨®pera. Savall celebra jubilosamente estos d¨ªas el d¨¦cimo aniversario de su casa discogr¨¢fica Alia Vox. No es para menos. A lo largo de esta d¨¦cada ha producido 55 discos de cuidada edici¨®n e imaginativo contenido, superando las ventas la cifra de dos millones de ejemplares. La crisis no parece que le afecte. En los dos ¨²ltimos a?os incluso ha crecido un 30% el volumen de facturaci¨®n. El m¨²sico de Igualada tiene un carisma irresistible. Contagia permanentemente una sensaci¨®n de paz y serenidad. Despu¨¦s de las V¨ªsperas ofreci¨® como propina una pieza de Arvo P?rt inspirada en los atentados del 11-M. Savall dedic¨® la ejecuci¨®n a las victimas y el p¨²blico agradeci¨® su gesto.

Savall ofreci¨® como propina una pieza inspirada en los atentados del 11-M

En otro orden de acontecimientos se sit¨²a la presentaci¨®n en Madrid, despu¨¦s de hacerlo el lunes en el Liceo de Barcelona, de la orquesta sinf¨®nica de la Escuela Reina Sof¨ªa, denominada Freixenet, aunque no precisamente en recuerdo del compositor catal¨¢n as¨ª llamado del siglo XVIII. Ros Marb¨¢ dirigi¨® obras de Dvorak -con un violonchelista de 16 o 17 a?os, Pablo Ferr¨¢ndez, que apunta talento a raudales- y Brahms -nada menos que la Cuarta sinfon¨ªa-. El maestro de Hospitalet de Llobregat tir¨® de oficio y veteran¨ªa para poner en pie un discurso musical ordenado, coherente y templado. Lo consigui¨® y se vio correspondido por un ¨¦xito entusiasta de un p¨²blico volcado que para s¨ª quisiera m¨¢s de un teatro o sala de conciertos.