"Russafa en Fallas es insoportable"
Vecinos del barrio plantan cara a los excesos de la fiesta y exigen cambios
Algo se cuece en Russafa. A?os de exceso de ruido, calles cortadas durante semanas y o¨ªdos sordos a cualquier queja han acabado con la paciencia de muchos vecinos en el barrio. "Esto en Fallas se ha convertido en algo insoportable. Yo me marcho cuando suena la primera carcasa". Esta es la opci¨®n de Vicente Verd¨², de 61 a?os, que no entiende "c¨®mo se puede paralizar 15 d¨ªas una ciudad por real decreto fallero". Verd¨² huye del barrio en marzo. Otros se quedan. Como Vicente Gim¨¦nez, de 54 a?os, que le discute la cr¨ªtica: "Es la gran fiesta de Valencia, hay que respetarla. No perjudica a nadie". Queda otro grupo de vecinos, el de los que no quieren o no pueden dejar sus casas, y han empezado a movilizarse. No contra las Fallas, sino contra los abusos.
"La fiesta se ha desbordado, no hay colaboraci¨®n entre fallas y vecinos"
El a?o pasado ya hubo pancartas y caceroladas. El detonante de las protestas fue el conflicto en torno a la iluminaci¨®n de la falla Sueca-Literato Azor¨ªn, que coloca a lo largo de sus dominios una estructura de miles de bombillas que sujeta a ganchos de las fachadas o a los balcones. Pero en las pasadas fiestas, ancl¨® sus luces al andamio de un edificio en rehabilitaci¨®n y a tuber¨ªas del gas. Fue la gota que colm¨® el vaso. La comunidad alert¨® de un posible accidente, pero la falla no cedi¨®. Al final, el Ayuntamiento hizo quitar el andamio.
El incidente ha dejado muy mal sabor de boca. Tanto que los vecinos de aquella finca prefieren no hablar m¨¢s del asunto. Acabaron hartos de que se les tachara de antifalleros y aguafiestas. Pero el choque con la todopoderosa falla -de primera especial y ganadora habitual del concurso de iluminaci¨®n- ha tenido otra consecuencia. Entre los edificios de la calle circula un escrito que han comenzado a discutir en algunas comunidades de propietarios para prohibir que sus fachadas sirvan de anclaje a las bombillas. Ya son varios los inmuebles en los que se apoya la medida. Un primer paso preventivo para que las posturas est¨¦n claras cuando lleguen las bombillas.
"La falla pasa de nosotros, no cuenta para nada con los vecinos, y el Ayuntamiento no ha contestado jam¨¢s a nuestros escritos", resume Vicente Belda, de 53 a?os. En lo alto de uno de los edificios del barrio cuelga una pancarta que convoca a los que se consideren afectados a una reuni¨®n para analizar la situaci¨®n. "Estamos a la expectativa de ver lo que hacen con la iluminaci¨®n", a?ade. La convocatoria desde las alturas tiene una explicaci¨®n: el a?o pasado se pegaron en la calle carteles para anunciar otra reuni¨®n "y los arrancaron". Hay otras opiniones. Francisco Villar, de 70 a?os, defiende que en su fachada, chafl¨¢n con Puerto Rico, ya exist¨ªan los ganchos para la iluminaci¨®n hace d¨¦cadas, y "no hay problema". Pero las voces cr¨ªticas se hacen o¨ªr cada vez m¨¢s. "La fiesta se ha desbordado, y no hay colaboraci¨®n entre las fallas y los vecinos, que tienen buena voluntad", comenta otra vecina con la vista puesta en una fachada ennegrecida por la ¨²ltima crem¨¤. Buena voluntad le pone la asociaci¨®n de vecinos de Russafa, que ha presentado a las fallas un plan para ganar accesos al barrio y evitar que en caso de emergencia la zona se convierta en una ratonera.
El Ayuntamiento aprob¨® ayer la subvenci¨®n a la iluminaci¨®n de las calles, y tambi¨¦n requerir 84.000 euros a la pirotecnia cuya furgoneta cargada de petardos explot¨® en 2007 en la calle de Azc¨¢rraga. La partida entre vecinos y falleros de Russafa la observa de lejos. Como suele hacer mientras no arda la mecha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.