La sublimaci¨®n de la belleza
Toni Arola, ganador, entre otros, del Premio Nacional de Dise?o 2003 y de dos premios Delta, afirma que el creador es un mal necesario
"Te dan un premio y, no s¨¦, es como si ya lo hubieses hecho todo, ?no? Jam¨¢s he entendido muy bien el mensaje que te mandan al otorgarte un premio, pero lo cierto es que, despu¨¦s de recibir el Nacional de Dise?o en 2003 me replante¨¦ una serie de cosas", comenta Toni Arola, de 48 a?os, dise?ador nacido en Tarragona y radicado en Barcelona.
Responsable de series de l¨¢mparas para Metalarte o BD, del interiorismo de locales emblem¨¢ticos como los barceloneses Negroni y Oven, o la cadena de tiendas de chocolate a la moda Cacao Sampaka, Arola es hoy un hombre con poco que demostrar, pero todav¨ªa mucho que decir. Amante de la reflexi¨®n sobre el hecho de dise?ar y consciente de que, ni los principios empresariales ni los preceptos cl¨¢sicos del arte pueden aplicarse al devenir de un estudio de dise?o, el ganador de dos premios Delta de dise?o y varios FAD parece encontrarse en uno de esos momentos que navegan entre lo excitante y lo aterrador.
"Todo es consumo. Se supone que consumir nos hace felices"
"Sabes que has hecho algo bueno cuando, a?os despu¨¦s de salir al mercado, sigue vendi¨¦ndose igual. Eso me ha sucedido, sobre todo, con algunas l¨¢mparas y creo que la durabilidad es algo que hemos perdido en esto del dise?o. Tengo modelos de l¨¢mpara que creo que le gustan a las chicas de 25 y a sus madres, y que se venden hoy igual que hace 15 a?os. Hoy es todo demasiado ef¨ªmero", apunta el creador, "defines el interiorismo de un restaurante, un proyecto que puede llegar a costar dos millones de euros, y puede que, al cabo de dos a?os, ese local sea una tienda de zapatos. Esto crea problemas no s¨®lo de concepto del dise?o y de sus funciones, sino tambi¨¦n de sostenibilidad. Es algo con lo que nos encontramos demasiado a menudo".
A medio camino entre dise?ador estrella, el que impone su estilo y criterio sobre las necesidades del cliente, y el creador de urgencias, camale¨®n a la moda, Arola confiesa que en el terreno del dise?o, el creador es un mal necesario. "Siempre me he movido por la belleza de las cosas, y la belleza muchas veces est¨¢ en la personalidad. No quiero que algo sea bonito porque es hijo m¨ªo. Quiero que sea bonito por s¨ª mismo, que tenga vida y utilidad". Para lograr esa sublimaci¨®n de la belleza aplicada, Toni practica principios casi japoneses de minimalismo y funcionalidad, aunque la realidad, definida tanto por los usos y costumbres del p¨²blico como por las tendencias de unas modas que apuestan por la estridencia, le haga, en ocasiones, encontrarse con demasiadas complicaciones.
La realidad nos estropea tantas buenas historias. "Lo m¨¢s dif¨ªcil es negociar con los clientes de la moda (¨¦l ha trabajado con Schlesser o Loewe, entre unos cuantos). Tienen un universo est¨¦tico muy definido, muy claro. Saben lo que quieren y no puedes salir de ah¨ª. Puede parecer un contrasentido, pues la moda es creaci¨®n y una firma de moda deber¨ªa ser un cliente en sinton¨ªa con tu obra. Pero no es el caso". En cuanto al p¨²blico, Arola se muestra preocupado por la p¨¦rdida de valores del dise?o, cuya finalidad ha quedado reducida al consumo. "Todo es consumo. Se supone que consumir nos hace felices y, vale, todo se puede dise?ar, pero no todo el dise?o es igual, por lo que la manera de consumirlo tampoco debiera ser tan uniforme".
Despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada al frente de su estudio, en el Poblenou barcelon¨¦s, y en el que actualmente trabajan una docena de empleados, el dise?ador recuerda c¨®mo el v¨¦rtigo de los solitarios inicios ha dejado paso a la necesidad de rearticular una estructura que ¨¦l ya no cree v¨¢lida para un negocio de estas caracter¨ªsticas. "No puedes tener empleados y subordinados en un estudio. La gente se apalanca y deja de crear. He visto c¨®mo le ha sucedido esto a gente de aqu¨ª. Mi idea es transformar esto en una estructura transversal, tener socios en vez de empleados, que la gente se involucre m¨¢s, que sienta como suyo el proyecto". Y si logra esto, y con ello gana tiempo, dice que lo que de verdad le gustar¨ªa crear es una casa. "Mi casa, a poder ser, claro. Una casa que sea c¨®moda y actual, pero no moderna. Con una cocina que sea de fuego de verdad, nada de vitrocer¨¢micas, por ejemplo. Un lugar donde te sientas a gusto, no un lugar dise?ado para salir en las revistas".
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