Y lo tumb¨® en la lona...
Solbes gan¨® a Pizarro porque su visi¨®n de la econom¨ªa es m¨¢s ajustada a la realidad
1. Orejeras ideol¨®gicas. S¨®lo teniendo puestas las orejeras ideol¨®gicas se puede creer que Pizarro hab¨ªa ganado a Solbes el debate en televisi¨®n. La superioridad del vicepresidente econ¨®mico del Gobierno fue muy amplia y avanz¨® conforme pasaba el tiempo y al aspirante se le acababan las frases hechas que hab¨ªa tra¨ªdo apuntadas (por ejemplo, repiti¨® m¨¢s de una vez que la inflaci¨®n es un impuesto para los pobres, con tal ¨¦nfasis que parec¨ªa un descubrimiento suyo). Muchos analistas achacaron a posteriori la severa derrota de Pizarro a que es un principiante en el mundo de la pol¨ªtica; a que se dej¨® arrastrar al terreno de los grandes n¨²meros en vez de haber insistido en la microeconom¨ªa; etc¨¦tera. Pero pocos han se?alado que la victoria de Solbes pudo deberse a algo m¨¢s sencillo: a que la visi¨®n que dio de la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola es m¨¢s ajustada a la realidad que el catastrofismo de Pizarro.
2. Dos modelos. Se clarificaron los modelos que cada uno defiende. La de Antena 3 ha sido una de las pocas ocasiones en las que Solbes ha ense?ado su alma socialdem¨®crata, ya que casi siempre se presenta como un tecn¨®crata ocupado en que no fallen los recursos, no en la forma de distribuirlos; en los ¨²ltimos meses ha pasado de afirmar que aqu¨ª no ocurre nada a decir que estamos mejor preparados que otros para soportar los efectos de la desaceleraci¨®n y que se proteger¨¢ a los perjudicados de ¨¦sta porque hay margen para hacerlo. Ese margen se destruir¨ªa con bajadas masivas de impuestos, como las que propuso Pizarro. ?ste fue a¨²n m¨¢s expl¨ªcito: el modelo que le gusta es el de la Comunidad de Madrid, que ha reducido algunos grav¨¢menes (la parte auton¨®mica del impuesto de la renta) y ha hecho desaparecer otros (por ejemplo, sucesiones y donaciones). Pero al modelo econ¨®mico de la Comunidad de Madrid, adem¨¢s de su insolidaridad, le estallan por todas partes las costuras de sus servicios p¨²blicos (el mejor ejemplo es la sanidad) ante el incremento de la demanda y la ausencia de ingresos alternativos. Por si alguien sospechaba que esa adhesi¨®n a Esperanza Aguirre le llevaba a territorios demasiado neocons, Pizarro advirti¨® que ¨¦l ven¨ªa de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (no de la ultramontana Alianza Popular) y abomin¨® de las pensiones por capitalizaci¨®n, que impuls¨® Pinochet en Chile.
3. Los silencios. Cada uno de los contendientes dej¨® de contestar a algunas cuestiones. Solbes no se inmut¨® cuando Pizarro le cuestion¨® -por dos veces- sobre qu¨¦ iba a hacer con el impuesto de sucesiones y donaciones (en otros lugares ha dicho que establecer¨¢ un m¨ªnimo que habr¨¢ de pagarse en todas partes), y el representante del PP mir¨® para otro lado cuando el vicepresidente le pregunt¨® qu¨¦ le parec¨ªan las declaraciones de Zaplana (sin mencionarlo) de que hay entidades financieras espa?olas que "sin duda" tienen problemas econ¨®micos, y que el Banco de Espa?a est¨¢ ocult¨¢ndolas por conveniencia pol¨ªtica. Recu¨¦rdese que en su otra vida, Pizarro fue presidente de una caja de ahorros, presidente de la patronal de las cajas y presidente de la Bolsa de Madrid.
4. El peor momento. La ¨²nica situaci¨®n que dej¨® a Solbes un poco aturdido fue cuando Pizarro machac¨® con las cifras crecientes de desempleo, inflaci¨®n y crecimiento, apoyado en las aportadas ese mismo d¨ªa por el comisario europeo Joaqu¨ªn Almunia. Almunia sustituy¨® a Solbes el d¨ªa en que Zapatero le llev¨® a la vicepresidencia de Gobierno. Ah¨ª perdi¨® contundencia.
El peor momento para Pizarro fue cuando ¨¦ste sac¨® a bailar el tipo de argumentos que tanto gustan a Acebes, Zaplana et altri. La reforma fiscal del PP costar¨¢ 30.000 millones de euros, m¨¢s del 40% de lo que cualquier a?o gastan todos los ministerios juntos.
?De d¨®nde recortar¨¢ el PP para que no haya d¨¦ficit?: suprimiendo el Ministerio de Vivienda, la Oficina Econ¨®mica de la Presidencia, las reformas del piso de Mariano Fern¨¢ndez Bermejo y no pagando a los terroristas.
Solbes le contest¨®: yo pensaba que ven¨ªamos a hablar en serio de econom¨ªa y no a hacer demagogia. Y lo tumb¨® en la lona.
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