Un silo guarda 100 millones de muestras de plantas en el ?rtico

Son granos de trigo y semillas de otro centenar de cultivos frecuentes, pero pueden valer m¨¢s que cualquier metal precioso. Y, por eso, la B¨®veda del Fin del Mundo, como se ha denominado al modern¨ªsimo silo que las va a albergar, est¨¢ protegido contra cat¨¢strofes naturales e incluso de la radiaci¨®n de una hipot¨¦tica guerra at¨®mica.

El objetivo es convertirlo en un arca de No¨¦, un enorme almac¨¦n que contenga muestras de las plantas necesarias para que el ser humano reinicie la conquista de la Tierra si se produjera un desastre ecol¨®gico, bien sea por causas naturales o bien por la acci¨®n del hombre.

La instalaci¨®n fue inaugurada ayer en Svalbard, un archipi¨¦lago al norte de Noruega. El lugar se ha escogido por su estabilidad s¨ªsmica y porque, al estar excavado en el suelo permanentemente helado del territorio ¨¢rtico (el permafrost), facilita la conservaci¨®n.

Al acto, que pudo seguirse por Internet, asistieron el primer ministro de Noruega Jens Stoltenberg, el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Barroso, la premio Nobel de la Paz keniana Wangari Maathai y el director ejecutivo del Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos, Cary Fowler.

En total, la b¨®veda recibir¨¢ m¨¢s de 100 millones de semillas procedentes de todas las partes del mundo.

La cifra multiplica por 30 la mayor colecci¨®n de semillas del mundo. Las reservas son mayores dentro de los cultivos m¨¢s frecuentes, como los cereales, para que adem¨¢s de guardar un ejemplar, haya una muestra lo suficientemente amplia de las distintas variedades.

De esta manera, se pretende conservar la biodiversidad para asegurar la supervivencia de las especies (si un tipo de trigo, por ejemplo, es vulnerable a un par¨¢sito se puede usar otro m¨¢s resistente o cruzarlo para asegurar su supervivencia).

Para que sea ¨²til para toda la humanidad, la organizaci¨®n que lo ha construido, The Crop Trust, ha pedido semillas a pa¨ªses ricos y pobres (Kenia, Pakist¨¢n y Colombia, por ejemplo, han enviado las suyas), para poder ofrecer una dieta completa. No se trata de que en un futuro desaparezcan el sorgo o el ?ame, aunque haya un inter¨¦s mayor en el trigo, el arroz, el ma¨ªz y la patata, de los que se guardan miles de variedades.