?Y si el rival hubiera sido Gallard¨®n?
?Y si hubiera sido Gallard¨®n el que debatiese con Zapatero? ?Qu¨¦ habr¨ªa hecho el alcalde de Madrid si tuviera en propiedad la silla de Rajoy, en lugar de ser Rajoy el que tiene prestada la de Aznar? ?Habr¨ªa sido tan agresivo y usado el debate de bate? ?Habr¨ªa insultado? ?Habr¨ªa sacado en procesi¨®n a las v¨ªctimas del terrorismo? ?Habr¨ªa dejado en el aire alguna de sus afirmaciones el aborrecible aroma de la xenofobia? ?Habr¨ªa demostrado que para ¨¦l, como para los dos protagonistas de la noche, un debate es la suma de dos mon¨®logos?
Qui¨¦n sabe, pero seguro que a muchas personas, y entre ellas a numerosos votantes del Partido Popular, se les habr¨¢ ocurrido pregunt¨¢rselo, igual que se le ocurri¨® a Juan Urbano. ?C¨®mo ser¨ªan estas elecciones con Gallard¨®n en el papel de la gran esperanza azul de los conservadores? ?Regresar¨ªa el PP a la derecha desde la extrema derecha? ?l, que tantos t¨²neles ha hecho, ?sabr¨ªa desmarcarse de la Conferencia Episcopal pas¨¢ndole la pelota entre las piernas a Rouco y sus hermanos, lo cual es siempre dif¨ªcil si llevan la sotana puesta? En resumen: ?ser¨ªa capaz de cambiarse, si no de chaqueta, al menos de zapatos, y tirar a la basura los antiguos, cuyas suelas est¨¢n manchadas de barro de las Azores, sangre de Irak y polvo de conspiraci¨®n? Seguro que algo de eso podr¨ªa ocurrir ahora y, tal vez, ocurra en el futuro si dentro de diez d¨ªas, cuando el PP pierda las elecciones, Gallard¨®n las gana. Aunque habr¨¢ que ver hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos a hundir su propio barco los marineros de Aznar.
La pol¨ªtica est¨¢ lejos porque en ella casi todo parece decidirse m¨¢s all¨¢ de nosotros
A Juan Urbano le parece que en nuestro pa¨ªs la pol¨ªtica est¨¢ lejos de los ciudadanos, en unas alturas a las que no llegan los ascensores de las personas normales. Debiera estar dentro pero est¨¢ lejos, en el extrarradio de la l¨®gica y, cada vez m¨¢s, a este lado de las fronteras de la correcci¨®n, en cuyo nombre se ha llegado a unos niveles de demagogia tan insufribles que, ayer mismo, mientras las olas negras de los titulares romp¨ªan contra los nombres de otras cuatro mujeres asesinadas en Espa?a por sus parejas o antiguas parejas, la vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, declaraba a la prensa que si matar a cualquier ser humano es un acto deleznable, matar a un a mujer es a¨²n peor... Lo que hay que o¨ªr.
La pol¨ªtica est¨¢ lejos porque en ella casi todo parece decidirse m¨¢s all¨¢ de nosotros, en unas esferas a las que tenemos prohibido el paso. El propio Partido Popular es una buena muestra de ello, dado que sus candidatos a presidente del Gobierno los eligen a dedo sus predecesores, en lugar de hacerlo sus militantes o delegados: o sea, que Fraga pone a Hern¨¢ndez Mancha, lo quita y pone a Aznar; Aznar pone a Rajoy, qui¨¦n sabe por qu¨¦, y Rajoy... ?a qui¨¦n va a nombrar sucesor, si es que no se lo nombran desde arriba, que parece lo m¨¢s probable? Desde arriba o desde al lado, si al final la que tira con m¨¢s fuerza de su silla es Esperanza Aguirre, a quien cada vez se le est¨¢ poniendo m¨¢s gubernamental el discurso. Juan Urbano se apost¨® una cena consigo mismo a que m¨¢s de un afiliado del PP mira con envidia el sistema que se sigue en Estados Unidos y so?ar¨¢ de vez en cuando con que alg¨²n d¨ªa se celebren primarias en su partido y alguien como el propio Gallard¨®n, sin ir m¨¢s lejos, pueda presentarse a ellas.
Juan Urbano no votar¨ªa a Gallard¨®n ni despu¨¦s de haberse bebido una garrafa de anticongelante, pero estaba seguro de que al lado de Rajoy y lo que Rajoy, cumpliendo ¨®rdenes, ha tenido que terminar representando, el alcalde de Madrid hubiera sido un aspirante m¨¢s s¨®lido y, probablemente, un rival menos sencillo para el presidente Zapatero, que lo tiene tan f¨¢cil que debe insistir en que lo tiene muy complicado, para que no se le queden en casa los votantes. De hecho, no deja de ser curioso que durante el presunto debate, cada vez que Rajoy quer¨ªa alardear de algo pon¨ªa Madrid encima de la mesa. ?Qu¨¦ Madrid, el de Aguirre o el de Gallard¨®n? Porque si era el de Gallard¨®n y lo usaba de escaparate o de modelo, ?no es un contrasentido que haya prescindido de quien lidera ese modelo a la hora de hacer la lista para el Congreso por la capital?
Pues s¨ª, pero eso es lo que tienen los mon¨®logos, que son una carretera de una sola direcci¨®n y, por tanto, todo lo que no sea hacia delante es justamente eso, un contrasentido. A ver si al final resulta que el que va en direcci¨®n prohibida es el coche alquilado de Rajoy. Todo podr¨ªa ocurrir. Bueno, o al menos casi todo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.