Burbuja sobre Mestalla
Marca una tradici¨®n imprecisa que los presidentes de los clubes de f¨²tbol sean constructores, promotores inmobiliarios o empresarios bien pertrechados para la especulaci¨®n del suelo. Si Juan Villalonga, ex amigo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y ex presidente de Telef¨®nica, llega a comprar el Valencia -cosa que hoy est¨¢ menos clara que ayer y probablemente m¨¢s que ma?ana- estar¨ªamos ante una anomal¨ªa relativa. El origen de los capitales de Villalonga no est¨¢ en el ladrillo, sino en las archifamosas stock options, en la manipulaci¨®n financiera y en los diferenciales de tipos de inter¨¦s. Opera como un inversor avanzado. Pero dicen que el Valencia club de f¨²tbol necesita eso, un Harry Potter de la arquitectura financiera que sea capaz de cubrir la fuga de la familia Soler, que domina hoy el accionariado del club, y transforme la deuda en negocio.
La familia Soler quiere huir del Valencia CF porque sobre el club pesan cargas inmanejables por el actual presidente, Juan Soler. Todo fueron mieles mientras se trat¨® simplemente de recalificar terrenos -los de Riba-roja para construir el nuevo estadio y los de Mestalla para edificar sobre el antiguo c¨¦sped- o pintar grandes planes inmobiliarios. Ah¨ª estaban el Ayuntamiento y la Comunidad Aut¨®noma para allanar el camino. Pero el frenazo inmobiliario ha enrarecido la cuenta de resultados de los Soler e impide la venta de las torres que se edificar¨¢n sobre Mestalla. Para colmo, el equipo de f¨²tbol no da una a derechas. Todo son deudas, proyectos inmobiliarios inacabados y goles en contra.
Sorprende el alboroto con que se ha negociado la venta de las acciones de los Soler y del segundo accionista del club, Vicente Soriano. La discreci¨®n -en los negocios- es uno de los puntos fuertes de Villalonga. Los goles se marcan en p¨²blico, pero los negocios se manejan en privado. Una explicaci¨®n posible es que alguien haya calculado que la publicaci¨®n de la noticia impedir¨ªa la retirada de Villalonga. Pues bien, la operaci¨®n Villalonga est¨¢ a punto de frustrarse y el Valencia seguir¨¢ siendo otra v¨ªctima de la burbuja inmobiliaria.
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