El pr¨ªncipe Enrique combate a los talibanes en Afganist¨¢n
Su incorporaci¨®n al contingente brit¨¢nico se hizo en secreto
El pr¨ªncipe Enrique, de 23 a?os, tercero en la l¨ªnea de sucesi¨®n a la corona brit¨¢nica, ha pasado 10 semanas desplegado en secreto en zonas de guerra en Afganist¨¢n. La prensa inglesa estaba al corriente de ello y hab¨ªa aceptado mantener un bloqueo informativo hasta que el pr¨ªncipe acabara la misi¨®n de cuatro meses, pero la noticia fue divulgada ayer por un portal de Internet en Estados Unidos y confirmada poco despu¨¦s por el Ministerio de Defensa brit¨¢nico.
Enrique, de 23 a?os, es tercero en la l¨ªnea de sucesi¨®n a la corona brit¨¢nica
El 31 de diciembre dio luz verde a un ataque a¨¦reo sobre posiciones talibanes
"Su conducta en las operaciones ha sido ejemplar", declar¨® el general Dannatt
El pr¨ªncipe, que viaj¨® a la provincia de Helmand, al sur del pa¨ªs, el 14 de diciembre, ha ido a Afganist¨¢n en calidad de controlador de ataques a¨¦reos: su trabajo era identificar objetivos y dar luz verde a los bombarderos para atacar esos objetivos. El 31 de diciembre dio por primera vez el visto bueno a un ataque desde el aire a posiciones de talibanes y dos bombarderos estadounidenses F-15 lanzaron tres bombas de 225 kilos de peso cada una sobre un b¨²nker en el que se hab¨ªa localizado a 15 enemigos.
El despliegue del pr¨ªncipe Enrique fue decidido por el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito brit¨¢nico, el general sir Richard Dannatt, y constituye un gran golpe de propaganda para el Ej¨¦rcito. Dannatt se hab¨ªa visto obligado en mayo pasado a dar marcha atr¨¢s en su primera decisi¨®n de enviar al heredero a Afganist¨¢n. Aunque aquella decisi¨®n ten¨ªa el respaldo de la familia real y del Gobierno y era producto sobre todo de las presiones del propio Enrique, que quer¨ªa unirse a sus compa?eros de armas cuando ¨¦stos fueran enviados a Afganist¨¢n, todo se fue al traste por la enorme repercusi¨®n informativa que tuvo el anuncio, hace ahora un a?o.
El Ej¨¦rcito tuvo que dar marcha atr¨¢s porque tanto Enrique como sus compa?eros se hab¨ªan convertido en objetivo prioritario de posibles ataques debido a la publicidad que se dio a su futura presencia en la guerra. Esa marcha atr¨¢s se interpret¨® como una victoria pol¨ªtica de los talibanes, una humillaci¨®n para el Ej¨¦rcito brit¨¢nico, incapaz de garantizar la seguridad del nieto de la reina y un serio contratiempo para el entonces primer ministro, Tony Blair, porque pon¨ªa de relieve el deterioro de la situaci¨®n en Afganist¨¢n, un conflicto que los militares y muchos analistas consideraban mucho m¨¢s necesario que la impopular invasi¨®n de Irak. Enrique declar¨® p¨²blicamente que comprend¨ªa los motivos que hab¨ªan llevado a sus superiores a suspender su env¨ªo a Afganist¨¢n, pero lleg¨® a plantearse el abandono de la carrera militar.
Sir Richard Dannat y Cabo Gales, como conocen sus compa?eros al hijo menor del pr¨ªncipe de Gales, se han quitado ahora aquella espina, aunque haya sido apelando al secreto. "Su conducta en las operaciones en Afganist¨¢n ha sido ejemplar. Ha estado plenamente involucrado en operaciones y ha corrido los mismos riesgos que todos los dem¨¢s en el campo de batalla", declar¨® ayer el general Dannatt. Pero no aclar¨® si el nieto de Isabel II cumplir¨¢ los cuatro meses de despliegue inicialmente previstos o volver¨¢ de inmediato al Reino Unido una vez que se ha desvelado su presencia en el frente.
El despliegue de Enrique en Afganist¨¢n fue mantenido en secreto incluso a altos generales del Ej¨¦rcito y a amigos personales del pr¨ªncipe para evitar que pudiera ser difundida de manera accidental y pudiera llegar a o¨ªdos de simpatizantes de los talibanes. Pero la noticia fue divulgada por el portal Drudge Report, que en principio la atribuy¨® a una revista femenina australiana, New Idea, que la habr¨ªa publicado hace un mes, y al diario alem¨¢n Bild Zeitung, que aparentemente iba a publicarla hoy.
Una vez roto el embargo, la noticia fue confirmada por el ministro de Defensa en Londres y los medios brit¨¢nicos empezaron a publicar en sus ediciones electr¨®nicas los reportajes que hab¨ªan preparado la semana pasada en una visita conjunta a Afganist¨¢n. En declaraciones a los reporteros brit¨¢nicos, el pr¨ªncipe admite que en cuanto se divulguen las im¨¢genes de su misi¨®n se convertir¨¢ en objetivo prioritario de quienes apoyan a los talibanes, incluso en el Reino Unido. "Cuando lo pienso me doy cuenta de que es bastante inquietante", admiti¨® el pr¨ªncipe en su comparecencia ante los medios.
Las televisiones empezaron tambi¨¦n a retransmitir de inmediato las im¨¢genes del pr¨ªncipe de patrulla en Afganist¨¢n, sus tareas cotidianas tanto en el frente como en la retaguardia y momentos de camarader¨ªa con sus compa?eros.
[Precisamente en Helmand, la polic¨ªa afgana mat¨® ayer a 25 talibanes que intentaban evitar que las autoridades destruyeran un campo destinado a la producci¨®n de opio, informa Reuters.]
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