Sabina, su gente y la m¨²sica de Elvis
Cuando llegamos a la casa de Joaqu¨ªn Sabina para ver el debate (¨¦l eligi¨® Cuatro) el m¨²sico acababa de escuchar a I?aki Gabilondo diciendo que el voto por correo hab¨ªa subido en Espa?a, y consideraba ¨¦sa la noticia del d¨ªa. Despu¨¦s vio a su compa?ero Joan Manuel Serrat hablar desde Buenos Aires. Su pareja de hecho de la gira de m¨¢s ¨¦xito de 2007 hab¨ªa sido citado por Rajoy en el debate anterior, como beneficiario del Gobierno, y Gabilondo le preguntaba por eso.
En la distancia argentina, Serrat ped¨ªa menos manipulaci¨®n (sobre el canon, por ejemplo) y desde la butaca, junto al piano, su primo le gritaba: "?M¨®jate, Nano!"
En el piano estaba el gato, Elvis, que se llama as¨ª por una an¨¦cdota de Garc¨ªa M¨¢rquez. Se preparaba el Nobel para una cena con el rey Juan Carlos, y un nieto le dijo: "?D¨®nde vas?" "A cenar con el Rey?" "?Con Elvis?", pregunt¨® el nieto. Y por eso el gato de Sabina se llama Elvis.
Antes del debate, y ante el asombro del m¨²sico, el gato repos¨® en el teclado, y toc¨® dos notas preciosas. El gato mereci¨® m¨¢s silencio que el debate. Elvis desapareci¨® luego; faltaba finura. Una vez los contendientes se gritaron: "?No, hombre, no!" "S¨ª, hombre, s¨ª" Les faltaba la camiseta.
En el anterior debate, cree Joaqu¨ªn, gan¨® Rajoy, "no s¨¦ a qui¨¦n le pidieron opini¨®n, gan¨® Mariano", y ahora Sabina estaba expectante. Luego dijo: "Gan¨® ZP, por puntos. Por lo de Irak. Lo dem¨¢s, como el otro d¨ªa".
Cit¨® en su casa, en Lavapi¨¦s, a sus amigos el editor Chus Visor y el escritor Benjam¨ªn Prado, y con ¨¦l estaba su familia: Ximena, su mujer, su cu?ado Sebas, su amiga Alejandra, todos peruanos... Algunos hab¨ªan sido legalizados por el Partido Popular..., el PSOE rechaz¨® a alguno.
Las primeras risas del debate vinieron cuando los debatientes empezaron a repartirse precios. "?Parecen de Pryca y Carrefour!", exclam¨® Benjam¨ªn. "?A ver qu¨¦ tengo de patatas!", dijo uno, mientras Rajoy buscaba papeles. Chus, que tambi¨¦n opina como Sabina con respecto al primer debate, dijo luego: "?Ganaron los obispos!" Y Sabina le replic¨®: "?Ni de pol¨ªtica internacional!"
La seriedad se instal¨® en la sala cuando empezaron a darse en la cabeza con la emigraci¨®n. Sabina lo dijo: "?ste es el discurso peligroso". Sabina cre¨ªa, en el descanso, que ganaba Zapatero. Despu¨¦s dijo: "Escapamos". La guerra de Irak y el 11-M fue un buen charco, casi un pantano. Para Rajoy. Pero luego empez¨® el toma y daca constante y los espectadores (perplejos, verdaderamente) encontraron que la altura se fue devaluando hasta llegar a la zona m¨¢s triste de la pol¨ªtica: nadie se escucha. Cuando sacaron el asunto de las nuevas tecnolog¨ªas, Sabina le grit¨® a ZP: "?S¨¢cale al astronauta, que adem¨¢s es tuyo!"
No les gust¨® lo que dijo Rajoy sobre la inmigraci¨®n; tampoco los vi muy felices cuando se intercambiaron dudas sobre la primera pregunta que Rajoy le hizo a Zapatero nada m¨¢s llegar al Gobierno. Que si fue de econom¨ªa, que si no. Sabina dijo: "Aprendi¨® Rajoy, eh".
Cuando lo busqu¨¦, Elvis estaba detr¨¢s del piano; no estaba para m¨²sicas.
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