Las mafias del cibercrimen cuentan con un ej¨¦rcito de m¨¢s de 250.000 esclavos sometidos a torturas, extorsiones y violaciones
El negocio del fraude en Internet impulsa la proliferaci¨®n de macrocentros de estafas que causan en las v¨ªctimas mucho m¨¢s que da?os econ¨®micos

Mohammed Arshad, de origen indio, tiene 34 a?os. Le contactaron por redes sociales para ofrecerle un ¡°buen trabajo¡±, de unos 1.000 euros mensuales, en una compa?¨ªa tecnol¨®gica de Laos. Cuando lleg¨®, se dio de bruces con la realidad. ¡°Me confiscaron mi pasaporte y se negaron a devolv¨¦rmelo hasta pagar unos 100.000 euros o trabajar gratis durante un a?o¡±, relata. Su misi¨®n, estafar con identidades falsas a trav¨¦s de internet con consecuencias devastadoras en los afectados que van m¨¢s all¨¢ del da?o econ¨®mico. Durante su cautiverio, hasta la pasada primavera, observ¨® torturas y violaciones, algo similar a lo que le ocurri¨® a Xu Bochun, de 39 a?os y procedente de Shangh¨¢i, seg¨²n relat¨® hace unos d¨ªas a EL PA?S. Arshad y Xu Bochun han sido v¨ªctimas de las mafias del cibercrimen, que reclutan con enga?os en hasta 22 pa¨ªses m¨¢s de 250.000 personas como mano de obra forzada para lo que J¨¹rgen Stock, secretario general de Interpol hasta el pasado noviembre, califica de ¡°epidemia del fraude a escala masiva y mundial¡±.
Arshad pudo enviar un aviso a la embajada india y fue liberado el pasado 2 de junio del conocido como Tri¨¢ngulo Dorado, que incluye Myanmar, Laos y Tailandia. El Centro de Coordinaci¨®n de Delitos Cibern¨¦ticos de la India, aunque ha liberado a muchas v¨ªctimas, a¨²n dispone de una lista de centenares de personas que han entrado en estas zonas con visados de turistas y no han vuelto.
Su experiencia fue menos traum¨¢tica que la de un joven de 24 a?os de Sri Lanka quien se identific¨® a la BBC como Rovi. A esta cadena relat¨® torturas con descargas el¨¦ctricas, violaciones m¨²ltiples a compa?eras. ¡°Pas¨¦ 16 d¨ªas en una celda por no obedecerles. Me daban agua mezclada con colillas de cigarrillos y ceniza para beber¡±, recuerda.
Neel Vijay, un joven de 21 a?os tambi¨¦n de la India, pudo escapar del cautiverio, durante el que se vio obligado a trabajar m¨¢s de 15 horas diarias, con un solo d¨ªa de descanso al mes, porque su familia abon¨® un rescate de 7.000 euros. Detalla las mismas circunstancias de extorsi¨®n, tortura y explotaci¨®n.

Interpol ha confirmado los relatos de las v¨ªctimas, quienes, seg¨²n la polic¨ªa internacional, ¡°son explotadas financieramente, golpeadas y abusadas sexualmente¡±. Un trabajo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) sobre la trata de personas calcula que el n¨²mero de esclavos de estas organizaciones supera las 150.000 personas. La oficina de Derechos Humanos de la ONU eleva esta cifra a m¨¢s de 250.000 solo en el Tri¨¢ngulo Dorado.
Para Ling Li, de la Universidad Ca¡¯ Foscari (Venecia) y coautora del libro Scam (Fraude), es dif¨ªcil cuantificar con precisi¨®n el n¨²mero de empleados en esta industria y tambi¨¦n rechaza que todos sean forzados o enga?ados: ¡°Muchas personas ingresan inicialmente de manera voluntaria, buscando participar en estafas, pero luego se encuentran atrapadas, encerradas y sometidas a abusos, convirti¨¦ndose as¨ª en v¨ªctimas. El n¨²mero de estas depende en gran medida de c¨®mo se defina la trata de personas o el trabajo forzoso y los diferentes pa¨ªses tienen sus propios marcos legales para estos t¨¦rminos¡±. Tampoco cuantifica el volumen de negocio de estas mafias, aunque s¨ª precisa que es un entramado ¡°enorme y se expande muy r¨¢pido¡±. ¡°Solo en Camboya, identificamos m¨¢s de 250 sitios fraudulentos¡±, precisa la autora.
Industria del terror
¡°Estas estafas no las ejecutan solo individuos sino que las orquestan grupos criminales organizadas que operan a escala industrial¡±, afirman Jack Whittaker, crimin¨®logo de la Universidad de Surrey, y Suleman Lazarus, colega de la London School, en The Conversation. Ambos son coautores de una investigaci¨®n en Journal of Economic Criminology sobre las v¨ªctimas de estas mafias.
Whittaker y L¨¢zarus confirman los relatos de los ca¨ªdos en las tramas de esclavos cibern¨¦ticos: ¡°A las personas econ¨®micamente vulnerables se les promete trabajo [muchas veces en casinos] y se les env¨ªa al sudeste asi¨¢tico, normalmente a Camboya y Myanmar, desde todo el mundo. Luego son encerrados en grandes recintos y pueden ser obligados a estafar a las personas durante 17 horas al d¨ªa¡±.
Ling Li completa este terrible escenario: ¡°Por lo general, las v¨ªctimas est¨¢n confinadas en habitaciones o edificios abarrotados con una privacidad m¨ªnima. Se les mantiene bajo vigilancia constante y su libertad est¨¢ severamente restringida; no se les permite salir de las instalaciones sin permiso y son objeto de violencia si intentan escapar. Adem¨¢s del confinamiento f¨ªsico, las v¨ªctimas pueden enfrentarse a la manipulaci¨®n psicol¨®gica. Los traficantes pueden utilizar la coerci¨®n emocional, como amenazas a sus familias o promesas de recompensas futuras, para asegurar la obediencia de las v¨ªctimas. Tambi¨¦n existe el miedo constante a ser castigado o a ser denunciado a las autoridades, lo que hace que muchas v¨ªctimas se muestren reacias a buscar ayuda¡±.
Un informe de Humanity Research Consultancy, una entidad social que investiga la esclavitud moderna, detalla que, ¡°para garantizar el cumplimiento [del trabajo de estafadores], los traficantes torturan regularmente a sus v¨ªctimas, con m¨¦todos como la electrocuci¨®n, enterrando vivos a los cautivos o rompi¨¦ndoles los dedos con martillos¡±. ¡°Las mujeres, a menudo, son obligadas a ejercer el trabajo sexual en los burdeles del complejo y a actuar como modelos durante las videollamadas con las posibles v¨ªctimas¡±, a?ade el trabajo.

Este pasado febrero, una macrorredada en centros de llamadas fraudulentos de Myanmar llev¨® a la identificaci¨®n de miles de esclavos de varios pa¨ªses. Solo Tailandia, seg¨²n confirm¨® el primer ministro, Paetongtarn Shinawatra, gestiona la repatriaci¨®n de 7.000 personas esclavizadas. Otros centenares volv¨ªan a China en vuelos organizados por el Gobierno. La operaci¨®n Serengueti, completada a finales de a?o por Interpol, Afripol y 19 pa¨ªses concluy¨® con 1.006 detenciones por ciberfraudes que han ocasionado m¨¢s de 185 millones de euros en p¨¦rdidas y afectado a 35.000 v¨ªctimas.
¡°En los ¨²ltimos meses se han producido medidas represivas, detenciones y cortes de Internet por parte de los organismos encargados de hacer cumplir la ley y los gobiernos regionales. Camboya, Myanmar y Laos siguen siendo los refugios m¨¢s atroces para las operaciones criminales¡±, detallan Clara Fong y Abigail McGowan en el Consejo de Relaciones Exteriores, una ONG fundada en EE UU y especializada en pol¨ªtica exterior y relaciones internacionales.
Las actuaciones en la regi¨®n asi¨¢tica se producen tras un informe de la organizaci¨®n independiente US Institute of Peace (USIP) en el que alerta de que ¡°la delincuencia organizada es un importante motor de conflictos a nivel mundial¡±. ¡°La ¨²nica esperanza de desestabilizar y desbaratar esta compleja y arraigada red criminal en el sudeste asi¨¢tico es un esfuerzo internacional dedicado y coordinado¡±, reclama la USIP.
Este esfuerzo tiene que ser proporcional a la proliferaci¨®n de las mafias. Qiaoyu Luo, doctorada en la Facultad de Sociolog¨ªa de la Universidad de Oxford con una investigaci¨®n sobre la industria del cibercrimen chino, detalla en un estudio publicado en Nature, que ¡°el acceso generalizado a Internet ha facilitado un aumento de la ciberdelincuencia con fines de lucro¡±. ¡°Esta¡±, a?ade, ¡°est¨¢ ahora altamente industrializada y opera con un conjunto de actos maliciosos que, en algunos casos, no requieren habilidades t¨¦cnicas avanzadas¡±.
La investigadora calcula que el da?o econ¨®mico de la ciberdelincuencia alcance los 10.500 millones de d¨®lares este a?o, casi el doble que hace cuatro a?os. ¡°Muchas de estas actividades il¨ªcitas son llevadas a cabo por empresas criminales que adoptan estructuras que se asemejan a negocios legales¡±, advierte.
El motor de estas actividades es principalmente el lucro r¨¢pido y con una inversi¨®n m¨ªnima. Un estudio publicado en Plos One contabiliz¨® m¨¢s de cuatro millones de euros defraudados a trav¨¦s de internet en 12 meses y solo en dos regiones del Reino Unido analizadas.
No solo un da?o econ¨®mico
Las campa?as de fraude se dirigen a todos los rangos de edad o condici¨®n social, pero aquellos que se reconocieron m¨¢s afectados, de forma m¨¢s severa, fueron mayoritariamente mayores de 55 a?os, quienes relataron consecuencias no solo econ¨®micas, al perder sus ahorros, sino tambi¨¦n graves secuelas psicol¨®gicas, como depresi¨®n y ansiedad. ¡°Si bien el riesgo de ciberdelincuencia es mayor entre los grupos demogr¨¢ficos m¨¢s j¨®venes, los adultos mayores tienen m¨¢s probabilidades de experimentar victimizaci¨®n repetida y p¨¦rdidas financieras¡±, explican los autores.
Para Mark Button, director del Centro de Ciberdelincuencia y Delincuencia Econ¨®mica de la Facultad de Criminolog¨ªa y Justicia Penal de la Universidad de Portsmouth, ¡°ha habido una percepci¨®n de que los delitos cibern¨¦ticos no tienen un impacto tan malo como algunos delitos f¨ªsicos, pero es similar y, en algunos casos, peor que los delitos tradicionales comparables, como el robo¡±. ¡°Encontramos v¨ªctimas que comparan los ataques cibern¨¦ticos con agresiones f¨ªsicas o violaciones y otras que contemplaban el suicidio como consecuencia¡±, afirm¨® tras un estudio sobre las v¨ªctimas completado hace cinco a?os.
Las estafas que llevan a cabo son m¨²ltiples. Una de las m¨¢s comunes es hacerse pasar por hombre o mujer, seg¨²n el inter¨¦s de la v¨ªctima, que entabla una relaci¨®n con el usuario y va ganando su confianza para pedirles dinero con excusas de emergencias m¨¦dicas o problemas legales. Otra com¨²n es ofrecer inversiones inveros¨ªmiles: solicitan 100.000 euros, devuelven 50.000 y la v¨ªctima cree haber conseguido una rentabilidad del 50% cuando, en realidad, ha perdido esa cantidad. Tambi¨¦n venden a supuesto bajo precio productos falsificados o de menor coste que el anunciado.
Marc Rivero, investigador principal de ciberseguridad de Kaspersky, a?ade entre los fraudes comunes ¡°inversiones falsas en criptomonedas, donde se presentan plataformas manipuladas que muestran ganancias ficticias hasta que la v¨ªctima intenta retirar su dinero y se le bloquea el acceso¡± y las estafas de soporte t¨¦cnico. ¡°Los ciberdelincuentes se hacen pasar por empresas como Microsoft o Apple para instalar software [programa] malicioso y robar informaci¨®n bancaria¡±, a?ade. Otros esquemas que detalla son los ataques de Business Email Compromise (BEC), en los que se suplanta la identidad de ejecutivos para enga?ar a empleados y desviar fondos.
C¨®mo evitar los fraudes
El investigador de Kaspersky explica que ¡°las estafas operadas desde estos centros de llamadas fraudulentos siguen un esquema bien estructurado que combina ingenier¨ªa social y tecnolog¨ªa avanzada para enga?ar a las v¨ªctimas¡±. Y detalla: ¡°Los delincuentes utilizan bases de datos obtenidas ilegalmente y contactan a personas haci¨¦ndose pasar por empresas leg¨ªtimas, empleando n¨²meros de tel¨¦fono falsificados para dar credibilidad a sus llamadas. Su objetivo principal es manipular a las v¨ªctimas para que entreguen informaci¨®n personal, instalen malware [programas maliciosos] o realicen transferencias de dinero bajo falsas promesas¡±.
Para dificultar su detecci¨®n, seg¨²n especifica Rivero, ¡°estos grupos delictivos emplean tecnolog¨ªas como inteligencia artificial para automatizar fraudes, deepfakes [falsedades indetectables] para suplantar identidades y VPNs [redes virtuales] para ocultar su ubicaci¨®n real. Adem¨¢s, el dinero robado suele ser blanqueado a trav¨¦s de criptomonedas y empresas ficticias, lo que les permite moverlo sin levantar sospechas y seguir operando sin ser identificados f¨¢cilmente¡±.
Para evitar ser v¨ªctimas de estas estafas, seg¨²n Rivero, ¡°es fundamental adoptar una combinaci¨®n de prevenci¨®n, escepticismo y medidas de seguridad digital¡±. ¡°En primer lugar¡±, advierte, ¡°hay que desconfiar de llamadas o correos electr¨®nicos no solicitados que ofrezcan inversiones, premios o asistencia t¨¦cnica inesperada. Las empresas leg¨ªtimas no piden datos bancarios ni acceso remoto sin una solicitud previa. Adem¨¢s, es importante verificar siempre la identidad de quien llama o env¨ªa mensajes, evitando hacer clic en enlaces sospechosos o descargar archivos adjuntos sin confirmar su origen¡±. Y aconseja: ¡°Una b¨²squeda r¨¢pida en internet sobre n¨²meros de tel¨¦fono, correos electr¨®nicos o empresas sospechosas puede revelar reportes de fraude de otros usuarios¡±.
¡°Otra estrategia clave es reforzar la seguridad digital con buenas pr¨¢cticas como utilizar contrase?as robustas y ¨²nicas para cada cuenta, activar la autenticaci¨®n en dos pasos y mantener el software y antivirus actualizados. Tambi¨¦n es recomendable monitorear regularmente cuentas bancarias y correos electr¨®nicos en busca de actividades sospechosas. En el caso de inversiones o asesor¨ªas financieras, siempre se debe acudir a entidades certificadas y reguladas, evitando cualquier plataforma que prometa ganancias irreales o presione para tomar decisiones inmediatas¡±, aconseja.
¡°Si se sospecha de una estafa, es crucial informar de inmediato a las autoridades o a plataformas antifraude para evitar que m¨¢s personas sean afectadas. En caso de haber proporcionado informaci¨®n bancaria, se debe contactar con el banco para bloquear transacciones sospechosas y cambiar credenciales comprometidas¡±, concluye Rivero.
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