Convencer o apabullar
Est¨¢bamos advertidos por Jos¨¦ ?ngel Valente, en su inolvidado poema Nostalgia del destierro, de que "Lo peor es creer/ que se tiene raz¨®n por haberla tenido/ o esperar que la historia devane los relojes/ y nos devuelva intactos al tiempo en que quisi¨¦ramos/ que todo comenzase./ Pues ni antes ni despu¨¦s existe ese comienzo/ y el presente es su negaci¨®n y t¨² su fruto,/ hermano consumido en habitar tu sombra./". Pero, tras el segundo cara a cara de anoche entre Zapatero y Rajoy, ya ha quedado claro que nuestro poeta preferido no figura entre las lecturas del presidente del PP.
Espanta ver c¨®mo el aspirante Rajoy ha preferido renunciar a las oportunidades que le brindaban estos debates. El l¨ªder del PP ha optado por mantenerse encerrado en el corralito de sus propios seguidores, como si estuviera vigente el lema que orlaba las ventanillas en los antiguos vagones de la Renfe: "Es peligroso asomarse al exterior". Espanta comprobar con qu¨¦ decisi¨®n inquebrantable, con qu¨¦ pulso firme, con qu¨¦ admirable determinaci¨®n, el presidente de los populares se ha empleado en renunciar a convencer a los que se perfilaban como afines asimilables. Sucede que los entusiastas, incluidos los que vigilan las benditas antenas episcopales, ayudan hasta el preciso momento en que empiezan a perjudicar. En Rajoy ha terminado prevaleciendo su perfil de opositor, pero de opositor a los Registros de la Propiedad, recitador de los temas ante un tribunal que sobrentiende favorable. Demasiadas letan¨ªas a base del usted miente o del oiga usted, con una mirada dura en plano frontal de una superioridad que centrifuga.
El aspirante Zapatero acud¨ªa anoche al debate convencido de que su tarea era la de incrementar la participaci¨®n, porque es por esa avenida por donde sabe que puede llegarle la victoria en las urnas que anda buscando. Zapatero ha llegado en ocasiones al espectador ofreciendo compromisos personales. Se ha mostrado necesitado del apoyo de los espectadores. Se ha identificado de manera convincente con las pol¨ªticas sociales. Rajoy se ha comportado como si fuera del per¨ªmetro de adictos nada tuviera que ganar. Es la doctrina Elorriaga contada al Financial Times, favorable a sembrar dudas que desalienten la comparecencia ante las urnas de quienes acampan fuera del propio redil. Lo que carec¨ªa de sentido era enredarse en los datos estad¨ªsticos. La cuesti¨®n en juego durante el cara a cara era la de suscitar emociones, cercan¨ªa a los valores y a las ideas.
Las ¨²ltimas precisiones en las propuestas, siempre est¨¢n llenas de tecnicismos que se escapan. La entonaci¨®n de Zapatero le favorec¨ªa, la obsesi¨®n por la ni?a fue un gesto tozudo y enrabietado de Rajoy.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.