Un invidente pugna por presidir una mesa electoral

Ricardo Abad tiene 42 a?os, sabe leer y escribir, y no es candidato. Cumple los requisitos para presidir una mesa electoral. Hace un mes fue convocado a presidir una mesa en Cullera, donde reside. "Me leo el manual para mesas electorales y compruebo que hay cosas que puedo hacer y otras que no", comenta Abad, que es invidente a ra¨ªz de un accidente que sufri¨® cuando ten¨ªa 20 a?os. "Por responsabilidad", Abad acudi¨® a la Junta Electoral, explic¨® que a la hora de comprobar la firma de alg¨²n interventor, por ejemplo, necesitar¨ªa el auxilio de un asistente, pero expres¨® su disposici¨®n a ejercer "como parte de la administraci¨®n electoral".

La Junta Electoral de Sueca, sin embargo, le eximi¨® de su responsabilidad invocando un acuerdo de la Junta Electoral Central de 2000 que establece que la ceguera "impide el desarrollo de las funciones encomendadas a los miembros de las mesas electorales".

Abad, que ha recurrido la decisi¨®n ante la junta provincial, alega que la ley de igualdad de oportunidades para personas con discapacidad de 2003 cita expresamente que en dos a?os, el Gobierno establecer¨¢ condiciones b¨¢sicas de accesibilidad para que los discapacitados puedan participar en la vida pol¨ªtica y los procesos electorales. Tambi¨¦n recuerda que la reciente Ley de Dependencia prev¨¦ la figura del asistente para que las personas sordas puedan tratar con la Administraci¨®n. Y sentencia: "Me alegro cuando se aprueban determinadas leyes, pero no cuando se incumplen".