No basta con pegar
Ven¨ªa yo de o¨ªr una conferencia de Jordi Llovet en la que hab¨ªa explicado que Arist¨®teles entend¨ªa que la amistad era el fundamento de la democracia y me encontr¨¦ con Zapatero y Rajoy metidos en un ejercicio dial¨¦ctico m¨¢s propio de la pol¨ªtica como lucha descarnada entre el amigo y el enemigo. No me ha sorprendido que dos de las personas que estaban viendo el debate conmigo se fueran a la cama diciendo que la pol¨ªtica est¨¢ para resolver los problemas y no para pelearse entre ellos.
Desde el punto de vista t¨¦cnico, es decir, como actores del espect¨¢culo, Zapatero y Rajoy han mejorado: sus prestaciones han sido m¨¢s vivaces y algo m¨¢s encadenadas y sus gestos m¨¢s controlados que durante el debate anterior. Lo cual no impidi¨® que en el fragor de la pelea se construyeran aut¨¦nticos di¨¢logos de besugos, como cuando Zapatero dijo que s¨®lo pod¨ªan quedarse los inmigrantes con trabajo y legales y Rajoy respondi¨® que la inmigraci¨®n tiene que ser legal y con contrato de trabajo. ?Para llegar a esta conclusi¨®n era necesario pelearse tanto?
Por lo dem¨¢s, repetici¨®n de ideas y repetici¨®n de papeles. Rajoy ha aumentado el grado de agresividad pero en ning¨²n momento ha presentado un proyecto alternativo. Aunque su vocabulario de ordeno y mando -"si las cifras no son ciertas eche al responsable del ministerio"- le delatara m¨¢s de una vez. De modo que la sensaci¨®n ha sido que Rajoy ya no trabajaba tanto para ganar como para salvar su pellejo con una derrota digna. En su frenes¨ª, Rajoy se ha estrellado, quiz¨¢s definitivamente, en el tema que mejor deb¨ªa tener preparado: la pregunta por Irak.
Zapatero ha aportado m¨¢s en la lista de propuestas, sin llegar a darles un perfil de proyecto reformista global que completara el que inici¨® durante esta legislatura. Y ha sabido, por su tono m¨¢s moderado y por una mejor modulaci¨®n de la contundencia que en el primer debate, mantener un tono presidencial que es lo que finalmente punt¨²a en estos debates.
Si se hace el ejercicio de preguntarse qu¨¦ han dicho cada uno de los dos que no hubieran dicho antes es dif¨ªcil encontrar una respuesta. Incluso la carta m¨¢s sonada, el compromiso p¨²blico de Zapatero de que el PSOE apoyar¨¢ sin condiciones la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno, gane quien gane, no dejaba de ser la formalizaci¨®n de algo ya dicho.
Es dif¨ªcil de entender que, con la experiencia acumulada, el PP no haya aprendido que con la agresividad sola no se va a ninguna parte. La pol¨ªtica es algo m¨¢s que el boxeo, no basta con pegar. Han perdido una legislatura pegando, ?van a perder otra?
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