Historias de ni?os y ni?as
Los ni?os est¨¢n en campa?a. En la noche de Tejas los sacaron a pasear los dos candidatos dem¨®cratas en liza. Directamente, Barack Obama, a quien le gusta contar historias y tiene una ni?a como la de Rajoy. "Creemos que la ni?a que nazca esta noche debe tener las mismas oportunidades si llega en los barrios de San Antonio o en los suburbios de Saint Louis, en las calles de Chicago o en las colinas de los Apalaches. Creemos que cuando vaya a la escuela por vez primera debe estar en un lugar donde no haya m¨¢s ratas que ordenadores, que cuando se postule para entrar en la universidad la matr¨ªcula no sea un obst¨¢culo para que pueda competir con los ni?os de India o de China en los empleos del siglo XXI". Tambi¨¦n est¨¢n en una h¨¢bil elipsis multimedia en el discurso de la victoria de Hillary Clinton: "Cuando suena un tel¨¦fono a las tres de la madrugada en la Casa Blanca no hay tiempo para discursos". Remite a un anuncio de su campa?a publicitaria en el que aparecen varios ni?os durmiendo, una madre que entra en una habitaci¨®n y un tel¨¦fono que suena, en la Casa Blanca por supuesto, a la espera de que alguien responsable y capaz descuelgue y tome una decisi¨®n.
Obama est¨¢ a un paso del tedio. Es la hora de concretar y convertir la palabrer¨ªa en programa
Esos ni?os no son el futuro. Son se?ales electorales que denotan m¨¢s temores que esperanzas. A quedarnos inermes ante la globalizaci¨®n, debido al origen social o a una educaci¨®n deteriorada; o a una cat¨¢strofe o una crisis b¨¦lica, con un l¨ªder poco fiable como George W. Bush, u otro presidente inexperto. Hace ya muchos a?os que la pol¨ªtica habla el lenguaje de las emociones. De ellas se alimenta la ola gigantesca que ha levantado a Obama, transmitidas a trav¨¦s de una biograf¨ªa especial y de un verbo encendido. Pero la fant¨¢stica galopada de Obama se ha dado de bruces con su primer obst¨¢culo serio. Falta por ver si podr¨¢ seguir con el mismo ¨ªmpetu y le seguir¨¢ acompa?ando el mismo torrente emotivo. Hay una fase en las campa?as electorales en la que los ataques se revuelven contra quienes los lanzan, como si los candidatos se convirtieran en intocables. Pero, de pronto, el halo protector desaparece. ?Sigue siendo Obama invulnerable como hasta ahora? ?Podr¨¢ soportar los ataques que est¨¢n increment¨¢ndose contra ¨¦l en forma de fuego cruzado desde los partidarios de Clinton hasta los de McCain?
Se somete a discusi¨®n, ante todo, su capacidad para actuar como comandante en jefe: esto es lo que dice el anuncio y la frase de Hillary. ?Queremos que sea Obama quien descuelgue este tel¨¦fono en la noche? Desde la blogosfera insidiosa tambi¨¦n se pone en duda su actitud respecto a Israel, pa¨ªs con quien Washington tiene relaciones privilegiadas: por su foto con turbante musulm¨¢n; por sus nombres ¨¢rabes; por el apoyo que le presta el antisemita Louis Farrakhan, l¨ªder de la Naci¨®n del Islam; y en definitiva por una cosecha de votos afroamericanos que algunos querr¨¢n presentar como sospechosamente excesiva.
Pol¨ªtica y verdad suelen ser agua y aceite. De ah¨ª que el ¨¦xito de personajes como Obama consista en inspirar el ensue?o de campa?as electorales distintas, partidos decentes y dirigentes aut¨¦nticos y veraces. Hasta que se rompe el sortilegio. Obama ha propuesto renegociar el Tratado de Libre Comercio con M¨¦xico y Canad¨¢ en su campa?a en Ohio, pero un enviado suyo ante las autoridades canadienses se ha dedicado a dar seguridades de que nada ser¨¢ revisado de este acuerdo en vigencia desde 1994. La palabra de Obama estar¨¢ sometida a partir de este martes glorioso para Hillary Clinton a un escrutinio m¨¢s intenso. No le basta ya con los discursos inspirados. La fe en la victoria (yes we can) y la audacia de la esperanza en una Am¨¦rica de nuevo unida se han convertido en mantras. Obama est¨¢ a un paso del tedio. Es la hora de concretar y convertir la palabrer¨ªa en propuestas, en un programa s¨®lido. Y debe hacerlo antes de que de forma s¨²bita y sin explicaci¨®n aparente empiecen a proliferar los bostezos en sus propias filas.
Un esclavo sol¨ªa acompa?ar al emperador romano con una extra?a misi¨®n, repetirle la frase "recuerda que eres hombres y s¨®lo un hombre". Las elecciones primarias norteamericanas tambi¨¦n sirven para ir modelando y depurando la personalidad, los programas, el verbo e incluso el temperamento de quienes quieren alcanzar la m¨¢xima magistratura del pa¨ªs m¨¢s poderoso del planeta. Obama ha gozado hasta ahora la fase de la idolatr¨ªa, cuando su sola presencia difund¨ªa esa mezcla de histeria y entusiasmo religioso que acompa?a a las estrellas del rock. Ahora la democracia, como el senado romano, le recuerda que es humano. Que puede perder y que no es un ser sobrenatural quien vence en estas elecciones. Le conviene dejar de contar la historia de la ni?a para ocuparse en detalle de qu¨¦ les propone a sus padres, que son quienes deber¨¢n darle la confianza presidencial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.