En la tierra de Cormac McCarthy
De Cormac McCarthy, autor de No es pa¨ªs para viejos, novela llevada a la pantalla por los hermanos Coen en la que Javier Bardem interpreta un papel que le ha valido el Oscar como mejor actor de reparto en la ¨²ltima edici¨®n de los premios de la Academia de Hollywood, se ha dicho que es el mejor novelista que ha dado su pa¨ªs desde William Faulkner.
Reservado, solitario, celoso de su intimidad hasta el paroxismo, Cormac McCarthy forma parte del c¨ªrculo de reclusos legendarios sobre los que, a fuerza de desde?arlo, llueve cuanto codician la inmensa mayor¨ªa de sus compa?eros de oficio: dinero, fama, atenci¨®n, la veneraci¨®n del p¨²blico y los medios. Al igual que J. D. Salinger o Thomas Pynchon, Cormac McCarthy escribe de espaldas a los lectores, ignorando modas y exigencias comerciales, fiel exclusivamente a su vocaci¨®n. Hasta poco antes de cumplir los 60 a?os fue pobre de solemnidad. Viajaba en una camioneta destartalada, escrib¨ªa en habitaciones de motel y ninguno de sus t¨ªtulos vendi¨® mucho m¨¢s de un par de miles de ejemplares, pese a haber entre ellos varias obras maestras. En C¨®mo leer y por qu¨¦, Harold Bloom afirma que Meridiano de sangre (1985) es la mejor novela americana de la segunda mitad del siglo XX. Publicada unos a?os antes, en 1979, Suttree, obra que contiene elementos autobiogr¨¢ficos y que su autor tard¨® 20 a?os en completar, no le va a la zaga.
Escribe de espaldas a los lectores, ignorando modas, fiel a su vocaci¨®n
Al entrar en una zona luminosa, la obra de McCarthy perdi¨® algo de fuerza
Los Coen mantienen en todo momento una extraordinaria fidelidad a la novela
Nacido en 1933, en Rhode Island, en el seno de una familia de origen irland¨¦s, Cormac McCarthy vivi¨® varias d¨¦cadas en Tennessee antes de trasladarse a El Paso, Tejas. La belleza desoladora de los bosques de su primera residencia y la desnudez de los parajes des¨¦rticos situados en la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos constituyen el escenario de sus novelas. Pocos escritores han sabido describir con mayor hondura y delicadeza la grandeza del paisaje americano. Desafecto a su familia, inadaptado en la escuela, solitario y profundamente desarraigado, pas¨® por la universidad y desempe?¨® varios oficios antes de cumplir el servicio militar en una base a¨¦rea de Alaska. El aburrimiento atroz que padeci¨® all¨ª le llev¨® a buscar refugio en la lectura. No tard¨® mucho en comprender que dedicar¨ªa el resto de su vida al m¨¢s solitario de los oficios: la escritura. Cambi¨® entonces su nombre originario, Charles, por su equivalente ga¨¦lico, Cormac, acogi¨¦ndose as¨ª a la advocaci¨®n de las fuerzas tutelares de la creaci¨®n verbal. En el siglo XIV, Cormac McCarthy, se?or de Blarney, orden¨® erigir un castillo en el condado de Cork, a fin de preservar una piedra de origen m¨ªtico. Situada en las almenas del castillo, quienes besaban la piedra de Blarney obten¨ªan el don de la elocuencia.
Cuando termin¨® su primer libro, El guardi¨¢n del vergel (1961), McCarthy envi¨® el manuscrito a Random House, donde rod¨® de despacho en despacho hasta caer en manos de Albert Erskine, editor de Faulkner y descubridor de Malcolm Lowry. Erskine se dio cuenta inmediatamente del calibre del autor. Las se?as de identidad del territorio McCarthy estuvieron claras desde el comienzo. Novelas como La oscuridad exterior (1968) o Hijo de Dios (1973) inician una de las m¨¢s implacables disecciones de la violencia jam¨¢s llevada a cabo por ning¨²n escritor. Escenas de necrofilia, relaciones incestuosas o infanticidios descritos con escalofriante minuciosidad llenan las p¨¢ginas, pero no se trata de satisfacer ninguna inclinaci¨®n morbosa, sino de dar cabida a elementos tomados directamente de la realidad. Uno de los criminales m¨¢s atroces del universo narrativo de Cormac McCarthy, un asesino en serie que vive en una cueva rodeado de los cad¨¢veres de sus v¨ªctimas, con los cuales mantiene relaciones sexuales, no es producto de la imaginaci¨®n del escritor. McCarthy encontr¨® la relaci¨®n de sus atrocidades en las p¨¢ginas de sucesos de un peri¨®dico de Tennessee.
Con la publicaci¨®n de Todos los caballos hermosos (1992), primer volumen de una trilog¨ªa sobre la frontera, la vida del novelista experiment¨® un giro inesperado. Le empezaron a llover premios, sus libros se vend¨ªan por millones y Hollywood empez¨® a cortejarlo. Instigado por su agente, concedi¨® la primera entrevista de su vida. Inc¨®modos con su celebridad, muchos de sus seguidores se sintieron traicionados, y es cierto que aunque el m¨¦rito literario de la trilog¨ªa es innegable, al entrar en una zona m¨¢s luminosa la obra de McCarthy perdi¨® algo de fuerza. Las ciudades de la llanura, ¨²ltimo volumen de la trilog¨ªa, se edit¨® en 1998.
Posteriormente, McCarthy ha publicado otras dos obras: No es pa¨ªs para viejos (2005) y La carretera (2006). La primera fue trasladada a la pantalla por los hermanos Coen, quienes mantienen en todo momento una extraordinaria fidelidad a la novela. Con La carretera, narraci¨®n situada en un futuro posapocal¨ªtico en el que los Estados Unidos aparecen como un pa¨ªs habitado por supervivientes entregados a pr¨¢cticas nefandas como el canibalismo, Cormac McCarthy obtuvo el Premio Pulitzer y una invitaci¨®n a aparecer en el programa de televisi¨®n de Oprah Winfrey. McCarthy acept¨® de buen grado la invitaci¨®n. Algo parece haber cambiado en la actitud del hasta ahora huidizo escritor, de 75 a?os de edad. La noche de la gala de los Oscar acudi¨® acompa?ado de su hijo de ocho a?os. Se le ve¨ªa feliz compartiendo el ¨¦xito de los hermanos Coen y Javier Bardem. A fin de cuentas, la pel¨ªcula que m¨¢s ¨¦xitos hab¨ªa cosechado en la 80? edici¨®n de los premios estaba basada en una obra suya. Y no es m¨¢s que el principio. Dentro de unos d¨ªas, John Hillcoat iniciar¨¢ el rodaje de La carretera, que ser¨¢ protagonizada por Viggo Mortensen, Charlize Theron y Robert Duvall. Esto no es todo: hace tiempo que en c¨ªrculos de Hollywood se comenta que Ridley Scott est¨¢ interesado en hacer una adaptaci¨®n de Meridiano de sangre en 2009.
Eduardo Lago es escritor y director del Instituto Cervantes en Nueva York.
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