Y buena suerte

Buenos d¨ªas y a reflexionar, es decir, a pensar atenta y detenidamente sobre algo, y ese algo, en v¨ªsperas electorales, puede y debe ser el destino de nuestro voto, para impedir que se quede en sumiso voto de reata o en el cubo de los desperdicios. En una tesitura as¨ª, Unamuno, que era dado a la cocotolog¨ªa, hubiera dado a la papeleta el perfil de su candidato y despu¨¦s de perfeccionarla durante gran parte de la noche, ma?ana, de un atinado soplido, la trasladar¨ªa en volandas hasta la urna. Un tipo curioso este Unamuno, que lo mismo te hac¨ªa una pajarita que pon¨ªa a parir a uno de aquellos espadones de ¨®xido y malandanza. Luego, el destierro, la huida, la pirueta fieramente humana y el sarcasmo. Reflexionar haciendo papiroflexia, o tomando un caf¨¦, o evocando los versos de un poeta homosexual y asesinado, o gan¨¢ndote la libertad de cada d¨ªa a pie de folio, de micr¨®fono o de c¨¢mara, son otras tantas maneras de ponerle conciencia y decencia democr¨¢ticas a tu intimidad. No son prendas de pasarela, pero hacen que te puedas mirar al espejo y sentirte a gusto contigo mismo. La libertad no se recibe, que eso no ser¨ªa libertad: la libertad se gana, se conquista, pero no de una vez para siempre, sino cada d¨ªa. La libertad, todas las libertades p¨²blicas e individuales: la de reuni¨®n, de manifestaci¨®n, de expresi¨®n... Pues, miren, voy a reflexionar visionando las secuencias de aquella espl¨¦ndida pel¨ªcula de George Clooney: Buenas noches y buena suerte, que nos cuenta la historia real de aquel periodista y presentador televisivo, Edward R. Murrow, que denunci¨® sistem¨¢tica y documentadamente las atrocidades del senador McCarthy, en la d¨¦cada de los cincuenta del pasado siglo, en su delirante e indiscriminada cruzada contra comunistas, rojos, subversivos y que se llev¨® por delante a escritores, militares, informadores, funcionarios, mientras estuvo al frente de una inquisici¨®n que se llam¨® Comisi¨®n de Actividades Antiamericanas. Ed Murrow y su equipo de informativos consigui¨® derrotarle finalmente, despu¨¦s de investigar y contrastar algunas de sus m¨¢s exacerbadas actuaciones, aunque, eso s¨ª, a cambio de amenazas, falsedades, despidos, apuros y sacrificios. Fueron los tiempos de la llamada "caza de brujas" y en aquel ambiente de delaciones y miedos, se dio el fen¨®meno del transfuguismo: Elia Kazan acus¨® al dramaturgo Arthur Miller de simpatizar con los comunistas, y aunque sometido a presiones, se neg¨® gallardamente a facilitar nombres de presuntos subversivos. Su obra Las brujas de Salem es una alegor¨ªa del macartismo imperante. Miller, Murrow y tantos otros no renunciaron nunca a la libertad, y a la libertad de expresi¨®n, en concreto. Reflexiono, pues, sobre la necesidad de mantenerla y de ampliarla y de no tolerar el m¨¢s m¨ªnimo recorte, ni un asomo de manipulaci¨®n. Ignoro, como todos, los resultados electorales de ma?ana, pero cuales quiera que ganen est¨¢n obligados a respetar los principios democr¨¢ticos, los derechos y las libertades, y una necesaria participaci¨®n m¨¢s all¨¢ de depositar el sufragio cada cuatro a?os. Y si ahora no hay caza de brujas, que es un decir, conviene andarse con tiento.