Jerusal¨¦n vuelve a sentir miedo
La Ciudad Santa registra el atentado palestino m¨¢s sangriento en cuatro a?os
"Entr¨® a las 20.40 y comenz¨® a disparar. Fueron minutos, pero me parecieron horas". Yehoshua es el prototipo del joven colono. Pasado el mediod¨ªa, relataba, a las puertas de la escuela talm¨²dica Merkaz Harav, como Ala Abu Dahim, otro joven de 20 a?os de edad, sumi¨® a Jerusal¨¦n en una conmoci¨®n desconocida durante m¨¢s de cuatro a?os.
200.000 palestinos de la ciudad ser¨¢n sometidos a mayor control policial
Mat¨® en ese lapso a siete adolescentes y a un estudiante de 26 a?os antes de ser abatido. Vaci¨® algunos cargadores. Cientos de balas. S¨®lo en la puerta de la biblioteca, lugar de la matanza, se observaban ayer una decena de impactos. Algunos alumnos se lanzaron al vac¨ªo desde las plantas superiores del edificio de cinco pisos, y padecen heridas m¨¢s graves que las de un balazo. Como herida est¨¢ la ciudad santa, ayer en estado de alerta policial. Miles de religiosos sionistas acompa?aron los cad¨¢veres hasta el cementerio del Monte de los Olivos gritando contra el Gobierno.
Las calles de Jerusal¨¦n presentaban ayer un aspecto l¨²gubre en una ma?ana radiante. Pocos fieles musulmanes acudieron a la Explanada de las Mezquitas en su d¨ªa sagrado -el Gobierno israel¨ª s¨®lo permit¨ªa el acceso a los mayores de 45 a?os, y sell¨® a cal y canto Cisjordania- y gran parte de los jud¨ªos, atemorizados, prefirieron permanecer en casa. Ha sido un golpe muy duro.
El presidente Sim¨®n Peres sentenci¨® d¨ªas atr¨¢s que, del mismo modo que se hab¨ªa logrado abatir los atentados suicidas, se conseguir¨ªa eliminar la amenaza de los cohetes Qassam desde Gaza. La tendencia augura malos tiempos. En lo que va de a?o han fallecido m¨¢s israel¨ªes (15) que en todo 2007 (13).
El muro de hormig¨®n que bordea Jerusal¨¦n, la pretendida futura frontera de Israel, no est¨¢ todav¨ªa acabado. Es evidente que la mole de hormig¨®n, la presencia permanente de soldados en Cisjordania y los soplos de los colaboracionistas han abortado numerosos ataques. Pero aun terminado el muro, tampoco habr¨ªa evitado el atentado del jueves. Abu Dahim era residente en Jerusal¨¦n Este, lo que le proporcionaba una identificaci¨®n que le permit¨ªa moverse libremente por Israel. No es aventurado prever que los 200.000 habitantes palestinos de la ciudad ser¨¢n sometidos a un acoso policial todav¨ªa m¨¢s estricto.
La furia y los deseos de venganza se mezclaban en el sepelio de las ocho v¨ªctimas. Antes del mediod¨ªa, el director de la yeshiva, el rabino Yaakov Shapira, se dirigi¨® a los dolientes a las puertas del centro educativo, basti¨®n del movimiento de los colonos, y, olvidando las frecuentes visitas del entonces alcalde de Jerusal¨¦n -hoy el primer ministro, Ehud Olmert-, carg¨® contra el gobernante. "El tiempo ha llegado para que tengamos un buen liderazgo, un liderazgo fuerte", clam¨®.
Lo dem¨¢s, como acostumbran los fan¨¢ticos en Oriente Medio, fue mirar a un pasado cargado de sangre. "El atentado es la continuaci¨®n de las masacres de 1929", a?adi¨® el rabino en alusi¨®n a las revueltas palestinas que acabaron con la vida de decenas de jud¨ªos antes de la fundaci¨®n del Estado. "Muerte a los ¨¢rabes", chill¨® la multitud. S¨®lo a escasos cientos de metros se alzaba Deir Yasin, un pueblo palestino escenario de una de las m¨¢s c¨¦lebres matanzas -m¨¢s de cien civiles asesinados-, en abril de 1948, un mes antes del nacimiento de Israel. Hoy se extiende un barrio jud¨ªo: Givat Shaul.
David Shalem, director del Instituto de Altos Estudios Talm¨²dicos, con sede en la escuela atacada, precis¨® la posici¨®n que comparten los colonos. "No tenemos ninguna confianza en el Gobierno de Olmert. Tienen una ideolog¨ªa laica, y por ello no saben por qu¨¦ viven en Israel. No entienden que esto no es una guerra por los territorios, es una guerra cultural". Yehoshua, el joven testigo de la masacre, agrega: "Todo empez¨® con las negociaciones de Oslo. El camino para la paz es cumplir los mandamientos de la Torah y no ceder un palmo de la tierra de Israel".
Olmert afronta d¨ªas dif¨ªciles. El partido ultraortodoxo sefard¨ª Shas, socio de la coalici¨®n de Gobierno, a la que contribuye con 12 diputados, tambi¨¦n va a sentir la presi¨®n de sus fieles para que abandone el Ejecutivo. Eli Yishai, su l¨ªder, ha insistido en que no puede negociarse bajo el fuego enemigo. La capacidad de Olmert para su supervivencia pol¨ªtica afronta ahora un nuevo reto.
Enfrentamiento entre EE UU y Libia
Estados Unidos y Libia se enfrentaron ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU por el texto de condena del "ataque terrorista" contra una escuela talm¨²dica de Jerusal¨¦n. Libia pidi¨® que se incluyera en la resoluci¨®n la reciente incursi¨®n del Ej¨¦rcito israel¨ª en Gaza, que ha causado la muerte a m¨¢s de 120 palestinos, lo que fue rechazado por Washington. La propuesta estadounidense presentada a la firma de los 15 pa¨ªses integrantes del Consejo (5 permanentes y 10 rotatorios) se?alaba: "Los miembros del Consejo de Seguridad condenan en los t¨¦rminos m¨¢s firmes el ataque terrorista ocurrido en Jerusal¨¦n en el que han resultado muertos o heridos decenas de civiles israel¨ªes".
El embajador adjunto de Libia, Ibrahim Dabashi, pa¨ªs que desde el pasado enero forma parte del Consejo, explic¨® que entre cuatro y cinco pa¨ªses insistieron en que se agregara a los palestinos muertos en la declaraci¨®n de condena. "Para nosotros, la p¨¦rdida de vidas humanas es la misma", apunt¨® el diplom¨¢tico, que calific¨® a Israel de "r¨¦gimen terrorista".
El embajador de EE UU ante la ONU, Zalmay Khalilzad, se neg¨® a equiparar las v¨ªctimas del atentado de Jerusal¨¦n con los civiles palestinos muertos en los ataques israel¨ªes contra el movimiento isl¨¢mico Ham¨¢s. La ausencia de una declaraci¨®n de condena "hace que uno se pregunte qu¨¦ hace nuestro pa¨ªs aqu¨ª en este edificio", declar¨® el embajador israel¨ª ante la ONU, Dan Gillerman.
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