El d¨ªa del dolor
Un tiro, dos tiros, tres o cuatro, no se cu¨¢ntos han sido, han demostrado que ETA sigue viva. La muerte es lo que define el estado de salud de ETA. Triste destino el de esos chicos y chicas, hombres y mujeres, que deciden por su cuenta qui¨¦n debe vivir y qui¨¦n debe morir. A Isa¨ªas Carrasco le toc¨® ayer la bola negra de los tiros en el pecho, a la puerta de su casa, en presencia de su mujer y de una de sus hijas. Esa imagen de ambas dos impregnadas en la sangre de su marido y padre, socialista, cobrador del peaje de la autopista en Bergara, es la imagen del dolor brutal, del rayo que no cesa. Hoy es la llamada jornada de reflexi¨®n, concebida por todos como la jornada de descanso despu¨¦s de un combate preelectoral de ideas, frases, im¨¢genes, debates, marketing e ideolog¨ªas.
El nuevo Gobierno ser¨¢ lo que los ciudadanos quieran, no lo que ETA quiera
Hace tiempo que la jornada de reflexi¨®n es como un par¨®n en la dura batalla del voto. No es que los ciudadanos tengan que reflexionar antes de ir a las urnas, sino que se trata de que vayan frescos, con resuello, a votar lo que la inmensa mayor¨ªa ya tiene decidido hace mucho tiempo. Y resulta que esa jornada de descanso coincide hoy con el D¨ªa de la Mujer Trabajadora, lo cual no me negar¨¢n que es una coincidencia singular. No en vano, la primera lucha oficial de la mujer fue la de las sufragistas, porque, por si no lo saben, hasta hace hist¨®ricamente poco tiempo, las mujeres no pod¨ªan votar y la reivindicaci¨®n de sus derechos se pag¨® en muchos casos con la muerte.
Ayer, a dos d¨ªas de una cita electoral, dos mujeres, una madre y una hija, trataban de taponar las heridas de un marido y un padre, que consum¨ªa en el suelo sus ¨²ltimos instantes de vida. A Isa¨ªas le toc¨® en la ruleta del infortunio ser la v¨ªctima que ETA andaba buscando: una v¨ªctima f¨¢cil, sin escolta, en un lugar intrincado, de f¨¢cil escapatoria, y no en un d¨ªa cualquiera, sino en el ¨²ltimo d¨ªa de la campa?a electoral que permite a los ciudadanos elegir al Gobierno que dirigir¨¢ el pa¨ªs durante los cuatro pr¨®ximos a?os.
ETA ya ha matado. Alguien ha percutido el gatillo de su pistola contra el cuello de un trabajador de Mondrag¨®n y ha privado a una familia de uno de sus miembros. La verdad, no se qu¨¦ lecturas habr¨¢ hecho de su acci¨®n el autor de los disparos (aunque me las imagino), pero la realidad es que s¨®lo ha sembrado dolor, mucho dolor en una familia humilde que jam¨¢s olvidar¨¢ el 7 de marzo de 2008. No hay m¨¢s lecturas posibles.
Las elecciones se celebran ma?ana. Se espera una alta participaci¨®n y en breve habr¨¢ un nuevo Gobierno con los mismos o distintos actores. Ser¨¢ lo que los ciudadanos quieran, no lo que ETA quiera. Hace mucho tiempo que ETA no influye en la vida pol¨ªtica real de este pa¨ªs. S¨®lo influye en la vida, es decir, en la muerte de las personas. La otra batalla la perdi¨® hace much¨ªsimos a?os. Ya s¨®lo le queda gestionar el dolor.
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