Prohibido hablar de pol¨ªtica
Hoy est¨¢ prohibido hablar de pol¨ªtica, y eso es como cuando te entra la risa en misa; cuanto m¨¢s te lo proh¨ªben, peor. No lo puedes evitar. Por eso hablar¨¦ del ¨²ltimo debate modelo pressing catch que celebraron dos candidatos, uno de ellos (no, no dir¨¦ qui¨¦n) dijo aquello de: "porque usted, se?ooor..." y pasaron unas d¨¦cimas de segundo que se hicieron eternas, en las que te da tiempo a pensar: ?ay, horror, a que no le sale el nombre! Empec¨¦ a sentir ese agobio tan conocido por pr¨¢cticamente todos los mortales. Me dio pena. No el pol¨ªtico en cuesti¨®n, no. Me dio pena pensar que en pleno siglo XXI todav¨ªa no hayamos inventado nada para enmendar los marrones en los que se queda ahogado el pobre al que le pasa (y que quede fulminado el que diga que no le ha pasado nunca). Y es que suele sucederle a cualquiera, en cualquier momento y a cualquier edad y circunstancia. Y no hay unas pautas claras sobre lo que hay que hacer cuando te cruzas con alguien y no te acuerdas de su nombre. Lo m¨¢s socorrido, aunque se note, es saludar utilizando aquello de ?qu¨¦ tal... majo? O el t¨ªpico ?Adi¨®s... preciosa!
Pero lo malo suele ser cuando vas acompa?ado, y te encuentras con otro amigo-conocido, cuyo nombre se te ha quedado atascado en el hardware cerebral y no te viene. ?C¨®mo le vas a presentar el uno al otro?: "Es..." ?Qu¨¦ faena! Quedas mal con tu amigo, quedas mal con el que quieres presentar y quedas mal contigo mismo; quedas mal siempre. ?Y qu¨¦ haces? Decirle: "?Ay, perdona! ?C¨®mo te llamabas?". Claro, dicho as¨ª te expones a que te respondan con un: "No me llamaba. Me llamo". Ah, vale. Y te quedas como antes. No. Peor.
Y si te callas y disimulas tambi¨¦n quedas fatal, porque el rato que est¨¢s hablando con esa persona lo pasas intentando recordar desesperadamente su nombre, lo cual quiere decir que no le haces ni caso. Y sueltas un "?qu¨¦ bien!" de lo m¨¢s est¨²pido cuando te acaba de decir que se le ha muerto el perro. Supongo que todos los que tienen tan mala memoria o sean tan malos fisonomistas como yo estar¨ªan dispuestos a apoyar lo que sea a favor de la normalizaci¨®n de los olvidos y despistes varios. Hay que hacer algo.
No hace mucho me cruc¨¦ con un chico joven. Me sonaba much¨ªsimo su cara. Pero mucho mucho; vamos, que me era muy familiar el chico, y claro, ante la duda, saluda. Y lo salud¨¦ con toda la efusividad y cari?o que crees se merece. Hice lo correcto. Bien. Pero, la siguiente media hora la pas¨¦ intentando recordar el nombre del muchacho, mientras intentaba ubicarlo. A las horas me vino. ?Kasuen, ya est¨¢! Era el municipal que esa-misma-ma?ana-me-hab¨ªa-puesto-una-multa, que fue vivamente protestada. Claro, c¨®mo no lo iba a conocer. No comment. ?Qu¨¦ pensar¨ªa el pobre?
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