Arbour vuelve a la familia
El art¨ªculo 33 del IV Convenio de Ginebra, relativo a la protecci¨®n debida a las personas civiles en tiempo de guerra, deja absolutamente claro que no se puede castigar a una persona por infracciones que no haya cometido, y que est¨¢n prohibidos, sin excepci¨®n, los castigos colectivos. El art¨ªculo 52 del mismo convenio establece que en situaciones de conflicto est¨¢ terminantemente prohibida toda medida por parte de una potencia ocupante que tienda a provocar el paro entre la poblaci¨®n civil. El art¨ªculo 50 exige, por su parte, que las partes implicadas en un conflicto faciliten el funcionamiento de los establecimientos dedicados a la asistencia y a la educaci¨®n de los ni?os. Son textos legales en vigor, y los infractores pueden, y deben, ser llevados ante los tribunales por cometer delitos rese?ados en el derecho internacional.
?ltimo servicio de la alta comisionada de la ONU: recuerda a Israel la ley internacional contra los castigos colectivos
Acus¨® a la guerra de EE UU contra el terror de hacer retroceder varias d¨¦cadas la causa de los derechos humanos
Numerosas organizaciones no gubernamentales han firmado esta semana un documento conjunto en el que denuncian precisamente la violaci¨®n casi cotidiana de los convenios de Ginebra y de la ley internacional por parte de Israel. Las ONG m¨¢s prestigiosas del mundo resaltan la terrible situaci¨®n en la que se encuentran los palestinos que viven en Gaza, sometidos a un feroz bloqueo que "se ensa?a, de manera injusta, contra una poblaci¨®n civil cada vez m¨¢s desabastecida". Una poblaci¨®n en la que la falta de suministros ha provocado la suspensi¨®n del 90% de las actividades industriales y en la que el paro supera ya el 40%. Save the Children, una de las organizaciones humanitarias m¨¢s antiguas y admiradas, se?ala que los puestos de control y los toques de queda impuestos por Israel hacen que 226.000 ni?os palestinos encuentren "imposible o muy peligroso ir a la escuela". Intermon Oxfam, otra famosa ONG, denuncia que el Gobierno de Israel est¨¢ llevando a cabo, sin ning¨²n g¨¦nero de duda, "un castigo colectivo contra los habitantes de la franja [Gaza]".
La violaci¨®n de importantes leyes internacionales por parte de Israel fue denunciada tambi¨¦n, el pasado d¨ªa 3, por la responsable del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la canadiense Louise Arbour. Arbour conden¨® firmemente el envi¨® de cohetes, por parte de militantes palestinos, sobre poblaciones civiles en Israel (que han causado la muerte de 11 personas, varias de ellas ni?os, en los ¨²ltimos siete a?os), pero insisti¨® en que la respuesta israel¨ª es desproporcionada. En s¨®lo la ¨²ltima semana, el poderoso ej¨¦rcito israel¨ª ha causado la muerte de m¨¢s de 70 civiles palestinos, buena parte de ellos ni?os y mujeres, ajenos completamente a cualquier actividad militar. Arbour se?ala que los milicianos palestinos que tiran los cohetes deben ser detenidos y entregados a la justicia para que respondan por esa violaci¨®n del derecho internacional, pero que lo mismo debe suceder con los responsables en el lado israel¨ª de la matanza de civiles palestinos. La responsable del Alto Comisionado para los Derechos Humanos no alude a ello, pero es evidente que Israel es un Estado perfectamente organizado y que los responsables de esas matanzas de civiles no son milicianos, sino cargos militares y pol¨ªticos perfectamente identificados e identificables; personas que deber¨ªan responder ante tribunales internacionales por la violaci¨®n de la Convenci¨®n de Ginebra, en funcionamiento desde 1950.
No parece, sin embargo, que la comunidad internacional est¨¦ en absoluto conmovida por el documento conjunto de las ONG, ni tan siquiera por las denuncias de Louise Arbour. M¨¢s bien al contrario, son los d¨ªas de Louise Arbour al frente del Alto Comisionado los que est¨¢n contados. La se?ora Arbour, de 61 a?os, famosa como la fiscal que logr¨® el procesamiento del l¨ªder serbio Slobodan Mil¨®sevic, abandonar¨¢ el puesto el pr¨®ximo mes de junio. Seg¨²n ha publicado The Washington Post, Arbour cree que su dimisi¨®n puede facilitar la celebraci¨®n de una cumbre internacional contra el racismo que la ONU tiene prevista para el a?o pr¨®ximo en Durban (Sur¨¢frica), y que Estados Unidos e Israel amenazan con boicotear precisamente porque creen que se puede convertir en un foro de cr¨ªtica contra el Gobierno y las autoridades militares israel¨ªes.
Sea como sea, Louise Arbour pasar¨¢ a la historia de la ONU y del derecho como una funcionaria internacional que se opuso firmemente a la pol¨ªtica contraterrorista de Estados Unidos, que denunci¨® las torturas y los centros de detenci¨®n ilegales y que no se call¨® nunca a la hora de defender los derechos humanos. "La guerra contra el terror", dijo en uno de sus discursos m¨¢s famosos, "ha hecho retroceder varias d¨¦cadas la causa de los derechos humanos, y ha causado una profunda divisi¨®n entre Estados Unidos, sus aliados occidentales y el mundo en v¨ªas de desarrollo". Seg¨²n The Washington Post, la se?ora Arbour ha dicho p¨²blicamente que quiere ocuparse m¨¢s de su familia. -
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