Volver en una caja de pino
La madre de un paquistan¨ª muerto en Ceuta rechaza dinero y logra que el cuerpo vuelva a casa
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Mariano Rajoy debat¨ªan sobre inmigraci¨®n en un moderno plat¨® de televisi¨®n mientras una mujer paquistan¨ª rezaba a miles de kil¨®metros frente al cad¨¢ver de Aser Mohamed, el mayor de sus nueve hijos, en un viejo cementerio de Lala Musa, localidad de Gujrat, en la regi¨®n del Punjab. Nadie sabe cu¨¢ndo Aser sali¨® de Pakist¨¢n en busca de un futuro para toda la familia, pero en su pueblo todos se han enterado de que ha regresado su cad¨¢ver envuelto en una caja de pino barata; que su paisano ha vuelto de vac¨ªo despu¨¦s de encontrar en Ceuta una muerte cruel, como la de los otros mil inmigrantes muertos en aguas espa?olas.
La viuda que rezaba junto al cuerpo de su hijo, una mujer pobre y sin recursos, rechaz¨® d¨ªas antes 4.500 euros recolectados por la comunidad musulmana de Ceuta, un tesoro en Pakist¨¢n, donde el sueldo de un trabajador es de 50 euros al mes, y reclam¨® que sus hermanos musulmanes gastaran hasta el ¨²ltimo c¨¦ntimo de la colecta en mandar el cad¨¢ver desde Espa?a a Pakist¨¢n. Le ofrecieron el dinero varias veces, pero nadie logr¨® convencerla.
Aser falleci¨® al caer de los bajos de un autocar de turistas en el que pretend¨ªa entrar oculto en la Pen¨ªnsula
"?Qu¨¦ venga mi hijo aqu¨ª para apagar la llama de mi coraz¨®n. S¨®lo quiero que lo entierren cerca de donde me enterrar¨¢n a m¨ª. Necesito poder rezar junto a su tumba. No quiero dinero", confes¨® a los que le ofrecieron esa cifra inalcanzable para los humildes campesinos, lecheros y carpinteros del Punjab. Y gracias a su determinaci¨®n, esta paquistan¨ª rez¨® muchos d¨ªas delante del cad¨¢ver de su hijo mientras en Espa?a Mariano Rajoy alertaba de los "riesgos y problemas" de acoger a gente como Aser Mohamed.
La aventura acab¨® como ¨¦l nunca imagin¨®, de forma violenta y anticipada. El pasado 5 de febrero, este inmigrante paquistan¨ª de 30 a?os se escondi¨® en los bajos de un autocar tur¨ªstico y muri¨® en el acto cuando sus fuerzas flaquearon y su cuerpo fue arrollado por las ruedas traseras. Ni el conductor ni los turistas brasile?os que acababan de visitar T¨¢nger y Tetu¨¢n se enteraron de nada. El claxon de otro veh¨ªculo que circulaba detr¨¢s les anunci¨® la tragedia. Eran las 14.39, y el cuerpo del inmigrante qued¨® tendido sobre el asfalto.
Aser Mohamed so?¨® que aquel autocar era su pasaporte hacia la Pen¨ªnsula, hacia un trabajo imaginario que otros 60.000 paquistan¨ªes han logrado en la sociedad espa?ola. Los turistas regresaban esa tarde a Algeciras en el barco Albor¨¢n, pero aquel veh¨ªculo se convirti¨® en una trampa mortal que acab¨® de un solo golpe con sus sue?os y esperanzas. Los de ayudar a su mujer, a su madre y a sus ocho hermanos que desde Gujrat creyeron que la aventura de Aser era tambi¨¦n su ¨²nica salida.
En Ceuta nadie sabe nada del hombre que qued¨® tendido sobre la acera. Hab¨ªa viajado en un barco desde el puerto de Karachi hasta Marruecos o Argelia. Y desde all¨ª logr¨® atravesar el blindaje ceut¨ª. Llevaba meses en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), en el que aguardaba su expulsi¨®n, y a medida que pasaban las semanas, su obsesi¨®n por entrar en la Pen¨ªnsula se acus¨® hasta el punto de arriesgar su vida en los bajos de aquel autob¨²s. Al igual que otros paquistan¨ªes, Aser se declar¨® hind¨² porque crey¨® que eso le evitar¨ªa problemas. Los paquistan¨ªes son vistos con mayor recelo por la polic¨ªa por su proximidad geogr¨¢fica con Afganist¨¢n, seg¨²n se?alan dirigentes musulmanes consultados. "Est¨¢n bajo sospecha por el terrorismo islamista", asegura Laarbi al Lal Maateis, dirigente tabligh, una corriente musulmana. La identificaci¨®n se logr¨® gracias al examen de sus huellas dactilares.
Riad, un ciudadano paquistan¨ª que reside en Almer¨ªa y que ha ayudado a repatriar el cad¨¢ver, lo explica as¨ª: "Aser llevaba meses en Ceuta y no ten¨ªa trabajo. Quer¨ªa salir de all¨ª como fuera. Le daba igual un sitio u otro. Yo no conoc¨ªa a Omar; somos del mismo pueblo, y cuando me comunicaron la tragedia, me interes¨¦ para ayudar a la familia. No le puedo contar m¨¢s".
El colectivo de musulmanes de Ceuta, una ciudad en la que residen unos 30.000, se moviliz¨® para localizar a la familia de Aser Mohamed, y su cuerpo fue trasladado por los servicios funerarios de la mezquita de Sidi Embarek hasta un tanatorio, donde se procedi¨® a la autopsia. "Intentamos convencer a los familiares para que el cuerpo se quedase aqu¨ª. Les dijimos que grabar¨ªamos en v¨ªdeo el amortajamiento, el traslado y el entierro, y que les enviar¨ªamos el dinero recaudado, pero la madre no ha aceptado. Quer¨ªa que su cad¨¢ver volviera a Pakist¨¢n, no quer¨ªa los 4.500 euros que le ofrecimos", relata Laarbi al Lal Maateis.
El pasado 19 de febrero, el cuerpo de Aser Mohamed fue trasladado en barco desde Ceuta a M¨¢laga, y ese mismo d¨ªa un avi¨®n lo transport¨® hasta Madrid. El d¨ªa 20 vol¨®, v¨ªa Londres, hasta Islamabad, adonde lleg¨® el 21. La Pakist¨¢n International Airlines (PIA), compa?¨ªa a¨¦rea p¨²blica paquistan¨ª, pag¨® el coste del vuelo desde el Reino Unido, como lo hace, desde hace a?os, desde otras ciudades europeas. Horas m¨¢s tarde, la humilde mujer de Gujrat enterr¨® a Aser rodeada de su nuera y de varios de sus hijos. Despidieron a su familiar, y con ¨¦l las esperanzas que ten¨ªan de un futuro mejor que el que proporcionan esos 50 euros que cobran cada mes los trabajadores de las carpinter¨ªas y f¨¢bricas de papel de Lala Musa.
Desde entonces, esta mujer an¨®nima reza junto a su tumba en el cementerio local y se pregunta c¨®mo fue la horrible muerte de su hijo bajo las ruedas del maldito autob¨²s de turistas. "Con el dinero que rechaz¨® podr¨ªa haber montado un peque?o taller de carpinter¨ªa con varios trabajadores. Podr¨ªa haber solucionado el futuro de sus hijos", asegura Saquib Tahir, empresario afincado en Barcelona y ex presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones Paquistan¨ªes.
En Espa?a, durante el fragor de la costosa campa?a electoral -m¨¢s de 60 millones de euros, seg¨²n los c¨¢lculos m¨¢s conservadores-, casi nadie habl¨® de tipos como Aser, gente que abandona su pa¨ªs a miles de kil¨®metros, inmigrantes an¨®nimos que viven y, a veces, mueren por mejorar el futuro de los suyos. De familias pobres que rechazan una fortuna a cambio de poder rezar a sus perdedores. -
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