El escenario ¨ªntimo de Marc Almond
Pedirle a Marc Almond que se defina con una palabra no es f¨¢cil, pero s¨ª divertido. Yo creo que soy er¨®tico, dice a carcajadas desde el otro lado de la l¨ªnea telef¨®nica, en su casa de Londres. Er¨®tico, emotivo, insiste, aunque uno a?adir¨ªa adjetivos como valiente e imprevisible. En 1982, cuando era la voz del d¨²o electr¨®nico Soft Cell y gozaba de ¨¦xito mundial con Tainted love, decidi¨® ajustar cuentas con sus demonios creando Marc & The Mambas. El experimento romp¨ªa frontalmente con la rutina creativa del estrellato y le llev¨® all¨¢ donde otros ¨ªdolos del pop jam¨¢s se hubieran atrevido a adentrarse. Y aunque cada tanto regresa al pop m¨¢s asequible, sus discos siempre est¨¢n dispuestos a abrir puertas a mundos m¨¢s pr¨®ximos a Genet y Brel que a Sting. Antony & The Johnsons, Beirut y Tindersticks seguramente no hubieran crecido art¨ªsticamente como lo han hecho de no haber sido por aquellos manifiestos. Necesitaba crear una forma de expresi¨®n m¨¢s personal, y empec¨¦ a usar influencias ajenas al rock y al pop, como el flamenco y la chanson. Aquel giro le llev¨® a grabar discos como Tormento and toreros (1983), donde la m¨²sica se alimentaba de fragmentos de la Carmen de Bizet, palmas flamencas, versiones de Scott Walker. Las secciones de cuerda ten¨ªan un protagonismo inusitado en una ¨¦poca en la que lo que se llevaba en el pop eran los arreglos con sintetizadores, y en el rock, las guitarras sin concesiones. Los violines y el sabor de los barrios bajos segu¨ªan presentes cuando edit¨® en 1987 Mother fist and her five daughters, un disco gestado en parte en Barcelona. Aires portuarios, referencias a Lorca y tambi¨¦n a los c¨®mics de Nazario, e incluso colaboraciones que en gran parte quedaron in¨¦ditas con Manolo Garc¨ªa, entonces miembro de El ?ltimo de la Fila. Espa?a siempre ha estado entre mis influencias. Hay una parte de la cultura, de su m¨²sica, su cine y su poes¨ªa, que siempre he ido filtrando en mi m¨²sica. El flamenco me encanta, por supuesto, pero jam¨¢s me atrever¨ªa a interpretarlo, me sentir¨ªa como un intruso.
"Espa?a siempre ha estado entre mis influencias. El flamenco me encanta, pero jam¨¢s me atrever¨ªa a interpretarlo"
El esp¨ªritu de aquellas obras conecta directamente con mis conciertos ac¨²sticos. Lo que hac¨ªa con Marc & The Mambas en 1983 y lo que hago ahora en mis shows en teatros y peque?os locales es muy similar. A medida que me hago mayor, siento que ¨¦se es el formato musical donde mis necesidades encajan mejor. Le va bien a las canciones, explica sobre los conciertos que llegan ahora a Espa?a, una peque?a gira que visita locales apropiados para un evento m¨¢s cercano al cabar¨¦ que al concierto de rock. Arpas y pianos a cargo de su protegida, Baby Dee, que ejerce como telonera en un par de fechas, de gira tambi¨¦n por ciudades espa?olas, velas sobre el piano de cola, flores en el suelo, en un espect¨¢culo que funciona t¨¢citamente bajo el lema Canciones de pecado, desamor y romance. No he renunciado al formato del pop, pero ahora mismo me apetece m¨¢s este tipo de concierto, dice. En la primavera de 2007 edit¨® Stardom road, poco antes de cumplir los 50. En realidad marcaba algo mucho m¨¢s intenso: las consecuencias de un accidente de moto que casi le cost¨® la vida hace cuatro a?os. Desde entonces, la m¨²sica ha sido mi terapia y mi catarsis. Sigo recuper¨¢ndome de las secuelas, y por eso me siento m¨¢s c¨®modo haciendo espect¨¢culos m¨¢s intimistas. No me veo tocando m¨²sica electr¨®nica con Soft Cell. Es una etapa cerrada. En su d¨ªa disfrut¨¦, pero hoy existen artistas mucho m¨¢s j¨®venes que aportan m¨¢s a ese tipo de m¨²sica. A lo que tampoco renuncia es a cantar sobre los sentimientos, el lado salvaje, las historias nocturnas; a sumergirse en los cancioneros de Francia, Rusia o Turqu¨ªa. Por eso me cuesta tanto encontrar una palabra que me defina. Paso por muchos estados de ¨¢nimo. S¨ª, pon que soy er¨®tico [r¨ªe] Bueno, y apasionado.
Marc Almond act¨²a ma?ana en Madrid (teatro H?agen-Dazs), el 12 en Zaragoza (Oasis Club) y el 14 en Barcelona (sala Apolo).
Referente de la cultura gay
Por motivos que trascienden a su propia obra Marc Almond es un referente clave para la cultura gay,. Sus alabanzas hacia la cantante y actriz Eartha Kitt (1) propiciaron su reaparici¨®n en 1984 como diva de la disco music cantando I Love Men. Por aquel entonces Almond version¨® I Feel Love con Bronski Beat (2), grupo donde entonces militaba Jimmy Sommerville. Hoy, ¨ªdolos de culto Antony Hegarty (3) proclaman su deuda con Almond, cantando con ¨¦l. En el caso de Stephin Merritt (4), l¨ªder de Magnetic Fields, le invita a participar en proyectos paralelos como The 6ths. En 1992, una emocionada Alaska agasajaba a Almond con una caja de bombones, cuando ¨¦ste actu¨® en Morocco, el club madrile?o que ella regentaba entonces. Doce a?os m¨¢s tarde, Almond acept¨® realizar un remix de uno de los m¨¢s recientes ¨¦xitos de Fangoria (5).
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