En tu aniversario

El tiempo es s¨®lo el continente y su calendario no m¨¢s que una excusa inventada por los hombres para introducir un elemento de orden a nuestro devenir. Una convenci¨®n para medir la longitud de nuestra vida.

Cien a?os pueden ser s¨®lo eso, una cifra, un envase vac¨ªo. Es su contenido el que lo inyecta de sentido y lo convierte en Historia. Las vivencias, los sentimientos y las pasiones son su cuerpo y su volumen, las piezas que lo pueblan y prueban su existencia, ¨²nicas huellas de la sucesi¨®n en el desierto de los d¨ªas.

Pero un siglo para una instituci¨®n no es ya una medida de tiempo, sino la constataci¨®n de su misma esencia. Un ejercicio de fe. Un tr¨¢nsito del amor, de la voluntad y de la paciencia de cada una de las personas que le han dedicado sus ilusiones e ideas, sus esfuerzos y su trabajo. Todo aquello que la mantiene viva.

Como algunos ¨¢rboles, el Inter sigue brotando a?o a a?o con entusiasmo

Perdurabilidad reservada s¨®lo a algunos ¨¢rboles que, como el Inter, a?o tras a?o sigue brotando con el entusiasmo de la creaci¨®n que re¨²ne. Que crece con el sentimiento y las ideas de todos los que brindan su homenaje diario de dedicaci¨®n. Que permanece inc¨®lume, por la incondicional e imprescindible necesidad humana de integrarse, de perdurar. Que transmite de generaci¨®n en generaci¨®n la semilla de la pasi¨®n, como el ¨¢rbol al que la naturaleza va dejando avanzar para que deje su huella germinativa para perfeccionar el sistema de la vida. M¨¢s all¨¢ de los colores, himnos, gritos de gol, conquistas deportivas, tropiezos, diferencias, dificultades y aciertos de sus ya hist¨®ricos protagonistas.

?Salud! Por otros cien a?os de savia nueva y de la mejor tierra. De inteligencia pr¨¢ctica para seguir presente y vigente. Y por mil m¨¢s para mantener siempre viva la esperanza del ser humano de pertenecer... y disfrutar.