Agua y aceite
Los egos de Ronaldinho y Henry no conectan e hipotecan al Bar?a, en el que se impone "la dictadura de los caprichos"
Preocupado por el rendimiento de Ronaldinho, el Bar?a fich¨® a Henry para aumentar la cuota de mercado y el potencial de la plantilla y, al tiempo, espabilar al brasile?o. La operaci¨®n cont¨® con el consentimiento de Frank Rijkaard, un experto en relaciones humanas y defensor de la pol¨ªtica del club, siempre respetuoso con el organigrama. A diferencia del proceder del Madrid con Ronaldo o del Villarreal con Riquelme, la directiva no s¨®lo mantuvo a Ronnie ante la falta de ofertas, sino que engord¨® la n¨®mina de los fant¨¢sticos.
Al cabo de nueve meses, Henry y Ronaldinho se solapan y hasta neutralizan en el campo mientras que los problemas en el vestuario se han duplicado por el ego de ambos. "Ronaldinho sinti¨® que se cuestionaba su jerarqu¨ªa desde el fichaje de Henry", afirman personas de la confianza del brasile?o, que congenia m¨¢s con Messi mientras Henry, como miembro del clan franc¨®fono, se siente pr¨®ximo a Eto'o.
Ronaldinho y Henry han jugado juntos 622 minutos durante 12 partidos de Liga y han compartido alineaci¨®n titular en ocho. El balance es relevante: el Bar?a ha ganado cuatro, todos en el Camp Nou (Athletic, Almer¨ªa, Betis y Atl¨¦tico), empatado uno (Osasuna) y perdido tres (Getafe, Atl¨¦tico y Villarreal). El brasile?o y el franc¨¦s, por lo dem¨¢s, nunca han disputado juntos un partido completo. El domingo, ante el Villarreal, Henry fue sustituido por Bojan (m. 65) y se march¨® de la cancha y del campo con un enfado de mil demonios. Cuando Pir¨¨s, con el que comparti¨® estancia en el Arsenal, fue a buscarle al vestuario al final, Henry ya se hab¨ªa marchado. "No est¨¢ acostumbrado a que le cambien", avis¨® Pir¨¨s, que regal¨® un consejo a Rijkaard: "Que pruebe el 4-4-2: si juegan Eto'o, Henry y Ronaldinho a la vez, las cualidades se repiten".
El rendimiento de Henry ha mejorado curiosamente cuando se ha sentido protagonista, como ha ocurrido en las rondas de la Copa del Rey ante el Villarreal y el Sevilla, partidos en los que Ronaldinho s¨®lo se aline¨® un cuarto de hora. Los datos aseguran, por otra parte, que cuando Henry y Ronaldinho no juegan juntos la media de gol por partido es m¨¢s alta (2 contra 1,75) y se mejora la pegada (15,7 remates frente a 14). No mezclan bien y apenas se encuentran: 19 pases han ido de Henry a Ronaldinho y 18 a la inversa. Un detalle m¨¢s: Ronnie le ha dado 68 veces la pelota a Messi y entre ambos han tirado diez paredes; Henry y Ronaldinho, por contra, s¨®lo lo han hecho una vez.
El equipo ha funcionado mejor en situaciones de supervivencia provocadas por las lesiones que en la abundancia. Cuando el entrenador ha podido elegir, el Bar?a ha perdido equilibrio y estilo, condicionado por la alineaci¨®n de los fant¨¢sticos, siempre prioritarios frente a opciones como las de Giovani o Bojan. Ausentes Eto'o y Ronnie, los azulgrana se esmeraron en la defensa, al punto que s¨®lo recibieron 13 goles en las primeras 23 jornadas. En cambio, han sufrido ocho en las ¨²ltimas cuatro, al margen de ser el equipo que m¨¢s penaltis ha cometido (nueve) y encadenar dos derrotas seguidas, lo que no suced¨ªa desde febrero de 2006. Ronaldinho, Eto'o y Henry s¨®lo remataron cuatro veces ante el Villarreal y su balance en los cuatro encuentros en que han coincidido es de un gol. El tanto de Xavi el pasado domingo retrata que el Bar?a est¨¢ puesto al rev¨¦s porque es Iniesta el que ejerce de Ronaldinho y Ronaldinho de Iniesta.
La situaci¨®n supera a Rijkaard, plegado a sus delanteros y al descontrol del vestuario, falto de liderazgo. As¨ª lo entiende la mayor¨ªa de los directivos, que coinciden en que se impone "la dictadura de los caprichos [de los jugadores]". Aunque la situaci¨®n se puede paliar con medidas correctoras, se estima que a final de curso se tendr¨¢n que tomar las decisiones evitadas en junio. "El problema", concluy¨® uno, "es que jugamos como un grande por los jugadores y el equipo se ha hecho peque?o".
A todo esto, Tour¨¦ ha causado baja por tres o cuatro semanas debido a una lumbalgia.
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