Rearme chino
El gasto de defensa de Pek¨ªn crece el doble que su PIB, pero poco se sabe de sus prop¨®sitos
Por duod¨¦cimo a?o consecutivo, China ha aumentado su gasto militar oficial muy por encima del notable crecimiento de su econom¨ªa, del 11,5% el a?o pasado. Para 2008 ha anunciado un incremento oficial de esta partida de un 17,6%, s¨®lo dos d¨¦cimas menos que el a?o pasado, cuando bati¨® su propio r¨¦cord. Es preocupante este impulso, no s¨®lo por su cantidad, sino por su opacidad y las inc¨®gnitas que pesan sobre sus intenciones. Sin embargo, el gasto en defensa chino es a¨²n ocho veces menor en t¨¦rminos absolutos y 20 veces en su cuantificaci¨®n por habitante que el de Estados Unidos, el pa¨ªs m¨¢s preocupado por este incremento.
China tiene leg¨ªtimas preocupaciones de defensa que van m¨¢s all¨¢ de una hipot¨¦tica confrontaci¨®n por Taiwan. Es un pa¨ªs con una gran superficie que controlar y algunos graves problemas internos. Pero, sobre todo, su desarrollo econ¨®mico est¨¢ centrado en la costa. Un conflicto en el estrecho de Malaca podr¨ªa paralizar la llegada de petr¨®leo y otros suministros esenciales para la marcha de su econom¨ªa. Sus intereses son ya globales, aunque no dispone de la capacidad de proyecci¨®n de fuerzas que tiene EE UU.
El aumento del gasto chino est¨¢ repartido por partes casi iguales en personal, actividades y nuevo equipamiento, con un avance en su capacidad mar¨ªtima, pero tambi¨¦n en la renovaci¨®n de unos arsenales nucleares mucho m¨¢s reducidos que los norteamericanos o los rusos.
El Pent¨¢gono ha publicado un estudio en el que adem¨¢s de calcular que el gasto militar real chino es muy superior al oficial, define a China como una amenaza, especialmente por su incursi¨®n en el terreno espacial y sus supuestas nuevas capacidades de ciberguerra, las nuevas fronteras que EE UU considera esencial dominar. A pesar de ello, China y EE UU han establecido una l¨ªnea caliente entre sus militares para casos de duda, y Washington ha ofrecido un di¨¢logo estrat¨¦gico que los dirigentes chinos deber¨ªan aceptar para disipar malentendidos y hacer m¨¢s transparentes sus capacidades.
El disparo, con ¨¦xito a principios de 2007, de un misil antisat¨¦lite chino hizo sonar varias alarmas, para empezar las de EE UU, que ha demostrado tener tambi¨¦n esta capacidad. Pero para obtener la estabilidad, lo que le conviene al mundo es evitar la militarizaci¨®n del espacio.
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