El dilema de Camps
La derrota del Partido Popular en las elecciones del pasado domingo significa el fracaso del programa del gobierno que, de hecho, ha venido ejecutando el Consell del presidente Camps en la Comunidad Valenciana. Eso es lo que ha sucedido, por muy contentos que se muestren con el resultado obtenido aqu¨ª. En el debate de investidura celebrado tras las pasadas elecciones auton¨®micas no hubo propuesta de programa de gobierno por parte del candidato a presidente. La opci¨®n era el tancredismo, como destaca el director de la edici¨®n valenciana de EL PA?S. No se puede confundir un programa de gobierno, que debe ser un conjunto ordenado y valorado de prioridades de actuaci¨®n, con una empalagosa retah¨ªla de frases tan grandilocuentes como vac¨ªas, que fue lo que acert¨® a exhibir el entonces candidato Camps. Su holgada mayor¨ªa en las Cortes le permiti¨® pasar por alto ese peque?o detalle. Tambi¨¦n le ha permitido hacerse aplaudir, por el grupo que gobierna la instituci¨®n, la evidente falta de respeto que ha exhibido hacia las funciones de control de la C¨¢mara representativa de la soberan¨ªa popular.
El victimismo, bien manejado, da buenos r¨¦ditos, como se ha podido comprobar
Lo cierto es que, si bien no hubo programa en la investidura, el Consell no ha dejado de actuar, lo que no es sin¨®nimo de gobernar. El prop¨®sito de sus operaciones se ha podido constatar desde el primer momento y en todas partes. Tanto en las consejer¨ªas como en las Cortes, se ha trabajado, con denuedo, para que Mariano Rajoy alcanzara la presidencia del Gobierno de Espa?a. A este objetivo se han sacrificado horas y medios, sin recato ni limitaci¨®n. La mayor¨ªa de las acciones de los miembros del Ejecutivo valenciano han buscado, por encima de todo, el desgaste de Zapatero. La inmensa mayor¨ªa de las iniciativas parlamentarias del Grupo Popular han estado dirigidas a amplificar los conflictos que, contra el Gobierno de Espa?a, se preparaban previamente desde el Consell. El grupo de corifeos medi¨¢ticos habituales se ha encargado del resto.
El objetivo no se ha logrado y Zapatero seguir¨¢ siendo presidente del Gobierno de Espa?a durante los pr¨®ximos cuatro a?os. ?Va a mantener el se?or Camps su pol¨ªtica de confrontaci¨®n pura y dura el tiempo que resta de legislatura auton¨®mica? Muchos creen que s¨ª, que lo seguir¨¢ haciendo. Despu¨¦s de todo, si le ha ido bien ?por qu¨¦ cambiar? El victimismo, bien manejado, da buenos r¨¦ditos, como se ha podido comprobar. La tentaci¨®n, sin duda, ser¨¢ fuerte y sus primeras reacciones parecen apuntar en ese sentido. Lo de los cuatro puentes parecer¨ªa una broma si no fuera porque este hombre no parece muy dado a ellas. M¨¢s bien anuncia que los cuatro emblemas de la estrategia victimista van a seguir cumpliendo su funci¨®n de ariete en el enfrentamiento con el Gobierno central. Lo de la recogida de firmas raya en el surrealismo. Si tiene tanto apoyo como dice, ?para qu¨¦ necesita las firmas de los ciudadanos?
Sin embargo, deber¨ªa meditar seriamente su estrategia. Los socialistas hemos salvado un momento cr¨ªtico para el futuro de nuestra situaci¨®n en la Comunidad Valenciana. Si hubi¨¦ramos perdido las elecciones generales, la teor¨ªa del victimismo se habr¨ªa incorporado al acervo argumental del PP de forma permanente. Cabe pensar que hubiera llegado a ser casi indiscutible. Las obras del AVE y del programa AGUA las habr¨ªan terminado ellos y, aunque nunca hubieran hecho el trasvase del Ebro, siempre podr¨ªan vender f¨¢cilmente la idea de que s¨®lo el PP soluciona los problemas de la Comunidad, mientras que los gobiernos socialistas no habr¨ªan hecho nada por ella. Tambi¨¦n habr¨ªan podido gestionar la reforma del modelo de financiaci¨®n auton¨®mica (LOFCA) que aprobaron anteriores gobiernos del PP, present¨¢ndose como salvadores frente a un problema que ellos mismos crearon pero que nos achacan a nosotros.
Pero las cosas no van a ser as¨ª. Los proyectos que ha puesto en marcha el Gobierno socialista de Espa?a los va a terminar el mismo presidente Zapatero. En poco tiempo va a resultar dif¨ªcil hacer victimismo con el AVE o con el agua, por m¨¢s que Canal Nou desvirt¨²e la realidad. Bien har¨ªa el se?or Camps en repensarse la estrategia y decidirse a afrontar, de una vez, sus responsabilidades como gobernante. La falta de ejercicio de sus competencias se traduce en menos bienestar y m¨¢s sufrimientos para los valencianos, lo que terminar¨¢ por hacerse evidente a muchos electores. En adelante pueden darse dos escenarios: o el Consell sigue haciendo del enfrentamiento con el Gobierno de Espa?a y de la crispaci¨®n de la vida p¨²blica que esto acarrea el eje de su actuaci¨®n o iniciamos un periodo de normalizaci¨®n institucional en beneficio de los ciudadanos. La primera opci¨®n nos lleva a un camino de tensiones insoportables. La segunda nos lleva a abrir la puerta a la cooperaci¨®n y a las ventajas que ofrece un modelo donde reine el respeto democr¨¢tico a todas las opciones. En manos del presidente Camps est¨¢ elegir una v¨ªa u otra. Nosotros preferimos la de la cooperaci¨®n y el respeto, pero estamos mejor preparados que antes para seguir enfrent¨¢ndonos a la otra. El se?or Camps no deber¨ªa olvidar que las cosas, en pol¨ªtica, son siempre transitorias y que tres a?os son una eternidad.
?ngel Luna es s¨ªndic portavoz del Grupo Socialista en las Cortes Valencianas.
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