La mirada vaginal
La neuroeconom¨ªa (toma de decisiones econ¨®micas a partir de emociones), ahora en boga, representa un eslab¨®n m¨¢s en el poderoso auge que ha adquirido la intuici¨®n, la emoci¨®n o el instinto en la toma de decisiones. Tras siglos de pugna por lo racional, el siglo XXI gira hacia lo irracional, y a la moda de la llamada "inteligencia emocional", de Daniel Goleman, sigue ahora "la inteligencia inconsciente", de Gerd Gigerenzer (Decisiones instintivas. Ariel, 2008). Todo ello, m¨¢s un reguero de producciones que ponen su acento en el estruendo de las v¨ªsceras antes que en la melod¨ªa del entendimiento.
Se trata, en todos los casos, de lo mismo. M¨¢s que seguir las rutas que aconseja una ponderaci¨®n reflexiva, lo apropiado ser¨¢, en adelante, la pronta opci¨®n del coraz¨®n. ?C¨®mo explicar, sin embargo, este giro que invita, al cabo, a no pensar y a comportarse como seres impulsivos?
"La ¨¦poca despide hoy un aire menos racionalista que rom¨¢ntico"
Mediante diversos s¨ªntomas, la ¨¦poca despide un aire menos racionalista que rom¨¢ntico, menos proyectista que presentista y m¨¢s partidario del vitalismo que de las oposiciones a registrador de la propiedad. No se trata de aquel romanticismo enfermizo del XIX, ni tampoco del romanticismo revolucionario que le acompa?¨®, pero se repite hoy, en otras claves, el amor por el amor de cine y el movimiento -a¨²n intermitente- por un mundo posiblemente mejor.
?Qu¨¦ son, de otra parte, las numerosas y populosas webs sociales sino una reuni¨®n de lo amoroso y lo pol¨ªticamente subversivo en versiones sin revoluci¨®n? ?Qu¨¦ es, de otra parte, el entusiasmo deportivo m¨¢s all¨¢ del f¨²tbol, el inter¨¦s por los viajes m¨¢s all¨¢ del turismo, o la pasi¨®n por la naturaleza m¨¢s all¨¢ de las plantas de jard¨ªn?
Algunos o todos los factores convergen en esta punta de lanza que prima el coraz¨®n. No entendemos tanto lo que pasa como que nos fiamos de nuestra intuici¨®n, olemos. El sentido del olfato reemplaza, ante el debate, la publicidad o la propaganda, la ¨ªmproba dificultad de an¨¢lisis pol¨ªtico, financiero o empresarial. El mundo se ha vuelto tan complicado y amenazador que asumimos las facultades del cuerpo policial, sean las de sus hombres o las de sus perros. A menudo, no podemos explicar el porqu¨¦ pero ya albergamos -o creemos que albergamos- el presentimiento.
En las entrevistas de trabajo, en la selecci¨®n de estudiantes, en las valoraciones del pol¨ªtico, interviene cada vez m¨¢s la primera impresi¨®n, la sensaci¨®n inexplicable, el golpe de vista.
?sta fue la tesis de Malcolm Gladwell en Blink, el arte de pensar sin pensar que todav¨ªa se vende como best seller junto a la caja de las librer¨ªas norteamericanas. Pero, ?se trata efectivamente de un arte? Si fuera as¨ª la novedad cerrar¨ªa el c¨ªrculo que expresar¨ªa con claridad el actual estilo del mundo. Este estilo se apoyar¨ªa privilegiadamente en la imagen y en el car¨¢cter de su est¨¦tica. Lo visual nos hablar¨ªa como un mapa a un cham¨¢n, un c¨®digo a un ex¨¦geta y un atlas del pensamiento al cerebro de un gran animal.
En la econom¨ªa o en la religi¨®n, el Papa o el presidente nos guiar¨ªan de acuerdo a la sensaci¨®n que su estampa proyectara sobre nuestros dispositivos sensibles, y en estos receptores habr¨ªa que incluir, aunque metamorfoseado, el pensamiento; esquirlas de la mente que en vez de juzgar el mundo desde una condici¨®n alta y superior, se esparcir¨ªan por la totalidad del cuerpo para darle sabor, aqu¨ª y all¨¢, como una trufa.
De este modo, lo que llam¨¢bamos irracionalidad a secas no ser¨ªa absolutamente tal, sino un mix de la racionalidad y de la irracionalidad, un nutriente h¨ªbrido y h¨²medo, repartido horizontalmente para enjuiciar mejor la complejidad general.
La actual hegemon¨ªa del impacto sobre la racionalidad o, en suma, la ventaja del sabor sobre el saber decide la nueva importancia de lo impresionante. Todos los impactos afectan a los sensores y conectan con puntos de recepci¨®n que no gastan ya tiempo en las reflexiones. De este modo, el desarrollo de lo sensible o lo emocional anega el antiguo mundo del conocimiento y el prototipo intuitivo o vaginal se alza como el gran ojo divino y triangular de casi todas las cosas.
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