Un f¨®sil hallado por marineros de Cedeira resulta ins¨®lito

Apareci¨® enredado entre las mallas del arrastrero cedeir¨¦s O Novo Richard, que faenaba a unas 40 millas al norte de la costa gallega, en un profundo caladero conocido como A Selva, y esta semana pas¨® por las manos de los tres mayores expertos en Paleontolog¨ªa del mundo, que lo catalogaron como una pieza ¨²nica de una especie desconocida hasta la fecha. Mide poco m¨¢s de 60 cent¨ªmetros, tiene entre 15 y 20 millones de a?os de antig¨¹edad y perteneci¨® a un primo muy lejano del delf¨ªn.

Los marineros de Cedeira se lo entregaron en 2006 a los ecologistas de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGNH), que desde el primer d¨ªa cayeron en la cuenta de que no se trataba de un f¨®sil cualquiera. Su peque?o tama?o es inversamente proporcional a la expectaci¨®n que ha suscitado entre la comunidad cient¨ªfica internacional. Atra¨ªdos por los ecos de este hallazgo, que el bi¨®logo Ismael Mij¨¢n difundi¨® a trav¨¦s de una revista especializada, un equipo cient¨ªfico internacional se desplaz¨® esta semana a Ferrol desde Sud¨¢frica con el ¨²nico prop¨®sito de ver y estudiar este cr¨¢neo milenario.

"Es uno de los f¨®siles de cet¨¢ceo m¨¢s antiguo y mejor conservado del mundo", se?alan desde la SGHN. De la familia de los zifios, perteneci¨® a un odontoceto (cet¨¢ceo con dientes) de una especie desconocida y cuyo g¨¦nero no se ha podido determinar con precisi¨®n. Calculan que procede del mioceno, era paleontol¨®gica fechada hace unos 20 millones de a?os.

Nuevas luces

Durante tres d¨ªas, el belga Olivier Lambert, del Museo de Ciencias Naturales de B¨¦lgica; Klaas Post, del Museo de Historia Natural de Rotterdam (Holanda), y Giovanni Bianucci, de la Universidad de Pisa (Italia) han tomado muestras biol¨®gicas, realizado mediciones y practicado biometr¨ªas sobre la pieza. "Estaban asombrados", dice Juan Ignacio Da Silva, de la SGHN. "En tres d¨ªas apenas conseguimos que salieran del despacho".

Los cient¨ªficos destacan, sobre todo, una caracter¨ªstica del f¨®sil que no poseen sus descendientes actuales: una cresta que pod¨ªa funcionar como "s¨®nar bidireccional para refractar el sonido, orientarse y cazar". Opinan que el estudio de este f¨®sil puede arrojar nuevas luces sobre la biolog¨ªa evolutiva que explica la Teor¨ªa de la Evoluci¨®n concebida en el siglo XIX por Charles Darwin.