Cerebros importados
El Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica atrae a los investigadores en biomedicina
?Cient¨ªficos estadounidenses de alto nivel trabajando en Barcelona? Y alemanes, franceses, ingleses y argentinos: m¨¢s del 50% de los casi 300 investigadores del Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica de Barcelona (CRG), dedicado a la investigaci¨®n biom¨¦dica, son extranjeros.
El centro tiene 27 grupos de investigaci¨®n, con 10 personas cada uno
Entre los objetivos del CGR figura la transferencia de conocimientos
Creado hace siete a?os por iniciativa del entonces Departamento de Universidades, Investigaci¨®n y Sociedad de la Informaci¨®n y el Departamento de Salud, con participaci¨®n de la Universidad Pompeu Fabra y del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, el CRG es una fundaci¨®n privada y su objetivo es comprender la base gen¨®mica de las enfermedades para mejorar la salud de las personas. Para ello han imitado la estructura del Laboratorio Europeo de Biolog¨ªa Molecular (EMBL, en sus siglas en ingl¨¦s), "probablemente el mejor de Europa y con el que estamos asociados", dice Luis Serrano, director de la unidad de Sistemas Biol¨®gicos del CRG.
Durante d¨¦cadas, muchos cient¨ªficos espa?oles se vieron obligados a marchar para desarrollar su carrera. Como otras instituciones, el CRG ha conseguido traer de vuelta a casa talento espa?ol emigrado. Pero, adem¨¢s, est¨¢ captando algunos de los mejores cerebros mundiales en competici¨®n con importantes laboratorios. ?D¨®nde est¨¢ el secreto? "En haber creado gradualmente una estructura organizativa no funcionarial que implica una elevada presencia de investigadores no nacionales y, lo que es m¨¢s importante, un sistema de renovaci¨®n constante por el cual los jefes de grupos de investigaci¨®n s¨®lo pueden trabajar en el centro un m¨¢ximo de cinco a?os con una posible ampliaci¨®n a cuatro a?os m¨¢s, luego se tienen que ir obligatoriamente", dice Miguel Beato, investigador y director del CRG.
Los cient¨ªficos extranjeros del CGR valoran los medios con los que cuentan y los servicios de apoyo cient¨ªfico-t¨¦cnico que se les ofrecen desde su primer d¨ªa: "Sin ellos no podr¨ªan ser competitivos y se marchar¨ªan a otro centro", explica Beato. Son investigadores que llegan al CRG "en su mejor momento creativo", a?ade.
El centro, situado en el edificio del Parque de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Barcelona, en plena Barceloneta y frente al mar, tiene 27 grupos de investigaci¨®n, con 10 personas cada uno. No crecer¨¢ m¨¢s all¨¢ de los 400 investigadores "porque no queremos convertirnos en un centro excesivamente grande", asegura el director. La docena de investigadores senior o coordinadores de proyectos, como es el caso de Beato, tienen contrato indefinido, "pero no te puedes relajar porque un panel internacional de expertos te lo puede rescindir en cualquier momento si la evaluaci¨®n cient¨ªfica es negativa. Y ponen el list¨®n muy alto". A diferencia de otras instituciones, dice, aqu¨ª no se valora tanto el n¨²mero de art¨ªculos publicados como la relevancia cient¨ªfica del trabajo investigador.
Tampoco molesta la productividad como la del norteamericano Ramin Shiekhattar, que trabaja en el programa de regulaci¨®n g¨¦nica del CRG, sobre los mecanismos moleculares del c¨¢ncer y en el procesamiento de micro-ARN, un ¨¢rea en plena expansi¨®n cient¨ªfica. "Vino del Wistar Institute de Filadelfia y todos los a?os publica art¨ªculos en Cell, Science, Nature y otras publicaciones cient¨ªficas punteras", afirma satisfecho Beato.
Los jefes no s¨®lo investigan, tambi¨¦n reclutan talentos. Es una selecci¨®n exhaustiva, en la que los candidatos participan en seminarios de dos d¨ªas: "Les entrevistamos, les escuchamos y hasta cenamos con ellos", explica el director. Por ejemplo, para cubrir las dos ¨²ltimas plazas recibieron m¨¢s de 50 curr¨ªculos.
Vivek Malhotra, jefe del grupo de Compartimentaci¨®n Intracelular, es uno de los ¨²ltimos fichajes. Originario de la India, ha investigado durante 17 a?os en la Universidad de California, en San Diego (Estados Unidos), y es una de las eminencias en el campo de la secreci¨®n celular. "Todo era genial, pero quer¨ªa nuevos retos", afirma Malhotra. Agradece que Espa?a invierta m¨¢s en ciencia, "algo absolutamente necesario si quiere tener un fuerte impacto en ciencia y tecnolog¨ªa, como lo ha hecho California durante tanto tiempo".
A Thomas Graf, el CRG le ten¨ªa echado el ojo desde hac¨ªa tiempo. Trabaj¨® en el laboratorio EMBL como coordinador de programas y su modelo de diferenciaci¨®n de c¨¦lulas madre hematopoy¨¦ticas es ¨²nico, aseguran. "Al negociar para venir al CRG me pareci¨® claro que hab¨ªa buenos investigadores", afirma Graf, que est¨¢ casado con una vasca y es el organizador del congreso internacional de c¨¦lulas madre que se celebrar¨¢ en 2009 en Barcelona, en el que participar¨¢n 3.000 cient¨ªficos.
El CRG tambi¨¦n busca transferir conocimientos. Aunque saben que ser¨¢ algo lento. La industria multinacional acabar¨¢ llegando cuando vea que en Catalu?a se hace ciencia del nivel de los pa¨ªses m¨¢s punteros, dice Beato. De momento, por cada euro que ha recibido para el presupuesto, el CRG ha generado 1,5. Serrano reconoce que la asociaci¨®n con el laboratorio EMBL ha contribuido a aumentar la visibilidad del CRG, aunque suspiran por que finalmente Europa decida por convertirlos en una de las pocas instalaciones que este laboratorio tiene desparramadas por el continente. Mientras tanto, la lista de cerebros no hace m¨¢s que crecer: pronto llegar¨¢n un investigador suizo y otro venezolano.
Investigadores ¨²nicos
El CRG tambi¨¦n ha captado investigadores ¨²nicos. Como James Sharpe, que trabajaba en el Medical Research Council en Edimburgo y patent¨® un microscopio que permite ver en tres dimensiones c¨®mo se expresa un gen dentro de un embri¨®n sin necesidad de cortarlo. Este hallazgo lo ha combinado con modelos matem¨¢ticos para tratar de entender c¨®mo se produce el desarrollo de diferentes ¨®rganos, en concreto de las extremidades del rat¨®n. Ahora desarrolla en el CRG un nuevo microscopio h¨ªbrido que permitir¨¢ observar al rat¨®n vivo. "Si comprendemos c¨®mo se desarrolla una pata del rat¨®n, podremos regenerarlo y curar enfermedades degenerativas", dice Luis Serrano.
Otros, como el bioinform¨¢tico franc¨¦s Cedrik Notredame, optaron por dejar su confortable cargo en los laboratorios del organismo cient¨ªfico p¨²blico CNRS en Marsella (Francia) para ir a Barcelona.
Considerado uno de los padres de la comparaci¨®n de secuencias del genoma, ha escrito libros y programas inform¨¢ticos que utilizan miles de investigadores. Se incorpor¨® en septiembre de 2007 al Programa de Bioinform¨¢tica y Gen¨®mica, que dirige Roderic Guig¨®. "Decid¨ª moverme a Barcelona porque sent¨ªa que ahora ¨¦ste es probablemente el lugar con las mejores oportunidades de Europa para un cient¨ªfico joven (es decir, por debajo de 40 a?os)", afirma. La asociaci¨®n entre el EMBL y el centro catal¨¢n fue determinante, y "veo esta mudanza como un acontecimiento normal en la carrera de un cient¨ªfico, en b¨²squeda de nuevas ideas y perspectivas", a?ade.
Secuenciar genomas
En investigaci¨®n cient¨ªfica, el cerebro va junto con el m¨²sculo. Como otros centros de investigaci¨®n que quieren ser competitivos, el Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica de Barcelona (CRG) cuida ambos: "La biolog¨ªa est¨¢ cambiando mucho, cada vez es m¨¢s f¨ªsica y necesita bioinform¨¢ticos y aparatos cada vez m¨¢s sofisticados, capaces de manejar las ingentes cantidades de datos que se obtienen de los experimentos", asegura el investigador Luis Serrano.
En este sentido, el CRG se ha convertido en uno los primeros centros en disponer de una m¨¢quina capaz de secuenciar un genoma en una semana. Y pr¨®ximamente instalar¨¢ 200 equipos que estar¨¢n dedicados exclusivamente a los c¨¢lculos bioinform¨¢ticos. Ambas son tecnolog¨ªas imprescindibles para llegar a la cima de la investigaci¨®n biom¨¦dica y mantenerse en ella. "Quienes generen nuevos datos ser¨¢n quienes encuentren nuevos resultados", se?ala el bioinform¨¢tico Cedrik Notredame. En este caso, nuevos resultados significan posibles soluciones a enfermedades.
Por ejemplo, investigadores del CRG han demostrado el primer mecanismo claro para la incorporaci¨®n de c¨¦lulas madre en el m¨²sculo adulto de las personas, seg¨²n publicaron recientemente en una prestigiosa revista cient¨ªfica. Este hallazgo puede permitir en el futuro desarrollar nuevos m¨¦todos para restaurar la p¨¦rdida de masa muscular en las personas mayores y en los enfermos que sufren cierta inmovilidad.
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