El 9-M catal¨¢n: ?episodio o tendencia?
A la pol¨ªtica catalana le ha pasado con las elecciones del 9 de marzo como a la liga de f¨²tbol con el llamado mercado de invierno de fichajes, en el que los equipos compran nuevos jugadores para fortalecer sus posiciones. Estas elecciones de invierno han hecho que los diferentes partidos pol¨ªticos catalanes hayan salido reforzados o debilitados, seg¨²n su acierto en el mercado electoral.
El equipo que sale reforzado de este mercado de votos de invierno es el PSC de Jos¨¦ Montilla. De tal manera, que hay muchos elementos para pensar que a partir del 9-M comienza una nueva liga pol¨ªtica en Catalu?a. Y no s¨®lo eso, sino tambi¨¦n una larga etapa de dominio del PSC de Montilla, como la que en el pasado tuvo la CiU de Jordi Pujol.
Estamos ante un cambio de hegemon¨ªa pol¨ªtica a largo plazo. El nuevo 'pal de paller' de la pol¨ªtica catalana ser¨¢ el PSC
M¨¢s all¨¢ de lo que este resultado signifique para el futuro particular de cada partido y de cada pol¨ªtico concreto, la gran cuesti¨®n para todos los ciudadanos, para el inter¨¦s general, es en qu¨¦ medida este cambio va a permitir afrontar los grandes retos que tienen la econom¨ªa y la sociedad catalana (retos cuya soluci¨®n est¨¢ atascada desde hace a?os) para cerrar esa ya larga etapa de pesimismo antropol¨®gico que le entr¨® a Catalu?a en la d¨¦cada pasada.
Pero antes de decir algo sobre esta gran cuesti¨®n, perm¨ªtanme detenerme un momento en el an¨¢lisis de los resultados electorales.
?C¨®mo hemos de interpretar los resultados del 9-M en Catalu?a? ?Son un episodio reversible o marcan una nueva tendencia? Con el riesgo que siempre tiene el intentar adivinar el futuro, pienso que hay muchas probabilidades de que el avance del PSC de Montilla sea la se?al de una nueva hegemon¨ªa pol¨ªtica a largo plazo. Hay, a mi juicio, un antes y un despu¨¦s del 9-M en Catalu?a. Por tres razones.
La primera es que el avance del PSC no puede ser explicado s¨®lo en t¨¦rminos de voto ¨²til para frenar la vuelta del PP al gobierno de Espa?a. Es decir, como un voto al PSOE de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero m¨¢s que al PSC de Montilla. Hay que reconocer que el "si t¨² no vas, ellos vuelven" fue un mensaje muy eficaz. Pero el avance del PSC es demasiado intenso y amplio -abarca al conjunto de Catalu?a y no s¨®lo al ¨¢rea metropolitana de Barcelona- para ser interpretado como simple reacci¨®n defensiva a favor de Rodr¨ªguez Zapatero y en contra de Mariano Rajoy.
La segunda raz¨®n en favor de que estamos ante un cambio de tendencia es que CiU no ha conseguido frenar la p¨¦rdida de votos que experimenta desde antes de que Pujol dejase el tim¨®n en manos de Artur Mas. Esto deslegitima el intento de Mas de intercambiar su apoyo a la presidencia de Zapatero en Madrid por el apoyo de ¨¦ste para ponerle a ¨¦l en la presidencia de la Generalitat. La dulce derrota de CiU desvirt¨²a el intento de conseguir en la negociaci¨®n de los despachos lo que no consigui¨® en la batalla de las urnas.
Todo jugaba en esta ocasi¨®n a favor de que CiU pudiese beneficiarse tambi¨¦n del voto ¨²til. Por un lado, el miedo a la vuelta del PP. Por otro, el deseo de muchos ciudadanos de condicionar al nuevo Gobierno de Zapatero evitando una mayor¨ªa absoluta que se ve mal desde Catalu?a. Adem¨¢s, estaba el ¨¦xito logrado con la convocatoria de la manifestaci¨®n contra la gesti¨®n de las infraestructuras y por el derecho a decidir, que hab¨ªa llevado a CiU a pensar en romper esa tendencia a la baja.
Sin embargo, no ha sido as¨ª, aunque tampoco se ha hundido. Pero, como le escuch¨¦ decir a un buen amigo e influyente militante de CiU, esto es quiz¨¢ lo peor que le pod¨ªa haber pasado a CiU, porque su dulce derrota no le fuerza a cambiar de rumbo, con la consiguiente tendencia a continuar la sangr¨ªa de votos.
El tercer elemento que me lleva a pensar que estamos ante un cambio de tendencia en la hegemon¨ªa pol¨ªtica en Catalu?a es que el descalabro electoral de ERC se produce con Montilla en la presidencia de la Generalitat y reforzado en su poder y legitimidad. Esto es determinante. Por dos motivos.
Por un lado, porque eso significa que ahora no hay inter¨¦s en financiar desde el Gobierno una nueva mitosis de ERC. Por otro, porque las incomodidades que causa el convivir con ese volc¨¢n adolescente que es ERC son m¨¢s llevaderas cuando ya se est¨¢ en el poder. ERC seguir¨¢ intentado estar en misa y repicando, en el Gobierno y en la oposici¨®n. Pero, m¨¢s all¨¢ de la incomodidad, eso no sacar¨¢ a Montilla de la presidencia. Hasta es posible que le fortalezca ante las pr¨®ximas auton¨®micas.
Si no me equivoco, estamos ante un cambio de hegemon¨ªa pol¨ªtica a largo plazo. Un cambio que significa que el nuevo pal de paller de la pol¨ªtica catalana ser¨¢ el PSC. Un PSC que pasa a ser el eje de la institucionalidad, y al que las clases conservadoras y acomodadas votan ya sin temores. Un PSC que jugar¨¢ en pr¨¢cticamente todas las posibles combinaciones de gobierno a las que obligue la coyuntura pol¨ªtica. Incluida la gran coalici¨®n de PSC y CiU. Pero con Montilla en la presidencia.
?Qu¨¦ significar¨¢ este nuevo pal de paller para los retos de la econom¨ªa y la sociedad catalana? ?Pondr¨¢ fin a esa especie de pesimismo antropol¨®gico que se ha introducido en la psicolog¨ªa catalana, a modo de un 98 catal¨¢n similar al 98 espa?ol de inicios del siglo XX? ?Dar¨¢ m¨¢s confianza a la sociedad catalana para afrontar el cambio de modelo y la desaceleraci¨®n econ¨®mica? No lo s¨¦.
Pero de la misma forma que en los ¨²ltimos 25 a?os el PSC, formando en muchos casos gobiernos municipales tripartitos con ERC e ICV, fue la gran fuerza que reinvent¨® y moderniz¨® las viejas ciudades de Catalu?a, transformando los edificios de chimeneas fabriles en centros tecnol¨®gicos y universitarios, ahora puede ser decisivo para reinventar Catalu?a y su papel en la configuraci¨®n de la Espa?a del siglo XXI. El tiempo nos lo dir¨¢.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB.
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