Las vacaciones de Carolina son de "inter¨¦s general"

Carolina de M¨®naco y su esposo, el pr¨ªncipe Ernesto Augusto de Hannover, han sido derrotados por los paparazzi. Ayer supieron que hab¨ªan perdido dos de sus batallas legales contra la prensa del coraz¨®n. El Tribunal Constitucional alem¨¢n fall¨® en contra del matrimonio en dos de sus interminables litigios que afectan a lo que ellos consideran su privacidad y los periodistas aseguran que es libertad de expresi¨®n.

El Constitucional anul¨® una sentencia de la Corte Federal Suprema que prohib¨ªa la publicaci¨®n de unas fotos de la principesca pareja. La revista 7 Tage (7 d¨ªas), que se proclama como "la gran revista alemana de la aristocracia", ilustraba con ellas en 2002 un reportaje titulado Tambi¨¦n los ricos y guapos ahorran. Las fotos del litigio mostraban a Carolina y Ernesto en su residencia de Kenia que, seg¨²n la publicaci¨®n, ofrec¨ªan los pr¨ªncipes en alquiler "por 1.000 d¨®lares al d¨ªa". El reportero celebraba que, gracias a la nueva "conciencia econ¨®mica" desarrollada por las estrellas, "dormir en la cama de Carolina no es un deseo inalcanzable". A Carolina el reportaje la enoj¨®. El Constitucional, sin embargo, considera que algo hecho para "simple entretenimiento", es decir, informar sobre sus vacaciones, est¨¢ protegido por el derecho a la libertad de expresi¨®n.

El Constitucional tambi¨¦n confirm¨® ayer la sentencia de la Corte Federal Suprema que respaldaba la publicaci¨®n en la revista Frau im Spiegel de una foto que mostraba a Carolina y Ernesto de vacaciones durante la enfermedad del difunto Raniero III, padre de la princesa.

En otras ocasiones, en cambio, los tribunales han dado la raz¨®n a Carolina. En 2004, la princesa llev¨® con ¨¦xito una demanda contra Alemania al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo. Carolina consideraba escasa la protecci¨®n de la esfera privada de los famosos. Lo que pretende Carolina es que la justicia la respalde en su obsesi¨®n por separar sus actividades p¨²blicas de las privadas a la hora de ser fotografiada. Este inter¨¦s de la princesa siempre ha sido visto con recelo por la prensa francesa, que sabe que los miembros de la familia monegasca tambi¨¦n negocian sus apariciones en la prensa rosa.