"No veo justa la huelga para la gente que tiene que trabajar"

Ni rastro de los autobuses rojos, como los conoce la gente. El incumplimiento de los servicios m¨ªnimos por parte de los conductores de la EMT complic¨® de nuevo la vida de muchos ciudadanos. Si en un d¨ªa normal circulan 400 buses, ayer, seg¨²n la orden dictada por la Generalitat, 300 deber¨ªan haber recorrido las calles. No sali¨® ninguno de las cocheras. En las calles, muchas personas esperaron en vano.

- Toni, de 45 a?os. Trabaja de comercial y espera infructuosamente en la avenida de Peris y Valero a que llegue el 89 para viajar hasta Alboraia. "Ayer [por anteayer] ya me toc¨® hacer un grupo con la gente que est¨¢bamos en la parada y coger un taxi", explica. La carrera les cost¨® ocho euros, "un poco m¨¢s que el bus". Del conflicto opina que el Ayuntamiento deber¨ªa asegurar unos servicios m¨ªnimos "porque ese es el trabajo de los pol¨ªticos".

"El trabajo de los pol¨ªticos es asegurar que haya unos servicios m¨ªnimos"

- Jessica, de 18 a?os. Esta joven lleva casi media hora esperando el 90. "Me voy al hospital, a un pueblo cercano a Valencia. Cojo el 90, que me deja en Nuevo Centro, y all¨ª empalmo con otro", explica. Jessica se dispon¨ªa a visitar a un familiar en el hospital, pero desiste. "Por lo menos deber¨ªan poner uno cada hora". Tras conocer, por boca de un empleado municipal, que no pasar¨¢ ning¨²n veh¨ªculo, Jessica exclama: "No veo justa la huelga para la gente que tiene que trabajar".

- Menchu, de 29 a?os. Est¨¢ embarazada de ocho meses y ayer lleg¨® a la florister¨ªa donde trabaja, en el distrito de L'Eixample, como pudo. "Llevo dos semanas afectada por la huelga de autobuses", comenta. "Adem¨¢s, me afecta por partida doble. Tengo otros dos hijos y la chica que los cuida llega tarde por los paros, as¨ª que yo tambi¨¦n llego tarde al trabajo. Es una faena", explica sin dejar de hacer ramos de flores. No sabe cu¨¢l es el meollo del conflicto laboral en la EMT, pero s¨ª le suena que los conductores no cobran mal: "Ya pagar¨ªa yo por cobrar lo que ellos". Para ella, el metro no es una soluci¨®n: "Me agobia lo de ir bajo tierra".

- Javier, de 38 a?os y Sebasti¨¢n, de 33 a?os. Son argentinos, atienden un puesto de venta de sales de ba?o y jabones en la avenida del Antic Regne, y est¨¢n afectados por el conflicto de la EMT. "El 90% de la gente no est¨¢ informada de la huelga", comenta Javier, que ve l¨ªcito que los trabajadores convoquen paros. "Si los precios han subido, es l¨®gico el reclamo de m¨¢s salario", apunta.

Para Sebasti¨¢n, una mejora de las condiciones laborales de los trabajadores hace que las cosas funcionen mejor. "Mucha Copa del Am¨¦rica, mucha F¨®rmula 1 y mucha cosa, pero hace falta m¨¢s dinero para el transporte p¨²blico", a?ade. Los dos recurren estos d¨ªas al taxi, la bicicleta o caminan. "Faltan planes B para cuando pasan estas cosas".

- Ana. A esta fallera reci¨¦n peinada, la huelga no la afecta excesivamente, porque, seg¨²n comenta, tiene el trabajo cerca de casa. Sin embargo, ha ido a casa de su hermana -cerca de la Pantera Rosa- a peinarse. "Me ha tra¨ªdo mi marido con el coche", dice. Para regresar a su barrio, no se lo piensa dos veces. "Coger¨¦ un taxi". Algo nada f¨¢cil en un d¨ªa como ayer.