Barra libre de m¨²sica por 64 euros
Apple negocia con las discogr¨¢ficas brindar acceso ilimitado a los cat¨¢logos para sus clientes - Los usuarios de los reproductores pagar¨ªan a cambio un canon
?Cu¨¢nto estar¨ªa dispuesto a pagar por (casi) toda la m¨²sica del mundo? Apple tiene una oferta que hacerle. Y piensa cambiar radicalmente las reglas del juego para, de paso, dar un respiro a las compa?¨ªas discogr¨¢ficas en apuros.
Porque la compa?¨ªa del iPod quiere seguir llevando la iniciativa en los nuevos modos de consumir m¨²sica en el tercer milenio. La aspiraci¨®n es pactar con las grandes compa?¨ªas discogr¨¢ficas para permitir a los poseedores de un iPod o un iPhone el uso gratis de todo el material disponible en los cat¨¢logos a trav¨¦s de iTunes, seg¨²n informa el diario Financial Times.
Apple buscar¨ªa con esta iniciativa contrarrestar el golpe que supone el plan Comes with music, de Nokia, que promete acceso ilimitado al cat¨¢logo de Universal -y otras discogr¨¢ficas que acepten el acuerdo- con tel¨¦fonos m¨®viles y ordenadores que se empezar¨¢n a vender en verano. Antes de continuar, un inciso: la m¨²sica que ofrece Nokia no se puede tostar en un compacto ni se escucha en otros reproductores.
La raci¨®n de la tarta de la venta en iTunes resulta insignificante
De momento parece claro que la propuesta de Apple sube la apuesta. Con el acuerdo a¨²n sin firmar, tampoco estar¨ªa fijado el cu¨¢nto se ha de pagar por el suculento buf¨¦ musical. Aparentemente, los estudios de mercado revelan que los consumidores estar¨ªan dispuestos a pagar o bien un canon de unos 100 d¨®lares (64 euros) al comprar un reproductor por acceder al servicio mientras dure la vida del cacharro, o una suscripci¨®n mensual de 7 u 8 d¨®lares. Esta ¨²ltima opci¨®n s¨®lo ser¨ªa factible para usuarios de iPhone. Y es la favorita de Apple, que asume que su cobro -camuflado en la factura telef¨®nica- resultar¨ªa indoloro. Todo lo cual parece muy razonable, excepto que ya existe una enorme masa de mel¨®manos que m¨¢s o menos disfruta del mismo servicio por las bravas, sin preocuparse de sistemas incompatibles o limitaciones para almacenar temas a voluntad.
Los requerimientos de este peri¨®dico no fueron atendidos ayer en las oficinas de la compa?¨ªa en Cupertino (California). Mientras tanto, en su sede espa?ola, aseguraban carecer de informaci¨®n al respecto de este acuerdo.
En liza est¨¢ el control de lo que llaman "el jukebox global", la posibilidad de disfrutar legalmente de pr¨¢cticamente toda la m¨²sica grabada en cualquier momento, mediante tel¨¦fonos, GPS, ordenadores o reproductores. Un mundo de posibilidades que, sin embargo, relega a las discogr¨¢ficas y otros derechohabientes a la categor¨ªa de proveedores bajo presi¨®n, el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena. Aunque el iPod y similares hayan supuesto una lluvia de oro para los fabricantes de hardware, los propietarios del software han visto muy poco dinero del gran boom: los ingresos que reciben por sus ventas digitales representan una gota en el oc¨¦ano del dinero que ahora mueve el consumo de m¨²sica.
Los disqueros, ellos todav¨ªa prefieren llamarse as¨ª, son conscientes de haber sido arrollados por Apple y compa?¨ªa: "Intentan convencernos de que ahora los artistas sacan m¨¢s dinero con el directo, pero eso no es necesariamente cierto -muchos est¨¢n muertos o bien no quieren o no pueden actuar- y nos est¨¢ empujando a entrar en el management, que quiz¨¢s no deber¨ªa ser nuestro territorio. Los fabricantes de aparatos, los proveedores de Internet y las telef¨®nicas no paran de engordar mientras nosotros nos hundimos. Por no hablar de las peque?as compa?¨ªas, que carecen de fuerza para negociar y est¨¢n desapareciendo poco a poco".
La gente de la m¨²sica ha comprobado que su raci¨®n de la tarta de la venta de canciones en iTunes resulta insignificante: incluso los que compran temas all¨ª, rellenan sus reproductores con las descargas ilegales o volcando sus discos. Una de las pretensiones de las multinacionales es que iTunes suba considerablemente el precio por canci¨®n (99 centavos de d¨®lar o 99 c¨¦ntimos de euro) cuando se trate de artistas punteros. En realidad, no se aprecia entre las fonogr¨¢ficas una verdadera urgencia por reventar el negocio de Apple: las otras tiendas digitales, de momento, prefieren competir bajando los precios.
Aun as¨ª, las posiciones parecen irreconciliables. A la hora de los acuerdos, nunca hay generosidad por parte de qui¨¦n ocupa un lugar dominante: seg¨²n Financial Times, Apple pretende pagar a los titulares de copyrights alrededor de 20 d¨®lares por cada iPod o iPhone que incorpore el nuevo servicio, mientras el aspirante, Nokia, maneja la cifra de 80 d¨®lares (a repartir entre las discogr¨¢ficas). A todo esto, conviene no olvidar la posibilidad de comprar m¨²sica v¨ªa tel¨¦fono, perfectamente desarrollada en Jap¨®n.
Las compa?¨ªas de m¨²sica se reservan la llave de otra jugada maestra que Apple lleva tiempo perfilando: los iPod (o similares) personalizados. Un ex directivo de multinacional explica el mecanismo: "Cuando le regal¨¦ un reproductor de MP3 a mi madre, se lo llen¨¦ con canciones que sab¨ªa podr¨ªan gustarle especialmente. Pero parece evidente que pronto encontraremos reproductores cargados con todo U2 o Elvis Presley, por no hablar de selecciones de boleros, m¨²sica lounge o lo que se te ocurra".
El tesoro de las grandes compa?¨ªas
- EMI Con sede en Londres, el holding cuenta con joyas de todos los estilos. Desde el jazz de Blue Note, hasta la m¨²sica cl¨¢sica de Decca. En su cat¨¢logo, Pink Floyd, Frank Sinatra, The Beatles, Rolling Stones o H¨¦roes del Silencio.- UNIVERSALEs la disquera m¨¢s grande, con el 25,5% del mercado. En 2006 fue comprada por la francesa Vivendi. Entre sus joyas suenan Bj?rk, Enrique Iglesias, Elton John, Jimi Hendrix, Nirvana, Jay Z, Pink Floyd o U2.- SONY BMGSurgi¨® en 2004 de la fusi¨®n al 50% de Sony y BMG. Entre sus sellos est¨¢n la antigua CBS o Columbia. Representan a Britney Spears, La Oreja de Van Gogh, Beyonc¨¦, Bob Dylan, Julio Iglesias, Bruce Springsteen o Mecano.- WARNER MUSICEn 1972 nace de la fusi¨®n de los tres sellos de Warner. Ahora pertenece a un consorcio dirigido por Edgar Bronfman junior. All¨ª militan Brian Wilson, Lou Reed, Madonna, Prince, REM o Herbie Hancock.
Babelia
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