Versos y otras extravagancias
"Procede acceder a la separaci¨®n / que imploran tanto el se?or Triana / al que no le da la real gana/ de soportar la tensi¨®n/ como la se?ora Sarmiento/ que no sufriendo escarmiento/ tras su primer tropez¨®n/ persiste en el mismo tono/ y aduciendo el abandono/ suplica una soluci¨®n". No lo parece, pero es una sentencia de divorcio. Al juez de Tenerife ?lvaro Gaspar le gustaba "adornar" sus resoluciones, seg¨²n ¨¦l mismo explic¨® al Consejo General del Poder Judicial. Ten¨ªa costumbre de componer sus versos y dirigirse con ellos a los ciudadanos. Le gustaba. Dec¨ªa que "si el fallo es bello adem¨¢s de justo, el derecho sale ganando". A veces tambi¨¦n reflexionaba sobre la vida humana. O se dirig¨ªa a los hijos de los que se estaban separando: "Te recuerdo Amanda -por el t¨ªtulo de la canci¨®n de V¨ªctor Jara-, que parece que ya va superando tus problemas de metabolizaci¨®n de la leche". No es el ¨²nico que se permite ir m¨¢s all¨¢ de lo meramente jur¨ªdico. A la comisi¨®n disciplinaria del CGPJ han llegado jueces poetas, algunos que usan la Biblia en sus argumentaciones jur¨ªdicas y algunos que hacen bromitas a los detenidos mientras esperan en el juzgado.
"Como con Ad¨¢n y Eva surgi¨® el infierno en vuestro matrimonio"
"Como con Ad¨¢n y Eva surgi¨® el infierno en vuestro matrimonio" escrib¨ªa en una de sus sentencias el juez de la Audiencia de Cantabria Esteban Campelo. En sus resoluciones utilizaba habitualmente citas b¨ªblicas. Le gustaba tambi¨¦n, como a Gaspar, reflexionar sobre la vida y el matrimonio. "Ahora es posible no comer de esos frutos que Dios, conocedor del bien y del mal, se?ala como prohibidos porque nos conducen a la muerte", escribe. "Es cuesti¨®n de que, Ismael y Concepci¨®n, pong¨¢is en medio de vuestras vidas el Esp¨ªritu de Jesucristo Resucitado, capaz de llenar el anhelo de vida que tiene vuestro coraz¨®n. Y por eso ten¨¦is que acudir a quien dispone de esa fuerza salvadora que es la Iglesia Cat¨®lica, diciendo a sus Ministros que quer¨¦is participar y comer de ese fruto".
Hay otros que publican art¨ªculos insultando a algunos compa?eros. Un juez calific¨® a un conocido magistrado de "mendaz, exhibicionista, fr¨ªvolo, fisg¨®n, chismorrero, vacuo, say¨®n, tosco, patra?ero, buf¨®nido y anuro chipir¨®n". Lo llamaba "San Pinocho de Ja¨¦n". Fue sancionado con dos multas de 300.000 pesetas (1.800 euros).
Y hay algunos que no tienen muchos reparos en atemorizar a los detenidos. "El d¨ªa que entres en prisi¨®n saldr¨¢s de la ducha a cuatro patas, te llamar¨¢n carne fresca", le espet¨® un juez de instrucci¨®n a un detenido por robo despu¨¦s de tomarle declaraci¨®n. No fue sancionado. El Consejo del Poder Judicial no apreci¨® "falta grave de consideraci¨®n" por el tono "distendido" usado por el juez.
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