L¨¦ger, el defensor del pueblo
El "cubista afable" protagoniza una exposici¨®n en Girona
Le llamaban el H¨¦rcules alegre, por su f¨ªsico grande y robusto y por una propensi¨®n al buen humor que dej¨® traslucir en muchas de sus obras que ahora se pueden contemplar en la Fontana d'Or de Girona bajo el t¨ªtulo L¨¦ger. El cubista afable. Y es que al contrario que Picasso o Juan Gris, abanderados de un cubismo m¨¢s "anal¨ªtico" y partidarios de retratos m¨¢s "oscuros y dram¨¢ticos", el franc¨¦s Fernand L¨¦ger abri¨® las puertas a "un franco optimismo", tal como sostiene el comisario de la exposici¨®n, Antoni Niebla.
Pero no hay que confundirse. Detr¨¢s de esta cara amable, est¨¢ el discurso marcadamente social de un artista que defend¨ªa abiertamente la socializaci¨®n y la creaci¨®n de un arte del pueblo. Obreros en andamios, m¨²sicos, personajes circenses o ciclistas est¨¢n siempre en su punto de mira, reflejados con ternura, sentido del humor y dignidad humana. La exposici¨®n, que podr¨¢ visitarse hasta el 4 de mayo, re¨²ne una quincena de obras, algunas de gran formato, fechadas entre 1917 y 1954 y procedentes de colecciones privadas de Nueva York, Suiza, Canad¨¢ y Barcelona. Las piezas son de t¨¦cnicas y soportes diversos e incluyen desde relieves realizados en bronce hasta cer¨¢micas policromadas. La elecci¨®n de las obras responde al deseo del comisario Niebla de mostrar al L¨¦ger que pretend¨ªa sacar el arte de los museos y exponerlo en los espacios p¨²blicos, alejado de las pinturas "de estudio" y centrado en su compromiso con la sociedad.
Hombres-m¨¢quina
La exposici¨®n se inicia con la pieza Composition m¨¦canique, creada en 1917 mientras el pintor se curaba en un hospital de las heridas de una bomba durante la I Guerra Mundial. Arranca aqu¨ª su denominado periodo mec¨¢nico, centrado en la relaci¨®n hombre-m¨¢quina y la mecanizaci¨®n del trabajo. Se trata de un momento crucial, explica Niebla, para que L¨¦ger se convirtiera en uno de los renovadores del cubismo a partir de sus convicciones pol¨ªticas.
En este sentido, L¨¦ger dej¨® escrito que prefer¨ªa la pintura mural, intr¨ªnsecamente colectiva, a la pintura de caballete, estrictamente individual. Una muestra son los inmensos tapices, concebidos como producciones colectivas junto a los alumnos de su taller. Hasta Girona han viajado algunos como Les Trois Musiciens (1944), una de las estrellas de la exposici¨®n. En su af¨¢n por estar en contacto con el mundo obrero, el artista no dud¨® en utilizar materiales industriales para sus obras, como la piedra artificial ba?ada en plomo y pintada con esmalte.
L¨¦ger. El cubista afable tambi¨¦n ilustra sobre otro de los momentos clave en la evoluci¨®n art¨ªstica del pintor, como es su relaci¨®n con el arquitecto Le Corbusier y la gran influencia que ¨¦ste ejerci¨® en su obra. Un ejemplo es la pieza Femme au vas (1925), protagonizada por una figura humana de estilo cl¨¢sico y proporciones monumentales.
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