La historia misma del ballet espa?ol
El papel de Pilar L¨®pez en las etapas fundacionales del ballet espa?ol del siglo XX es no s¨®lo fundamental sino un vector est¨¦tico de gran relevancia que se extiende, generaciones adelante, hasta llegar a la plenitud estil¨ªstica de Antonio Gades, que reconoc¨ªa en ella a su ¨²nica maestra (que adem¨¢s le apod¨® art¨ªsticamente al descubrirle en un tablao madrile?o y reclutarlo; estuvo con ella de 1953 a 1961) y que aparece como g¨¦nesis cor¨¦utica en lo mejor de lo que podemos ver hoy.
La vida de Pilar L¨®pez, tambi¨¦n en lo art¨ªstico, estuvo siempre ligada a la memoria de su hermana, Encarnaci¨®n, La Argentinita. Pilar, modesta y severa, en su tono, con memoria prodigiosa y pulso firme, mantuvo su legado, luch¨® por ¨¦l toda la vida. En los anales del antiguo Metropolitan Opera House est¨¢n las dos hermanas, queridas y admiradas, junto a Stravinski, Dal¨ª, Ansermet y Balanchine; all¨ª probablemente (haciendo cuatro matin¨¦s a la semana y altern¨¢ndose con el a¨²n biso?o Ballet Theatre, purificaron las l¨ªneas de lo que entend¨ªan por un gran ballet espa?ol de rango esc¨¦nico mayor, sinf¨®nico. La muerte se llev¨® prematuramente en 1945 a Encarnaci¨®n y Pilar sigui¨® adelante tras una pausa (verdadero luto) de un a?o que a¨²n hace poco recordaba con amargura y nostalgia, con esa idea de ballet, de asunci¨®n de estilos y formas diversos. Muchos bailarines de entonces se convirtieron en puente de plata de sus criterios.
Sobreviven de las gestas de Pilar y su compa?¨ªa, entre otros, Nana Lorca (que fue all¨ª primera bailarina entre 1956 y 1960), Aurora Pons, Alberto Lorca, Alejandro Vega (con quien apareci¨® en las memoriales fotos de Serge Lido), El G¨¹ito, Mario Maya, Paco de Alba, Alicia D¨ªaz, Elvira Crist¨®bal (hija de Elvira Lucena), Pilar Parra, Alberto Portilla, y unos j¨®venc¨ªsimos Juan Mata y Ana Gonz¨¢lez, que luego han estado en el Ballet Nacional de Espa?a desde sus albores. Precisamente, cuando Gades crea el BNE en 1978, en su primer programa cumple un destino m¨¢s que una deuda moral y llama a Pilar L¨®pez para que remonte El concierto de Aranjuez (era de los principios de los a?os cincuenta). Y hay a¨²n esos fragmentos filmados de ella en el segundo movimiento, de negro acompa?ada de cuatro hombres de corto; o en el tercero, de blanco ella sola primero. Hab¨ªa en su baile un se?or¨ªo desde la respiraci¨®n, una seriedad que daba empaque.
Su visi¨®n refinad¨ªsima de lo goyesco (El pelele sobre m¨²sica de Granados); su tangencial visi¨®n del andalucismo y el flamenco esc¨¦nico coreografiado (Flamencos de la Trinidad); la revisi¨®n de lo ancestral (El zapateado del perchel) o su ensamblaje de lo vern¨¢culo (Madrid flamenco), se unen prism¨¢ticamente en un estilo donde lo cl¨¢sico se atempera con un rigor musical (El cojo enamorado sobre los Preludios de Claude Debussy) o La farandola de Georges Bizet.
No puede obviarse su etapa de los cuarenta a los cincuenta, cuando, sobre la estela de su hermana Encarnaci¨®n, asume el mantenimiento de sus hallazgos y estilo, con toques propios, y as¨ª hace su Capricho espa?ol (Rimsky Korsakov); El sombrero de tres picos (Falla) y una delicada evocaci¨®n lorquiana: La zapatera y el embozado (Leoz). Tambi¨¦n pisando honrosa y delicadamente en la huella de La Argentinita suben a escena en ese tiempo El Caf¨¦ de Chinitas, el Bolero (Ravel) y Pepita Jim¨¦nez. Pilar era la historia misma del ballet espa?ol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.