Una bomba en el fregadero
Seis millones de fianza para cuatro inspectores que visaron una instalaci¨®n de gas cuyo estallido caus¨® tres muertos
Debajo del fregadero de una casa de Getafe (Madrid) hubo durante 12 a?os una bomba de relojer¨ªa: un tubo de gas abierto, sin taponar. Cuatro operarios revisaron a lo largo de esos a?os la instalaci¨®n y ninguno de ellos alert¨® o desactiv¨® el peligro. Es m¨¢s, le dieron el visto bueno. El 12 de enero de 2005 la suerte huy¨® de esa casa, un primer piso del n¨²mero 57 de la calle de Valencia. Un nuevo inquilino de la vivienda quiso poner la calefacci¨®n y sin querer desat¨® la tragedia en todo el bloque: tres muertos (entre ellos, un beb¨¦ de cuatro meses) y 20 heridos; 11 de ellos, muy graves. Incluido ¨¦l.
La virulencia del siniestro conmocion¨® al municipio madrile?o de Getafe. Al principio, incluso se lleg¨® a pensar en un atentado. Pero no. El juez y el fiscal han aclarado que se trat¨® de una imprudencia en cadena.
Cuatro operarios de distintas compa?¨ªas de gas, algunas subcontratas de Gas Natural S.G.D., se van a sentar en el banquillo. Se enfrentan cada uno de ellos a una petici¨®n del fiscal de cuatro a?os de c¨¢rcel por tres delitos de homicidio imprudentes y una veintena de delitos de lesiones. Y no s¨®lo eso: el juez, Ram¨®n Gallardo, ha fijado una fianza solidaria de seis millones de euros (1.000 millones de las antiguas pesetas) contra los operarios y, subsidiariamente, sus compa?¨ªas aseguradoras.
Y hab¨ªa deficiencias
Seg¨²n el fiscal, el origen de la tragedia se remonta a 1993. Los entonces moradores de la casa contrataron en casa gas natural para la calefacci¨®n y el agua caliente. Los t¨¦cnicos colocaron el contador y una llave de paso en la terraza, con dos tubos: uno de ellos entraba a la cocina, adosado a la pared, detr¨¢s de muebles bajeros del fregadero. Terminada la instalaci¨®n, Gas Natural la inspeccion¨®, pero no autoriz¨® el suministro de gas. Detect¨® "deficiencias en la evacuaci¨®n de productos combustibles". Los due?os de la vivienda, al no disponer de gas, optaron por una cocina de vitrocer¨¢mica y un horno el¨¦ctrico.
Tiempo despu¨¦s, Gas Natural envi¨® a un inspector a la casa, al ahora acusado Juan Jos¨¦ Velasco. ?ste dio de alta el suministro de gas a pesar de que el tubo que llegaba a la cocina estaba abierto, sin taponar y sin enganchar a ning¨²n aparato. Y se fue. Nadie toc¨® all¨ª despu¨¦s. En 1996, acudi¨® a la vivienda el tambi¨¦n acusado Jos¨¦ Mar¨ªa G¨®mez Villa, quien realiz¨® la primera inspecci¨®n oficial de la instalaci¨®n, pues constaba como operativa, aunque no se utilizaba. Este observ¨® la instalaci¨®n e, incomprensiblemente, tambi¨¦n le dio el visto bueno "sin corregir, como era su obligaci¨®n, tan grave deficiencia". A ¨¦sta le siguieron otras dos inspecciones a?os despu¨¦s. Una, el 21 de septiembre de 2000, por parte del acusado Francisco Jos¨¦ Tirado, y otra, cuatro a?os despu¨¦s, a cargo de Juan Pedro Guerrero. Ninguno de los dos dio importancia al peligro que anidaba bajo el fregadero.
Los due?os dejaron la casa vac¨ªa durante un tiempo. Hasta que la alquil¨®, el 12 de enero de 2005, Jorge Rovira. Hac¨ªa fr¨ªo y el hombre quiso encender la calefacci¨®n. Ignorante de que uno de los tubos, oculto bajo el fregadero, estaba abierto, sin taponar, accion¨® las llaves de paso del gas. Vio que el contador de gas empezaba a correr y sali¨® a dar una vuelta. Tres horas y media despu¨¦s volvi¨® con tres amigas y el hijo, de 10 a?os, de una de ellas. Al entrar notaron un fuerte olor a gas. Mientras una de ellas iba a abrir la ventana de la cocina, otra dio la luz. La deflagraci¨®n derrib¨® la casa. Una de sus amigas, Carmen S¨¢nchez, de 36 a?os, falleci¨®. Su hijo de 10 a?os sufri¨® heridas grav¨ªsimas, al igual que las otras amigas y el propio Rovira. A Vicente Jim¨¦nez, de 34 a?os, que viv¨ªa justo debajo del piso siniestrado, le pill¨® la explosi¨®n en casa (eran cerca de las 10 de la noche). Su esposa y su hija de cuatro meses fueron lanzadas a la calle por la onda expansiva. Ambas murieron. Y ¨¦l estuvo un a?o incapacitado.
Por el juicio, a¨²n sin se?alar, desfilar¨¢n unos 100 testigos.

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