Profesi¨®n de alto riesgo
Difunden los medios la noticia de que Ilias Shurp¨¢yev, corresponsal del canal 1 de la televisi¨®n rusa, ha aparecido estrangulado y apu?alado en su apartamento de Mosc¨². Ten¨ªa apenas treinta y dos a?os y su especializaci¨®n period¨ªstica en la situaci¨®n pol¨ªtica del C¨¢ucaso le hab¨ªa convertido al parecer en un peligroso disidente. Hace poco m¨¢s de un a?o el cuerpo de Anna Politk¨®vskaya apareci¨® acribillado a balazos en el ascensor del edificio donde viv¨ªa en el centro de Mosc¨². Unos meses antes de morir, en el curso de un congreso dedicado a la libertad de prensa que hab¨ªa organizado Reporteros sin Fronteras en la ciudad de Viena, Politkovskaya hab¨ªa declarado: "La gente a veces paga con su vida por decir abiertamente lo que piensa... No soy la ¨²nica que est¨¢ en peligro". Y a?os antes, mientras realizaba una cr¨®nica de guerra en Chechenia, rodeada por carros de combate blindados, soldados armados y civiles asustados, la periodista rusa miraba alrededor y se preguntaba: "?D¨®nde est¨¢ el frente de guerra?". Politkovskaya escrib¨ªa sus notas pensando en el futuro; quer¨ªa que fueran un "testimonio de las v¨ªctimas inocentes". Politkovskaya sab¨ªa que el frente de guerra era ella, como tambi¨¦n lo ha sido Ilias Shurp¨¢yev o los periodistas escandinavo que publicaron las vi?etas de Mahoma, y tantos otros que ejercen la libertad de opini¨®n desde los medios, amenazados por todas y las m¨¢s variadas formas de coacci¨®n. El frente de guerra contra el que apuntan todas las armas de la intolerancia son todos los ciudadanos libres.
Mucho ha cambiado el mundo desde aquella ¨¦poca en que las apuestas innegociables del sabio Karl Popper por la sociedad abierta nos parec¨ªan una propuesta conservadora e insuficiente, una especie de expresi¨®n conformista del liberalismo burgu¨¦s. Con el transcurso del siglo XX hemos podido comprobar que todas las revoluciones y contrarrevoluciones han derivado en pretextos autoritarios para atropellar lo que, en definitiva, es la ¨²nica medida de la grandeza del ser humano: el respeto a la libertad de pensamiento y a la universalidad de la dignidad y los derechos del hombre. Dos atributos hoy en d¨ªa amenazados y en el frente de guerra de muchos poderes que tienen una influencia creciente en la din¨¢mica de poderes del mundo actual. ?Qui¨¦n le iba a decir al fil¨®sofo de Viena que preservar los principios m¨¢s elementales de la Ilustraci¨®n llegar¨ªa a convertirse en un planteamiento radical o incluso revolucionario? Que nunca falte una flor en la tumba de Shurp¨¢yev y Politk¨®vskaya.
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