Sabores tradicionales y conciencia ecol¨®gica?

No es un restaurante al uso ni tampoco un bar de tapas, sino un lugar de dise?o donde se puede comer de manera informal escogiendo desordenadamente distintos platitos de la carta. Tapas sin base de pan que apuntan a medias raciones y que, aunque no pasan de un nivel gastron¨®mico discreto, poseen la virtud de ahondar en sabores de la cocina tradicional espa?ola a precios comedidos.

Entre otras especialidades, tortilla de patata y cebolla (4,10 euros), croquetas de jam¨®n (4), ensalada de tomate con ventresca (4,75), ensaladilla rusa (4,25), pimientos de Padr¨®n fritos (3,75), esp¨¢rragos trigueros con salsa romesco (5,25), biquini de jam¨®n ib¨¦rico con trufa (5,50) y canelones con trufa (7,25). Entrantes a los que hay que a?adir un surtido de ensaladas, tambi¨¦n a precios moderados. Incluso, platos de pescado y marisco cuyo coste fluct¨²a seg¨²n el mercado: navajas a la plancha (s/m), gambas de Palam¨®s (s/m), chipirones a la andaluza (4,25), brocheta de gambas (8) y bacalao con espinacas (6,50).

Como las raciones son bastante reducidas, se precisan cuatro o cinco platitos por comensal para acabar satisfecho. De postre, espuma de crema catalana (3,25), o helado de c¨ªtricos (3,50), en la misma l¨ªnea media de lo salado.

La casa tambi¨¦n dispone de un surtido de platos para llevar y de una tienda con delicadezas gastron¨®micas (aceites de oliva, arroces, charcuter¨ªa, aguas minerales, chocolates, quesos, conservas, confituras), en su mayor¨ªa catalanas. Como filosof¨ªa publicitaria, sus responsables defienden la conciencia ecol¨®gica: el compromiso con el medio ambiente, el respeto por el comercio justo y un trato responsable de los alimentos. Para apoyar sus propuestas gastron¨®micas evocan una frase del inefable Josep Pla: "Mi ideal culinario es la simplicidad, siempre compatible con determinado grado de sustancia".

Matamala ocupa un vistoso y c¨¦ntrico local de 700 metros cuadrados, a escasa distancia de la plaza de Catalu?a, cuyo interiorismo lo ha llevado a cabo el prestigioso estudio de arquitectura GCA, que tambi¨¦n ha realizado en Barcelona restaurantes de la envergadura de Arola y Gaig, adem¨¢s del Evo, que dirige Santi Santamar¨ªa, en el hotel Hesperia.