El Fundi, un torerazo

Si llega a nacer en la ¨¦poca de los toreros valientes y los toros fieros, hubiera sido una figura de ¨¦poca. Hoy, en el reinado de la rampante ?o?er¨ªa, El Fundi es un rescoldo vivo de la fiesta m¨¢s aut¨¦ntica. Un torerazo.

La estampa emocionant¨ªsima del desplante gallardo del torero instantes despu¨¦s de que su segundo toro cayera patas arriba sin puntilla de un estoconazo hasta la bola era una l¨¢mina de aquellos tiempos en los que un pu?ado de h¨¦roes se jugaba la vida de verdad. Era la imagen del vencedor en una dura batalla, tan infrecuente en el toreo moderno. Despu¨¦s, pase¨® una oreja de verdad; tan de verdad como toda su actuaci¨®n de ayer. Fue la suya una lecci¨®n magistral ante dos toros correosos, como toda la corrida, broncos, ¨¢speros, listos, que embest¨ªan sin fijeza, con la cara por las nubes y atentos al menor descuido del torero. Pero El Fundi es un catedr¨¢tico de la t¨¦cnica y un torero valiente. Bien plantado ante la cara de los toros, firme siempre, la muleta tersa, en una entrega cabal, despleg¨® todo el repertorio de un torero hecho y derecho. Dome?¨® a sus oponentes, los banderille¨® con decoro, les rob¨® pases meritorios y demostr¨® que ¨¦l es un torero con may¨²sculas. Nada m¨¢s y nada menos.

Pocas opciones tuvieron Jesuli y Bol¨ªvar, diestros m¨¢s modernos, aunque no volvieron la cara en ning¨²n momento. Ambos se lucieron con el capote. Los dos, a la ver¨®nica, y el segundo, adem¨¢s, con unas ce?idas gaoneras. Valientes en todo momento, aprobaron un dif¨ªcil examen para cualquiera.

Hubo otro torerazo: Domingo Navarro, de la cuadrilla de Bol¨ªvar. A su extraordinaria profesionalidad de siempre uni¨® ayer un milagroso quite providencial a un compa?ero, lo que le oblig¨® a saludar al respetable.