Efervescente Racing

Timorato y d¨®cil, el Espanyol se agazap¨® ante la exigencia de dar un paso al frente. Parece obstinado en rehuir Europa, deprimido en grado superlativo y sin encontrar el Prozac que le reactive por mucho que se agote la cuenta atr¨¢s de la Liga. Lo apabull¨® y derrot¨® el Racing, equipo tan exquisito en la fase defensiva como apa?ado en los ¨²ltimos metros, de claridad meridiana y pegada resolutiva. Contabiliz¨® los tres puntos el Racing, que se a¨²pa en la tabla y atrapa al Atl¨¦tico, cuarto y ¨²ltimo en la lista de los que disputar¨¢n la Champions. Se hundi¨® el Espanyol, que se descabalga de la Copa de la UEFA.

El Racing es un conjunto ordenado, que exprime un f¨²tbol simple pero pragm¨¢tico. No repele el cuero, pero tampoco lo manosea. Lo suyo es un juego directo, de ataque frontal y basado en la velocidad de los puntas. Con un despliegue, en cualquier caso, sensacional. En la defensa es m¨¢s completo. No porque cuente con zagueros excelentes -no jug¨®, adem¨¢s, el cacique, Garay-, sino porque es un equipo trabajado, aplicado en las ayudas y obsesionado en ejercer coberturas para recuperar el bal¨®n en la segunda l¨ªnea. Demasiado bueno para el Espanyol, que languidece a marchas forzadas y que ha perdido la efervescencia que le defini¨® anta?o.

El Espanyol ha desgastado sus argumentos. A Kameni le tiemblan las manos y a Jarque las piernas. Tambi¨¦n ha perdido los costados, donde Valdo anda desbravado y Riera desaparecido. A los volantes no les auxilian desde la medular una vez que Mois¨¦s Hurtado y Lola evidencian su falta del pase definitivo. Lo intenta Luis Garc¨ªa, siempre vehemente y orgulloso. Pero est¨¢ solo. As¨ª, no resulta extra?o que Tamudo siga desactivado a la espera de un bal¨®n que nunca llega. Y, cuando lleg¨®, Oriol simul¨® una falta y el colegiado anulaba un tanto legal.

Sustentado por la envergadura de Duscher y la intuici¨®n de Colsa, el Racing reba?a la pelota en la medular para salir al contragolpe. Un arma que resulta efectiva porque Jorge L¨®pez sabe jugar al f¨²tbol sin el bal¨®n en los pies: diagonales que dejan sitio a las ca¨ªdas de Tchit¨¦ o Munitis a la banda para fijar al lateral y ayudar a las llegadas desde la segunda l¨ªnea. Pero tampoco lo hace mal con el cuero controlado. Lo recibi¨® en una diagonal y lanz¨® desde fuera del ¨¢rea. Kameni rechaz¨® la pelota y Serrano la engatill¨®. Gol y hachazo al Espanyol, desencajado por impotencia. En otro rechace a disparo de Duscher, Munitis punte¨® el cuero y sentenci¨® el duelo.

Incapaz de sacudir al partido o al adversario, el Espanyol se consumi¨® en su intento vano por reducir las distancias. Tanto que Bolado se permiti¨® el lujo de marcar de rabona en el ¨²ltimo resuello. Mucho Racing.