"De ni?a escapaba de casa para pegar carteles"
Hay personas que viven la pol¨ªtica y les gusta. Carmela Silva (Vigo, 1960) es una de ellas. Una profesional. "Toda la vida me dediqu¨¦ a la pol¨ªtica. Empec¨¦ escapando por la ventana, a los 14 a?os, a hacer pegadas de carteles del Partido del Trabajo, por las noches". Luego fue activista de las juventudes comunistas y s¨®lo se alej¨® unos a?os tras el drama que le supuso la fractura del PCE. Un ex comunista, Luis Est¨¦vez, la repesc¨® para el PSOE, "cuando vimos que era la ¨²nica opci¨®n de izquierdas con posibilidades de gobernar".
La portavoz del PSOE en el Senado tiene un hijo en el Bar?a. El fin de semana es para ¨¦l
Llega sola a la plaza de la Constituci¨®n, el coraz¨®n del casco viejo de Vigo. El m¨®vil pegado a la oreja. Pide una taza de vino blanco, come poco y habla con frialdad. Est¨¢ entusiasmada, pero apenas se le nota. "No me planteo techos. Mi vida es una continua sorpresa. No me esperaba ser portavoz del PSOE en el Senado, como no me esperaba ser concejal de Urbanismo de Vigo", explica. Y el banquete empieza con una sardina.
Carmela Silva se hizo un nombre en la dura pol¨ªtica del PSOE de Vigo hace 15 a?os. Fue cr¨ªtica con los que mandaban y acab¨® siendo vilipendiada y denigrada, con pintadas y amenazas. Ser mujer le perjudic¨®, pero tambi¨¦n le ha ayudado ahora a crecer en su partido. "?T¨² crees?", responde retadora. "A m¨ª ser mujer no me abri¨® ninguna puerta y me gener¨® muchas dificultades. Lo que pasa es que el PSOE es ahora el partido de la igualdad y ¨¦sta es una apuesta personal de Zapatero, que adem¨¢s se lo cree". Un rapante frito.
Est¨¢ muy agradecida a Abel Caballero, su mentor y alcalde de Vigo. Adora a Elena Espinosa, a la que le une una estrecha amistad. Y elogia el trabajo de Jos¨¦ Blanco, quien la eligi¨® para el puesto. Un jurelo y un cachelo (patata cocida) con piment¨®n. Carmela Silva estaba en Barcelona, como casi todos los fines de semana, cuando Blanco la llam¨® al m¨®vil. All¨ª vive su hijo Iago desde los 14 a?os (ahora con 18). Es futbolista del Barcelona juvenil, lo que convierte a toda una pol¨ªtica en la madre del futbolista. "Bueno, Iago es zurdo. Al menos eso lo hered¨® de m¨ª". Termina los berberechos. El due?o de la tasca le convida a un aguardiente casero. Tiene orujo para hombres y orujo para mujeres. Carmela Silva reh¨²sa. Caf¨¦ cortado.
Y un cigarrillo. Es un bar peque?o y tradicional, como tantos que hab¨ªa por aqu¨ª. "Soy muy roja, pero no me gustan los calamares, ja", dice riendo. ?sa es otra historia. La de hoy es la de una mujer que fue secretaria de una peque?a agrupaci¨®n de zona del PSOE, que fue diputada en el Congreso y dej¨® de serlo porque no la volvieron a poner en la lista; que fue asesora del Ministerio de Agricultura y Pesca y lo dej¨® para volverse a Vigo con Caballero. Y que fue la senadora del PSOE m¨¢s votada en Galicia. Vuelve a Madrid para hablar en nombre de su partido. Su voz es especial. "Mi madre dice que es fea... pero qu¨¦ le voy a hacer, es mi voz". Para ser portavoz no es necesaria buena voz, sino notable oratoria. "S¨ª, es obligatorio. Este trabajo se basa en eso. La dial¨¦ctica es la parte m¨¢s visible del Parlamento del Estado". Pagamos. Revisa la cuenta y se va calle arriba, hacia la C¨¢mara alta.
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