El Bar?a se anima en Alemania

Rijkaard se ir¨¢ cualquier d¨ªa del Camp Nou, superado por el vedetismo de sus figuras, futbolistas que viven y saben vivir como nadie en la vida. Ning¨²n barcelonista, sin embargo, podr¨¢ reprocharle al entrenador su lealtad al club y fidelidad al estilo azulgrana. Aunque al parecer hab¨ªa un cuchillo dispuesto a rebanarle el pescuezo en caso de una derrota sangrante, el t¨¦cnico mand¨® jugar a su equipo como si nada ocurriera. Y a diferencia del castigo ante el Betis, el Bar?a resolvi¨® desde la seriedad un encuentro sencillo con la superioridad que se le supone al favorito.

Pese a competir con la fecha de caducidad puesta y haber perdido mucho encanto y ambici¨®n, el Bar?a de Rijkaard recuper¨® el ¨¢nimo con el til¨ªn de la Champions. La Copa de Europa despierta grandes emociones, genera partidos inolvidables y depara las mayores sorpresas. Hay equipos destartalados que han encontrado su raz¨®n de ser en el torneo. Los azulgrana, al menos, siguen invictos en el extranjero y, despu¨¦s de ganar un tiempo precioso, aspiran a batirse en semifinales tras negociar un excelente marcador en Gelsenkirchen.

Nada m¨¢s salir al campo, el Barcelona desdramatiz¨® futbol¨ªsticamente su fiasco ante el Betis. Apost¨® Rijkaard por la misma alineaci¨®n, salvo la entrada de Milito por Thuram, e insisti¨® en el plan de juego de cada d¨ªa, como si no hubiera perdido ning¨²n encuentro en la Liga, fiel a su ideario incluso en las situaciones m¨¢s exigentes. Tom¨® la pelota y despleg¨® su juego aseado y escrupuloso hasta anestesiar al Schalke. Iniesta y Xavi mezclaron estupendamente mientras Henry y Eto'o se abr¨ªan por las bandas y Bojan aguardaba para poner el punto y final a la jugada. As¨ª ocurri¨® a los doce minutos cuando Iniesta profundiz¨® con el empeine para Henry, el franc¨¦s remat¨® sobre el portero y recuper¨® despu¨¦s el rechace para asistir a Bojan. No perdon¨® el ariete, que siempre acompa?a la jugada para rematarla con la facilidad que s¨®lo tienen los goleadores.

El gol enfureci¨® al Schalke, que se arremang¨® y fue al encuentro del Barcelona. Al equipo alem¨¢n le avala el f¨ªsico y la energ¨ªa, calidades decisivas en las jugadas de estrategia. No necesita elaborar el juego para llegar al campo ajeno sino que le alcanza con poner centros y forzar c¨®rners y faltas para resolver los partidos. El Schalke busc¨® el cuerpo a cuerpo y el ¨¢rbitro pit¨® a su favor unos cuantos libres indirectos que animaron a la ruidosa hinchada. La intimidaci¨®n alemana exig¨ªa por parte azulgrana mucha tensi¨®n defensiva, intensidad y una especial concentraci¨®n, respuestas que no son f¨¢ciles de encontrar en un equipo fr¨¢gil an¨ªmicamente.

Empujado por Ernst, un poderoso medio que arrambla con compa?eros y rivales, el Schalke buscaba a sus aviadores en los saques de esquina y los libres indirectos. La fragilidad de los laterales azulgrana, sobre todo por su falta de contundencia, complic¨® la vida a los centrales y al medio centro, m¨¢s que nada porque Tour¨¦ juega impedido por una hernia discal. Los azulgrana fueron perdiendo agresividad y el partido se les estaba haciendo demasiado largo. Hab¨ªa que tocar con cuidado, evitar la p¨¦rdida del bal¨®n en la divisoria y rematar el encuentro.

Los azulgrana consiguieron con el tiempo volver a dormir la contienda hasta el punto de que Slomka retir¨® a Kuranyi para dar entrada a Vicente S¨¢nchez: un delantero habilidoso ocupaba el puesto de un gigante. El anfitri¨®n gan¨® movilidad, sorpresa y juego entre l¨ªneas mientras a los azulgrana les falt¨® ambici¨®n, expuestos a las caprichosas concesiones de sus defensas. Asamoah y Altintop pudieron empatar antes de que Abidal estuviera a punto de cometer un nuevo penalti como ante el Betis.

El partido se volvi¨® loco hasta que los barcelonistas le echaron de nuevo el guante. Los cambios ayudaron al Bar?a a recolocarse y abrazar el final con comodidad. Rijkaard ni se inmut¨®. Tiene un don natural para no ponerse nervioso ni cuando en el entorno suena la amenaza de ultim¨¢tum mientras Ronaldinho descansa en Castelldefels. Jug¨® el Bar?a como le gusta a su entrenador y gan¨® en Alemania.

Bojan pone al Bar?a con un pie en las semifinales de Champions