Censura universitaria en Estados Unidos
El fantasma de la censura se cierne sobre la sociedad norteamericana. La pol¨¦mica ha llegado con Virtual Jihadi, una obra del artista iraqu¨ª afincado desde hace 15 a?os en Estados Unidos, Wafaa Bilal (Najaf, 1966), que reinterpreta el videojuego Quest for Saddam y el especular Quest for Bush, introduciendo -entre otras modificaciones- el personaje del propio artista convertido en un combatiente isl¨¢mico, mezcla de h¨¦roe medieval y suicida actual.
Su exposici¨®n The night of Bush capturing: a virtual jihadi, inaugurada el 5 de marzo en el Rensselaer Polytechnic Institute (RPI) de Troy, Nueva York, fue clausurada a los tres d¨ªas por orden de Shirley Jackson, rectora de la Universidad, para llevar a cabo una "revisi¨®n de sus contenidos y objetivos", tras la denuncia de asociaciones de estudiantes republicanos. El 11 de marzo la exposici¨®n se traslad¨® a The Sanctuary for Independent Media, un espacio alternativo gestionado por dos profesores del RPI, pero al d¨ªa siguiente la polic¨ªa la volvi¨® a clausurar, esta vez bajo sospecha de constituir una amenaza para la seguridad nacional.
La decisi¨®n ocasion¨® manifestaciones delante del rectorado y el Ayuntamiento de Troy, a las que se sumaron protestas organizadas por las asociaciones para la libertad de expresi¨®n, en muchos campus del pa¨ªs. La obra, lejos de constituir una apolog¨ªa del terrorismo, se centra en las condiciones de los civiles iraqu¨ªes, intentando transmitir lo que sienten desde que su vida est¨¢ bajo una constante amenaza real.
No es la primera vez que el artista reflexiona sobre la guerra de Irak. Tambi¨¦n lo intent¨® con Domestic Tension, el proyecto que le dio a conocer el pasado mayo, cuando se encerr¨® durante un mes en la galer¨ªa FlatFile de Chicago, bajo la mirada electr¨®nica de una webcam y del visor de un fusil cargado con bolas de pintura, que cualquiera pod¨ªa apuntar y disparar a trav¨¦s de Internet.
La voluntaria reclusi¨®n representaba con amarga iron¨ªa, la vida diaria de miles de iraqu¨ªes, encerrados en casas incapaces de salvare de ataques an¨®nimos e inevitables, como los que sufri¨® Bilal, blanco de m¨¢s de 40.000 proyectiles en las primeras dos semanas y media de su performance online.
Disparos al artista
El artista, que chate¨® con centenares de asesinos virtuales, relata su experiencia en el libro Shoot an Iraqi: Life, Art, Resistance under the Gun, que saldr¨¢ este mes de abril por City Lights Press, la editorial fundada por Lawrence Ferlinghetti. Menos de un a?o despu¨¦s de aquello, Bilal vuelve a ser tema de debate. En Virtual Jihadi la situaci¨®n es compleja como la guerra misma.
El proyecto arranca de uno de los peores videojuegos de la historia, Quest for Saddam, en el que el jugador debe masacrar a todos los iraqu¨ªes que se interponen en su captura del dictador. Tres a?os despu¨¦s Global Islamic Media Front, una oscura organizaci¨®n que la prensa estadounidense considera cercana ideol¨®gicamente a Al-Qaeda, lanza Quest for Bush, una versi¨®n emblem¨¢tica de la misma ret¨®rica maniquea en la que s¨®lo cambia el personaje. Bilal hacke¨® el c¨®digo de este ¨²ltimo juego y se introdujo en el gui¨®n en el papel de una especie de superh¨¦roe desesperado, ataviado con el traje de los guerreros medievales y un cintur¨®n de bombas, que decide inmolarse tras la muerte de su hermano.
"Utilizar un hecho autobiogr¨¢fico y convertirme en un suicida me pareci¨® la forma mejor de reflejar el drama de los civiles y su vulnerabilidad frente a las organizaciones terroristas que explotan su rabia y su exigencia de seguridad", explica Bilal, cuyo hermano falleci¨® por una bala perdida. La instalaci¨®n con pantallas gigantes atrapa al jugador en un espacio inmersivo, que hace la acci¨®n mucho m¨¢s real que en el ordenador. "Los videojuegos ense?an a practicar la violencia y educan en el odio", se justifica.
"M¨¢s all¨¢ de la propaganda de los militares americanos y los terroristas de Al Qaeda", prosigue. "Yo quiero mostrar la vida de los civiles en ciudades convertidas en campos de batalla, donde para sobrevivir hay que someterse al poder dominante sin importar su ideolog¨ªa. Esto es lo que pasa en la vida y en el juego tambi¨¦n", afirma Bilal.
En efecto, en la primera parte del juego, cuando parece que el ej¨¦rcito americano libera la poblaci¨®n, el personaje les apoya, pero cambia de bando a medida que Al Qaeda va tomando poder y los invasores se demuestran incapaces de controlar la situaci¨®n, ... "exactamente como est¨¢ pasando en Irak", insiste el artista exiliado iraqu¨ª.
Un perro o un iraqu¨ª
"La censura confirma que la cultura imperialista dominante siempre impone su punto de vista y ni siquiera intenta entender otro. La cultura democr¨¢tica est¨¢ en peligro", asegura el artista, quien tiene todav¨ªa una obra expuesta en el RPI, en la cual se puede participar tambi¨¦n a trav¨¦s de Internet. Se trata de una encuesta online en la que se debe responder a la pregunta ?quieres torturar un perro o un iraqu¨ª (que tambi¨¦n esta vez es el propio artista)?
La obra tiene su origen en el veto impuesto por el presidente Bush a una enmienda del Congreso para prohibir el waterboarding, una forma de tortura en la que se obliga el prisionero a inhalar agua, t¨¦cnica longeva, por otra parte, ya que fue utilizada por la Santa Inquisici¨®n.
VIRTUAL JIHADI: http://wafaabilal.com SANCTUARY FOR INDEPENDENT MEDIA: http://thesanctuaryforindependentmedia.org NIGHT OF BUSH CAPTURING: www.megashare.com/49687 OG OR IRAQI: www.dogoriraqi.com STONE THROWERS: www.damascus-online.com/stonethrowers UNDER ASH: www.underash.net AL QURAISH: www.quraishgame.com
La r¨¦plica del islam
Desde hace unos cinco a?os en Internet se combate una guerra de propaganda a golpes de video-juegos.
En el mundo isl¨¢mico han surgido numerosos proyectos que utilizan las mismas estrategias y los mismos estereotipos de las empresas occidentales, pero invirtiendo los personajes y reproduciendo episodios dram¨¢ticos de la Intifada palestina y del conflicto entre L¨ªbano e Israel.
El panorama va desde juegos religiosos, que ense?an los preceptos del islam y proyectos pol¨ªticamente correctos de estudiantes o artistas, que exploran la compleja realidad de Oriente Medio, hasta propaganda antisionista y producciones surgidas de organizaciones como The Global Islamic Media Front.
Entre los productos que se alejan de la ret¨®rica pol¨ªtica dominante destaca The Stone Throwers, un microjuego que se puede descargar desde Internet, creado por el m¨¦dico sirio Mohammad Hamza.
Tambi¨¦n ofrecen lecturas alternativas del conflictos arabo-israel¨ª Under Ash y Under Seige, dos producciones de Afkarmedia, una compa?¨ªa independiente de Damasco y fundada por el ingeniero electr¨®nico Radwan Kasmiya. A Kasmiya se debe el proyecto hasta ahora m¨¢s ambicioso y sofisticado del g¨¦nero Al Quraish, un juego de estrategia en tiempo real que cuenta la historia del islam a trav¨¦s de los ojos de personajes no musulmanes.
"Tenemos que luchar en dos frentes, contra los perjuicios de Occidente y tambi¨¦n de los fundamentalistas isl¨¢micos. Las empresas occidentales no nos quieren vender los motores de los juegos, as¨ª que estamos obligado a desarrollarlos nosotros y esto nos hace a¨²n m¨¢s independientes", asegura Kasmiya.
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