C¨®mo evitar la 'africanizaci¨®n' de Espa?a
El Gobierno surgido del 9-M debe imponerse como una tarea prioritaria el modelo energ¨¦tico y la lucha contra el cambio clim¨¢tico, elevando incluso al nivel de una vicepresidencia la gesti¨®n de estos asuntos.
El clima de Espa?a se africaniza. Con ese titular sintetizaba este diario en noviembre de 2007 el informe sobre cambio clim¨¢tico entregado al presidente Zapatero por un grupo de investigadores de diferentes universidades espa?olas. Y es que el incremento en la temperatura media de la atm¨®sfera en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica ha sido ya de 1,5? C, el doble del experimentado a nivel global en los ¨²ltimos 150 a?os. Hacia el futuro las previsiones son inquietantes. Las se?ales de alerta son cada vez m¨¢s numerosas e intensas. Espa?a necesita realizar un esfuerzo muy ambicioso, integral y sostenido en el tiempo para adaptarse a una variaci¨®n clim¨¢tica que le va a afectar de lleno.
La temperatura media aument¨® en Espa?a en 30 a?os el doble que en los ¨²ltimos 150 a?os
Entre 1995 y 2005 la eficiencia energ¨¦tica de la econom¨ªa espa?ola ha empeorado
El a?o 2007 fue en gran medida el a?o del cambio clim¨¢tico. La conjunci¨®n del cuarto informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Clim¨¢tico (IPCC) enfatizando la gravedad del problema; el premio Nobel de la Paz entregado conjuntamente al propio IPCC y al ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore; el ¨¦xito de su pel¨ªcula divulgativa Una verdad inc¨®moda; el eco medi¨¢tico del Informe Stern sobre los costes econ¨®micos de la alteraci¨®n del clima; la cumbre internacional de Bali, etc¨¦tera, fueron hitos de un momentum ¨²nico en los ¨²ltimos veinte a?os, los transcurridos desde que los cient¨ªficos emitieron su primer informe alertando del peligro de la alteraci¨®n del clima de la Tierra.
La opini¨®n p¨²blica europea est¨¢ altamente sensibilizada ante el problema, lo que proporciona el aliento de fondo a la Comisi¨®n, el Parlamento y el Consejo Europeo para progresar en la articulaci¨®n y puesta en marcha de la pol¨ªtica sobre energ¨ªa y cambio clim¨¢tico m¨¢s audaz e innovadora de las existentes a nivel internacional. Los objetivos vinculantes aprobados por la Uni¨®n para 2020 sobre eficiencia energ¨¦tica, mitigaci¨®n de emisiones, energ¨ªas renovables, biocombustibles y programas de investigaci¨®n y desarrollo tecnol¨®gico son los mimbres de una importante transformaci¨®n del sistema energ¨¦tico que va a tener lugar en el entorno europeo a lo largo de los pr¨®ximos a?os y d¨¦cadas. El ¨²ltimo paso dado por la UE ha sido la consideraci¨®n del cambio clim¨¢tico como un problema de seguridad para Europa, mensaje que ha sido presentado ante la cumbre de primavera por el Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior, Javier Solana.
El vector energ¨ªa-cambio clim¨¢tico se perfila como una de las l¨ªneas de m¨¢s largo recorrido en la modernizaci¨®n e innovaci¨®n econ¨®mica europea. Y es que a la alteraci¨®n del clima se une la dependencia energ¨¦tica de nuestro continente respecto a pa¨ªses situados en entornos geoestrat¨¦gicos complicados, el fuerte encarecimiento del petr¨®leo y el amplio rechazo social a la energ¨ªa nuclear como alternativa a los combustibles f¨®siles. En esa encrucijada de caminos, la apuesta europea a medio y largo plazo por un modelo energ¨¦tico bajo en carbono basado en la eficiencia y en las renovables es la opci¨®n estrat¨¦gica correcta para asegurar nuevas oleadas de prosperidad econ¨®mica y bienestar a los 500 millones de personas de la Uni¨®n Europea.
De especial inter¨¦s para nuestro pa¨ªs es el marco regulatorio estable europeo que se ha creado para las renovables, ya que la industria espa?ola se halla situada en el m¨¢s alto nivel internacional en energ¨ªa e¨®lica y en un nivel francamente bueno en lo referente a solar fotovoltaica y solar termoel¨¦ctrica.
Dado ese contexto, para el nuevo Gobierno socialista de Espa?a surgido de las urnas el 9 de marzo es todo un desaf¨ªo aprovechar el momento pol¨ªtico y social creado por el cambio clim¨¢tico como ventana de oportunidad para mover el conjunto de la agenda ambiental. Es decir, para llevar a cabo una modernizaci¨®n ambiental de nuestro modelo de desarrollo que complemente los importantes progresos que se han alcanzado en los ¨²ltimos a?os en crecimiento econ¨®mico, generaci¨®n de empleo, cohesi¨®n social, derechos civiles e igualdad de g¨¦nero.
Como viene insistiendo en sus informes independientes el Observatorio de la Sostenibilidad, Espa?a tiene pendiente un proceso de plena integraci¨®n de la calidad ambiental y territorial de sus entornos urbanos y sistemas naturales en su modelo de desarrollo. Se necesita ir generando un amplio debate social sobre el modelo de desarrollo que se ambiciona para Espa?a una vez que el objetivo de convergencia en t¨¦rminos de renta per c¨¢pita con la UE sobre el que ha pivotado la pol¨ªtica econ¨®mica de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, se alcance en relativamente poco tiempo.
Y es que desde la perspectiva ambiental el balance del modelo de desarrollo que ha prevalecido desde 1990 no ha sido suficientemente positivo. Sin duda, ha habido avances en algunos aspectos relevantes -implantaci¨®n de sistemas de saneamiento, mejor gesti¨®n de residuos, ampliaci¨®n de los espacios naturales protegidos, mejor calidad del aire en algunos contaminantes, menor generaci¨®n de suelos contaminados, progresos en la gesti¨®n del agua...-, pero la mayor¨ªa de los indicadores clave de estado y tendencia relacionados con el metabolismo ambiental de la econom¨ªa, el consumo energ¨¦tico, la ocupaci¨®n del territorio, la conservaci¨®n de la biodiversidad, el modelo de movilidad, o la calidad ecol¨®gica de las masas de agua, distan mucho de ser positivos.
A modo de ejemplo, entre 1995 y 2005 la eficiencia energ¨¦tica de la econom¨ªa espa?ola ha empeorado a diferencia de lo ocurrido en nuestro entorno cercano. La calidad del aire de las ciudades se aleja de los est¨¢ndares planteados por Europa. El 48% del territorio sufre procesos erosivos superiores a los considerados tolerables. Entre 1987 y 2005 la superficie de suelo artificializada destinado a usos urbanos, industriales y comerciales ha aumentado un 40%, cuatro veces m¨¢s que la poblaci¨®n. Especies emblem¨¢ticas de vertebrados como el lince ib¨¦rico, el ¨¢guila imperial, el oso cant¨¢brico, el quebrantahuesos, el urogallo y el vis¨®n europeo se encuentran seriamente amenazadas. El modelo de movilidad sigue presentando una distribuci¨®n modal muy desequilibrada.
Tal y como se ha se?alado, progresar en la agenda de la sostenibilidad ambiental es un prerrequisito para minimizar nuestra vulnerabilidad hacia los impactos del cambio clim¨¢tico. La pen¨ªnsula Ib¨¦rica se encuentra en una de las zonas geogr¨¢ficas en la que los impactos de la alteraci¨®n del clima pueden llegar a ser m¨¢s severos. En consecuencia, se ha de ir preparando una pol¨ªtica de largo alcance dirigida a fortalecer la resiliencia del sistema econ¨®mico y del medio natural ante los impactos negativos asociados al aumento de la temperatura, la disminuci¨®n de las precipitaciones, el incremento en la frecuencia y severidad de las sequ¨ªas, la subida del nivel del mar y el retroceso de la l¨ªnea de costa. Y una buena manera de fortalecer la capacidad de adaptaci¨®n es ir poniendo fin a las principales presiones e impactos que siguen deteriorando el capital natural de este pa¨ªs.
El presidente en funciones, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ha anunciado que el cambio clim¨¢tico va a ser una de las ¨¢reas tem¨¢ticas que se van a reforzar en el nuevo programa de gobierno. Ojal¨¢ sea as¨ª. Hacer avanzar al conjunto de la agenda ambiental espa?ola aprovechando el momento creado por el cambio clim¨¢tico pasa, seguramente, por subir el perfil de lo ambiental dentro del nuevo Gobierno. La creaci¨®n de una vicepresidencia de desarrollo sostenible y cambio clim¨¢tico podr¨ªa ser una opci¨®n de arquitectura institucional para transmitir fuerza y convicci¨®n sobre la apuesta modernizadora en esa direcci¨®n.
En cualquier caso, ser¨¢ preciso tener una visi¨®n hol¨ªstica sobre el tema. Y es que este pa¨ªs s¨®lo va a salir exitoso del reto sin parang¨®n del cambio clim¨¢tico, tanto en la mitigaci¨®n de emisiones como en la adaptaci¨®n a los impactos, si es capaz de reinterpretar su modelo de desarrollo en clave de sostenibilidad.
Antx¨®n Olabe es economista ambiental y analista de Naider.
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