La bella confusi¨®n
La dolce vita (1960) fue una bomba medi¨¢tica. Su ¨¦xito fue realmente descomunal. Convirti¨® a Federico Fellini, su director, y a Marcello Mastroianni, su protagonista, encarnando aqu¨ª a un atribulado periodista de cotilleos, en estrellas internacionales. Las cr¨ªticas del momento ya hablaban de indiscutible obra maestra. Gracias a esa pel¨ªcula se introdujo el t¨¦rmino paparazzi (Paparazzo es el nombre de un personaje fot¨®grafo, amigo del protagonista, que persigue estrellas por Roma para sacarles una instant¨¢nea) y en ella est¨¢ una de las escenas que han pasado a ser emblem¨¢ticas de todo el s¨¦ptimo arte: Anita Ekberg, sexy e irreverente, chapoteando en La Fontana de Trevi. El problema para Fellini vino despu¨¦s. Sobre ¨¦l recay¨® el peso de las enormes expectativas que el planeta entero ten¨ªa sobre su pr¨®ximo paso, todos quer¨ªan m¨¢s y todos esperaban algo todav¨ªa mejor. Sus productores, calculando beneficios, le presionaban para arrancar el rodaje. Actores y actrices que hab¨ªan trabajado con ¨¦l, incluidos extras, le persegu¨ªan y seduc¨ªan para conseguir un papel en "el nuevo Fellini", la prensa le aturd¨ªa y la realidad es que no hab¨ªa ni una idea en su cabeza. ?l sent¨ªa que ya hab¨ªa llegado a la c¨²spide de su inspiraci¨®n art¨ªstica. Hab¨ªa hecho siete pel¨ªculas y media (la media fue un episodio en el filme colectivo Boccaccio 70) y ya no pod¨ªa ofrecer nada m¨¢s, ni superior ni inferior a La dolce vita. En medio de tanta angustia y presi¨®n, vagamente ten¨ªa esbozada la idea de un escritor acosado por la fama. No tard¨® en darse cuenta del paralelismo, de que ¨¦l era un cineasta v¨ªctima del ¨¦xito y de que, en realidad, todo el circo que se hab¨ªa montado a su alrededor era ciertamente como una pel¨ªcula de Fellini. De hecho, era la nueva y a?orada pel¨ªcula que todos le reclamaban. De esa crisis profesional naci¨® su pel¨ªcula n¨²mero 8,5.
Es el acelerado relato de un creador confundido al que una sociedad absurda le reclama una genialidad superlativa Una tentadora invitaci¨®n a acercarse a ese mundo de cine peculiar y ¨²nico que es el universo fellinesco
Han pasado 45 a?os desde el estreno de 8? y aun as¨ª, sigue tan vibrante, extra?a y delirante como entonces. Su reaparici¨®n estos d¨ªas en DVD es una tentadora invitaci¨®n a acercarse a ese mundo de cine peculiar y ¨²nico que es el universo fellinesco que, al menos en 8?, sigue teniendo vigencia. Originalmente se iba a llamar La bella confusi¨®n y era sin duda un t¨ªtulo adecuado, porque 8? es la cr¨®nica de una paranoia, el acelerado relato de un creador confundido al que una sociedad absurda, surrealista y exigente le reclama una genialidad superlativa de la que ¨¦l no se cree due?o. Guido Anselmi (un acertado Marcello Mastroianni con aires de George Clooney) es un cineasta con la vida hecha un asco: vive aplastado por el ¨¦xito de su pel¨ªcula anterior, padece un problema de salud que le agobia, sus productores han arrancado con la producci¨®n de su nueva pel¨ªcula (¨¦l no la ha escrito, ni siquiera sabe bien de qu¨¦ va pero, siguiendo sus instrucciones, ya han construido el monumental decorado de una aeronave), su mujer est¨¢ a punto de dejarle, su amante le aburre, est¨¢ prendado por una joven actriz, la prensa le persigue queriendo desvelar sus deslices amorosos y en su b¨²squeda de una idea le sobrevienen recuerdos de su ni?ez y adolescencia que se funden y confunden con su ca¨®tica realidad. Cobarde y miserable, Guido se pasa la pel¨ªcula huyendo de todo, incluso de s¨ª mismo. Crea una mara?a de enga?os entre su mujer y sus amantes, miente sin pudor a sus productores, flirtea y finge inter¨¦s y pasi¨®n por la enorme galer¨ªa de mujeres, todas falsas y fr¨ªvolas como maniqu¨ªes de escaparate, que le persiguen, hace promesas como pol¨ªtico en campa?a, se siente comprometido a mantener unas absurdas consultas a la Iglesia y, especialmente, intenta irse de puntillas cada vez que puede. La secuencia en que literalmente le arrastran hacia una rueda de prensa en la que terminar¨¢ meti¨¦ndose bajo la mesa acosado por preguntas a las que responde asustado "yo no tengo nada que decir" es quiz¨¢ la esencia de esta pel¨ªcula nacida con la premisa de que no hay una pel¨ªcula.
A lo largo de su vida, Federico Fellini (R¨ªmini, 1920-Roma, 1993) altern¨® declaraciones en las que aseguraba que 8? era totalmente autobiogr¨¢fica y otras en las que dec¨ªa que no ten¨ªa nada que ver con su vida personal. Es dif¨ªcil inclinarse por la segunda opci¨®n, dadas las circunstancias en las que la rod¨®. En cualquier caso, en el documental de la mk2, Fellini, soy un gran mentiroso, que acompa?a esta nueva edici¨®n en DVD de su pel¨ªcula m¨¢s emblem¨¢tica, el c¨¦lebre cineasta italiano asegura: "Tengo la tendencia a pensar en una juventud inventada, en unas relaciones con las mujeres inventadas. La R¨ªmini que retrato en Amarcord [1973] es la inventada. Lo que recuerdo como verdad es solamente lo que he inventado. Soy un gran mentiroso". Tambi¨¦n asegura: "Nunca he tenido problemas con los actores, ni siquiera con los divos. Las marionetas son felices siempre que el titiritero sea bueno" y de inmediato aparece el actor norteamericano Donald Sutherland, que rod¨® a sus ¨®rdenes El Casanova de Fellini (1976), rememorando c¨®mo hab¨ªa sido su experiencia. "Era horrible, un tirano, un sargento que martirizaba a los actores y no hac¨ªa m¨¢s que chillar. Era su forma de trabajar, el m¨¦todo que le funcionaba".
Lo cierto es que toda la obra de Fellini es personal, y en consecuencia, inventada. Supo construir un universo propio, perfectamente reconocible, con personajes grotescos y dantescos, escenas circenses y vulgares con secuencias imposibles pobladas por mujeres que aplastan a adolescentes ingenuos entre sus tetas enormes (Saraghina, la loca de 8? que baila para los ni?os "la rumba" en la orilla de la playa, es ejemplar y c¨ªclica en su cine), curas, monjas y cardenales, gente tonta y confundida, actrices y modelos que s¨®lo piensan en fama y sexo, peque?os hombrecillos acosados por ellas (a Fellini se le ha acusado de mis¨®gino en no pocas ocasiones) y sobre todo enigmas, grandes y sugerentes enigmas po¨¦ticos, cuyo aut¨¦ntico significado Fellini se llev¨® a la tumba. Asa Nisi Masa funciona en 8? a la manera de Rosebud, en El ciudadano Kane. La frase es le¨ªda por una adivinadora directamente de la mente de Guido y se remonta a un juego de la infancia del personaje, a unas palabras m¨¢gicas que hab¨ªa que pronunciar ante un retrato que mover¨ªa los ojos e indicar¨ªa d¨®nde hab¨ªa un tesoro. Fellini, que tiene un cat¨¢logo de mejores y peores pel¨ªculas, es un hallazgo a descubrir por nuevas generaciones y a revisar por las viejas. Cada visionado de sus delirantes pel¨ªculas, sean de la vida moderna como La dolce vita u 8? o sean de mitos de la antig¨¹edad como Satyricon (1969) o Casanova, tienen algo personal, tienen su sello inconfundible, llevan la r¨²brica de las mentiras de Fellini.
8? sigue siendo un referente importante. En 2003 fue transformada en musical de Broadway como Nine (Nueve), con Antonio Banderas y Chita Rivera (algo que ya hab¨ªa sucedido con otra pel¨ªcula de Fellini, Las noches de Cabiria, de 1957, que Bob Fosse convirti¨® en Sweet Charity, 1966, exitoso musical que tuvo su versi¨®n cinematogr¨¢fica tres a?os m¨¢s tarde en Noches de la ciudad, dirigida por el mismo Fosse, con Shirley MacLaine). Y ahora, para 2009, se anuncia el estreno de Nine, versi¨®n para el cine de este musical que prepara Rob Marshall (Chicago), con un potente reparto que tiene a Javier Bardem en el papel de Mastroianni, a Pen¨¦lope Cruz en el papel de amante c¨¢ndida que interpret¨® Sandra Milo en la pel¨ªcula original, Marion Cotillard (que acaba de ganar el Oscar por La vida en rosa) en el rol de su mujer, que hac¨ªa Anouk Aim¨¦e en 8 ? , y Sophia Loren como el fantasma de su madre.
8? (1963). Editada por Cameo. 2 DVD y libro. Director: Federico Fellini. Int¨¦rpretes: Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale, Sandra Milo, Anouk Aim¨¦e, Barbara Steele, Madeleine LeBeau, Mario Conocchia, Eddra Gale. 141 minutos. Idiomas disponibles: castellano, catal¨¢n e italiano (versi¨®n original). Extras: Documental Fellini, soy un gran mentiroso. Introducci¨®n de Terry Gilliam. Entrevistas a Sandra Milo, Lina Wetmuller y Vittorio Storaro. 159 minutos. Libro: Mostrar y demostrar. 23,95 euros.(Dentro del pack DVD Fellini y tambi¨¦n individual, ambos editados por Fnac).(Dentro del pack DVD Fellini editado por Fnac).(DVD editado por Warner Home Video).
El esp¨ªritu de Fellini
La Strada (1954)
Triste historia de amor protagonizada por Giulietta Masina (en clave de clown) y Anthony Quinn. Aunque los personajes encajan en los alineamientos del neorrealismo italiano, tan en boga en la ¨¦poca, Fellini rompe con las normas del g¨¦nero haciendo sitio a los sue?os y la irrealidad como evasi¨®n a la dura vida de posguerra, lo que gener¨® cierta pol¨¦mica en su momento. Con todo, fue un gran ¨¦xito internacional. Se hizo con el Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera y el director con el Le¨®n de Plata en el Festival de en Venecia. Masina, mujer de Fellini durante toda su vida, ofrece una aproximaci¨®n conmovedora a un personaje ¨¢spero y ciertamente desgraciado.
Las noches de Cabiria (1957)
Giulietta Masina, en la c¨²spide de su carrera al lado de Federico Fellini, vuelve a sacar del molde a un personaje que pudo ser un estereotipo vulgar, por el que obtuvo el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes. Cabiria, una prostituta que sue?a con tener un hombre que la quiera, vive una peripecia absurda y surreal en su b¨²squeda que la lleva primero a los brazos de un estafador que le roba su dinero, luego a los de un exc¨¦ntrico actor de cine que no la quiere m¨¢s que para consolarse en una noche de despecho, y, finalmente, a un t¨ªmido contable. Su ¨¦xito fue enorme. A?os m¨¢s tarde, Bob Fosse, conservando cierto aire fellinesco, la convirti¨® en el musical de Broadway Sweet Charity y tambi¨¦n la llev¨® al cine como Noches de la ciudad, d¨¢ndole a Shirley MacLaine uno de los papeles m¨¢s entra?ables de toda su carrera.
La dolce vita (1960)
Es, junto a 8?, una de las pel¨ªculas m¨¢s emblem¨¢ticas y aclamadas de Fellini. Se recogen aqu¨ª pr¨¢cticamente todas sus obsesiones y su particular manera de mirar el mundo. Se hizo con la Palma de Oro en Cannes y consigui¨® el Oscar al Mejor Vestuario, esa galer¨ªa de trajes ex¨®ticos y extravagantes con sombreros imposibles que convierten a las hier¨¢ticas actrices en maniqu¨ªes vivientes de una pasarela absurda. Fellini profundiza en el mundo fr¨ªvolo de famoseo y jet set, a trav¨¦s de un espl¨¦ndido ¨¢lter ego, un periodista aturdido interpretado con aut¨¦ntico acierto por Marcello Mastroianni, que pasa siete d¨ªas fren¨¦ticos en una Roma falsa y fr¨ªvola, poblada por seres extravagantes, estrafalarios e ins¨®litos, que son el heraldo del cine de Fellini por venir.
(DVD editado por Suevia).
Giulietta de los esp¨ªritus (1965)
Es la primera producci¨®n en color de Fellini y un homenaje a Giulietta Masina, absoluta protagonista de esta extra?a pel¨ªcula, quintaesencia de su lenguaje, que juega al absoluto contraste entre su protagonista y el mundo dantesco que la rodea. Giulietta, que tambi¨¦n se llama el personaje, es una mujer normal, un ama de casa m¨¢s bien conservadora y recogida pero atra¨ªda por el espiritismo que descubre en una sesi¨®n con una pitonisa que su marido la enga?a. Este hecho la hace abrirse al mundo y descubrir la vida guiada por una prostituta que le muestra el rev¨¦s colorido y perverso de su mundo gris y rutinario. Narrada desde la m¨¢s pura subjetividad, con una sugerente potencia visual, Giulietta de los esp¨ªritus es un viaje interior al alma de una mujer espiritual e ingenua y uno exterior a un mundo de banalidad, ocio y vicio que ella ni se imagina.
(Dentro del pack DVD Fellini editado por Fnac y tambi¨¦n individual, por Suevia).
Amarcord (1973)
Si en Fellini's Roma, 1972, el director italiano consigui¨® desprenderse de toda narrativa para retratar, desde una ¨®ptica ciertamente distorsionada, grotesca y desbordada, su visi¨®n de la capital italiana, en Amarcord consigue un equilibrio perfecto en el que sigue sin haber ni una narrativa ni una l¨®gica convencional pero que presenta el relato como una serie de vi?etas de R¨ªmini, su pueblo natal, a medio camino entre la nostalgia y el realismo, en los a?os anteriores al fascismo, todo contado desde un punto de vista que parece el de un ni?o p¨ªcaro y c¨¢ndido al un¨ªsono.
Amarcord significa, en el dialecto de R¨ªmini, 'mis recuerdos', y aunque lo m¨¢s seguro es que aquel fuera un pueblo mon¨®tono y aburrido como tantos, no es dif¨ªcil creer que el peque?o Federico, con esa imaginaci¨®n que le har¨ªa de oro, lo haya visto as¨ª de surrealista, imposible y absurdo.
Intervista (1987)
En su pen¨²ltima pel¨ªcula (la ¨²ltima fue la fracasada La voz de la luna, en 1990), Fellini se hace un autohomenaje, se revisa a s¨ª mismo y reflexiona sobre una vida de cine. Originalmente rodada para la televisi¨®n, Entrevista arranca como si fuese un documental en los estudios Cinecitt¨¤, donde el mism¨ªsimo Fellini es entrevistado por un equipo de televisi¨®n de Jap¨®n, pero pronto se desprende del verismo de telediario para reconstruir una biograf¨ªa a manera de collage de recuerdos, declaraciones y enso?aciones de s¨ª mismo. Se mira llegando por primera vez a los estudios, el lugar donde iba a edificar sue?os, y no tardan en aparecer Marcello Mastroianni como Mandrake el mago y la misma Anita Ekberg que se convirti¨® en icono del cine metida en La Fontana de Trevi. Fue vapuleada por la cr¨ªtica pero, vista hoy, es pura nostalgia.
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